NEUROLOGÍA

El tenis de mesa como terapia contra el párkinson: "Utilizamos mucho el control de la pelota"

La recién creada Fundación Red Parkinson organiza entrenamientos específicos de ping-pong adaptados a personas con la enfermedad; numerosos estudios han avalado sus beneficios

Entrenamiento en el Centro Deportivo Municipal Triángulo de Oro, en Madrid

Entrenamiento en el Centro Deportivo Municipal Triángulo de Oro, en Madrid / Fundación Red Parkinson

Madrid

Movilidad, equilibrio, coordinación, reflejos... son algunos de los beneficios, ya estudiados, del tenis de mesa para ralentizar el progreso del párkinson, la segunda enfermedad neurológica más común por detrás del alzhéimer. En Madrid, acaba de nacer la Fundación Red Parkinson que, precisamente, organiza entrenamientos específicos de ping-pong adaptados a personas con el trastorno. Se trata de ejercitarse. Y, también, de socializar. De integrarse. "Utilizamos mucho el control de dónde va la pelota; si va por la izquierda, si va por la derecha; si le das de revés, si le das de derecha; si viene con efecto... ; el sonido, el movimiento... Son muchos factores los que nos ayudan a rehabilitarnos. Es muy completo", describe Javier Martínez, a quien diagnosticaron la enfermedad hace siete años.

En España, el párkinson afecta a más de 160.000 personas y, por supuesto, a sus familias. Su incidencia aumenta año tras año. Solo en Madrid, 20.000 personas padecen la enfermedad. Partiendo del tenis de mesa, la Fundación Red Parkinson, que preside Jose Alonso, propone un modelo de actuación multidisciplinar para combinar el deporte y la integración de las personas afectadas por la dolencia. Los entrenamientos tienen lugar en el Centro Deportivo Municipal Triángulo de Oro donde, explica Alonso, se trabaja mucho lo deportivo pero, además, se realiza una enorme labor social con, por ejemplo, niños con sordera.

Los beneficios

Alonso revela que, a día de hoy, ya son innegables los efectos beneficiosos del tenis de mesa y el deporte para los afectados. Son varios los estudios que ponen de manifiesto la bonanza de la disciplina en las personas que padecen la enfermedad: actúa sobre sus habilidades motoras y cognitivas, porque les obliga a movimientos sistemáticos y repetitivos con los que fortalecen los músculos, disminuyendo su rigidez y aumentando la coordinación. Al mismo tiempo, seguir el juego de forma rápida y continua mejora la concentración, la memoria y el equilibrio.

Entre las investigaciones más recientes la que, en octubre de 2024, comenzó el madrileño Hospital de La Princesa, a través de la Unidad de Trastornos del Movimiento de su Servicio de Neurología. Se trata del primer estudio en España, denominado Pimpón Park, para evaluar cómo la práctica del tenis de mesa puede mejorar la calidad de vida. Contará con la participación de 24 pacientes que realizarán dos sesiones de ejercicio semanal durante seis meses, guiadas por profesionales sanitarios y un entrenador especializado.

Juego continuo

En el aspecto deportivo y técnico, la iniciativa que ha desarrollado la Fundación Red Parkinson cuenta con la colaboración del Club Distrito 20 Tenis de Mesa. Su presidente, Federico Drago, que es a la vez entrenador y patrono de la fundación, destaca que las mejoras que experimentan los enfermos se ven con el tiempo y, además, que se sientan parte de un grupo o equipo hace que tengan más ilusión por implicarse y participar. "A nivel de ejercicio, es importante que el jugador pueda desarrollar un juego continuo y es fundamental mantener la bola en juego para obtener beneficios", precisa.

La depresión y encerrarse en casa es muy común en los enfermos. Con esto salen, socializan, hacen grupos, derivan a otras actividades... viene fenomenal para todos ellos

Jose Alonso, presidente de la Fundación Red Parkinson

Pero, además, el tenis de mesa viene "muy bien a nivel psicológico, porque la depresión y encerrarse en casa es muy común en los enfermos. Con esto salen, socializan, hacen grupos, derivan a otras actividades... viene fenomenal para todos ellos. Es muy bonito", apunta por su lado el presidente de la entidad.

