Fauna protegida

La población de osos de los Pirineos bate récord por noveno año consecutivo

El Govern catalán defiende que el oso está establecido y apuesta por más medidas que faciliten la coexistencia entre el plantígrado y la ganadería extensiva

Un ejemplar de oso captado por las cámaras de seguimiento, en los Pirineos.

Un ejemplar de oso captado por las cámaras de seguimiento, en los Pirineos. / Departament de Territori, Habitatge i Transició Ecològica

Guillem Costa

Barcelona

La población de oso pardo en los Pirineos sigue una trayectoria positiva y bate un nuevo récord. Según los datos más recientes del Grupo de Seguimiento Transfronterizo del Oso Pardo (GSTOP), en 2024 se identificaron 96 ejemplares, 13 más que en 2023. Analizar la evolución del censo en función de las fronteras autonómicas o estatales no tiene mucho sentido, puesto que los plantígrados se mueven libremente. Pero los datos sitúan en Cataluña a 47 individuos, entre los cuales hay 21 hembras y 25 machos, además de un ejemplar sin sexo identificado.

Uno de los aspectos más destacados de este crecimiento que se repite año a año es el aumento de crías. Durante el último año, nacieron 10 oseznos en Cataluña y 22 en toda la cordillera. Los datos del rastreo, que se realiza de manera meticulosa mediante el análisis de excrementos, huellas y observaciones directas o registradas com cámaras fotogfráficas, demuestran el éxito en la recuperación de la especie, que aún tiene cierto margen para crecer.

En 2024, se documentó la muerte o desaparición de 5 osos, la mayoría de ellos subadultos. Sin embargo, aún existen 13 ejemplares que no han sido avistados este año, pero no por ello se consideran desaparecidos.

Otro dato relevante es la expansión del área de distribución del oso pardo, que ha aumentado en unos 100 km2 respecto al año anterior, lo que refleja una clara tendencia de expansión. La superficie total ocupada por esta especie en los Pirineos asciende a unos 7.200 km2, mientras que en Cataluña se extiende a 1.800 km2. Si al principio de la reintroducción del oso su presencia se concentraba en algunos valles muy concretos del Val d'Aran y el Pallars Sobirà, ahora estos mamíferos están llevando a cabo incursiones en nuevas zonas.

La coexistencia entre el oso pardo y la ganadería es uno de los desafíos más grandes en la conservación de esta especie. En respuesta, la Generalitat de Cataluña ha implementado medidas preventivas para minimizar los conflictos. Estas incluyen el agrupamiento de rebaños y su vigilancia durante el día, así como el uso de perros de protección durante la noche. En total, más de 2.500 cabezas de ganado han sido protegidas mediante estas estrategias, que también han recibido una inversión de casi 83.000 euros.

En las zonas donde la presencia del oso es más ocasional, también se aplican medidas como el cierre nocturno del ganado y la instalación de dispositivos de geolocalización para bovino y equino. Además, se ha extendido la protección a las colmenas, donde 49 asentamientos apícolas han sido equipados con cierres para evitar ataques.

A medida que la población de osos sigue creciendo, la clave para su conservación será mantener la armonía con las actividades humanas, especialmente la ganadería. Con un número creciente de nacimientos y la expansión de su territorio, el oso pardo se está consolidando como una especie emblemática en los Pirineos. Sin embargo, será fundamental seguir implementando medidas eficaces que favorezcan su coexistencia con los habitantes de la región, asegurando un futuro próspero para esta especie en peligro de extinción.

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