Un éxito

La iniciativa está siendo todo un éxito. La entidad no tiene ánimo de lucro y su presidente explica que ponen a disposición de los participantes el material necesario, las instalaciones y, lo más importante, un equipo de monitores especialmente sensibilizados con el párkinson que les ayudan en todo momento. También abre sus puertas a voluntarios dispuestos a aportar su grano de arena.

Federico Drago, entrenador y patrono de la fundación

Federico Drago, entrenador y patrono de la fundación / Fundación Red Parkinson

Ya se han apuntado, para mostrar su maestría, deportistas de la talla de Francisco Quiñones que, en 2024, en Maizières-lès-Metz, Francia, donde tuvo lugar el Campeonato del Mundo para personas con Parkinson, se proclamó campeón en la clase 2 o el periodista Javier Pérez de Alberiz, otro referente en el deporte nacional, que en diferentes ocasiones ha revelado que el tenis de mesa le salvó la vida.

Jose Alonso vuelve a recordar que existen numerosos estudios que avalan las bondades del tenis de mesa en la enfermedad desde hace casi una década. Y que existen importantes clubes distribuidos por todo el mundo. "Por ejemplo, en Estados Unidos, hay una asociación brutal que se llama Ping Pong Parkinson, que es impresionante. Nuestro sueño es llegar a eso. Y luego, en Alemania y Francia, hay unos clubes potentísimos", cuenta.

El párkinson de Javier

Si se le pregunta a quien vive la enfermedad qué tiene el ping-pong para hacerlo tan valioso, responde contundente Javier Martínez 'Miki', justo antes de llegar al entrenamiento: "Es muy completo". Lo cuenta alguien que siempre ha sido muy deportista: de la marcha nórdica a montar en bicicleta -"ahora ya no porque tengo el equilibrio fatal", confiesa- pasando por la escalada de montaña o el running.

"Lo que pasa es que ahora no hago casi nada porque, evidentemente, la movilidad no es la misma", advierte. Esas ganas de ejercitarse le han vuelto con el tenis de mesa. "Llevo poco tiempo, pero me está dando muchas cosas. Cuando ya llevas 7 años con la enfermedad, te das cuenta de cuáles son tus carencias. Es muy completo, porque nosotros tenemos problemas cognitivos y motores. Y aquí trabajamos mucho los dos temas".

A Javier le diagnosticaron párkinson en junio del 2018, con 54 años. "Es una enfermedad que consideramos para gente mayor y hay un 6% de la población con menos de 55 años que la tiene de inicio temprano", recuerda. También que fue en aquella fecha cuando se le puso nombre a esa anosmia (falta de olfato) que llevaba padeciendo desde hace años y que es uno de los síntomas de la dolencia.

Los síntomas

"Siempre pensé que no tendría nada que ver con una enfermedad neurológica. Vas al neurólogo cuando ya los síntomas son demasiado evidentes y tienes problemas", sostiene. "Entonces tienes que aceptar que tu vida ya no es la misma, que tú no eres el mismo, pero que no por eso vas a dejar de ser feliz, ¿no?. Una vez que lo aceptas, la enfermedad cambia", añade.

Javier Martínez, en el entrenamiento

Javier Martínez, en el entrenamiento / Fundación Red Parkinson

"Todos los neurólogos y todos los científicos; las personas que hablan e investigan y tratan las enfermedades neurológicas como el párkinson dicen que, aparte del tratamiento farmacológico, el mejor tratamiento que hay es el físico, hacer ejercicio y la alimentación. Pues yo añadiría la socialización. Socializar es súper importante. No encerrarse en uno mismo, en la familia, en casa. Hay gente que tiene problemas, incluso, al decir en su trabajo que tiene esta enfermedad", concluye Martínez que ha estado 36 años conduciendo una UVI móvil en el 112 y también ha sido docente hasta su jubilación, en 2021 porque físicamente "ya no estaba a la altura".

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