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DESCUBRIMIENTO

Hallan en la costa de Dénia importantes vestigios de una embarcación francesa que naufragó en 1899

La nave, el bergantín-goleta Rose-Madre, está sumergida a casi 10 metros de profundidad, en un lugar secreto para evitar expolios

Miles de tejas con forma de escamas que portaba el barco yacen enlazadas en el lecho marino

Una de las piezas halladas: se lee el fabricante de Marsella de las tejas y los ladrillos artísticos

Una de las piezas halladas: se lee el fabricante de Marsella de las tejas y los ladrillos artísticos / Rafa Martos y Javier Reyes

Teresa Andreu

Dénia

El bergantín-goleta Rosa Madre vuelve a "emerger". Descubierto en 2010, ahora han salido a la luz nuevos vestigios de la embarcación francesa de 245 toneladas que naufragó en la playa de l'Almadrava de Dénia en febrero de 1899. Portaba una gran carga de tejas y ladrillos artísticos. El hallazgo es impresionante. En el lecho marino se dibuja la piel escamosa (tejas enlazadas con forma de escama) del cargamento del Rose-Madre.

Rafa Martos y Javier Reyes, dos expertos buceadores (y escrupolosos defensores del patrimonio histórico sumergido), han descubierto los importantes vestigios. Inmediatamente comunicaron el hallazgo a la Guardia Civil. El lugar es secreto para evitar expolios. El barco está sobre el lecho marino a entre 8 y 10 metros de profundidad.

Los restos que han "emergido" en el lecho marino de arena

Los restos que han "emergido" en el lecho marino de arena / Rafa Martos y Javier Reyes

A finales del siglo XIX, Dénia contaba con una relación comercial constante y estable con Marsella, puerto que redistribuía la pasa de la Marina Alta a destinos como Italia, Inglaterra y otros del norte de Europa.

Ya en enero de 2010, Josep A. Gisbert, entonces director del Museu Arqueològic de Dénia, aseguró que los temporales de mar habían arrojado a la playa restos de una nave hundida hace más de 100 años. Aparecieron numerosas cuadernas del barco.

La inscripción del fabricantes de lee perfectamente. Se ha conservado magníficamente bien en el fondo marino

La inscripción del fabricantes de lee perfectamente. Se ha conservado magníficamente bien en el fondo marino / Rafa Martos y Javier Reyes

El Museu Arqueològic de Dénia solicitó entonces la colaboración de diversas personas a fin de asegurar la presencia de otros restos del pecio, pero sin éxito. Un buceador local, Jean Castera, tuvo más suerte y encontró lo que podría ser parte del casco.

Sin embargo, este mes de agosto, los buceadores Rafa Martos y Javier Reyes comprobaron que el mar había levantado su "telón" arenoso para mostrar con total claridad los restos de la embarcación que podría ser el Rose-Madre. Una "sábana" de fina arena escondía uno de los hallazgos más estimulantes de la siempre rica arqueología subacuática de Dénia.

Los restos encontrados

En el fondo yacen cientos o miles de tejas de artística elaboración, imbricadas unas con otras, así como lo que parecen innumerables ladrillos macizos que se encuentran apilados como las páginas de un grueso libro. Aunque estos restos reposan cerca de la playa, no es nada fácil su observación porque cada día quedan cubiertos por la acción del más leve oleaje o corriente que deposita sobre ellos una fina capa de arena que le ha permitido mantenerse allí casi invisible desde hace ya más de un siglo.

“También se distinguen partes de la estructura de la goleta como la regala o borde superior, así como baos y otros trozos de su casco. Incluso desde el aire se puede ver claramente la forma de la embarcación, que, en unos días, sin duda volverá a cubrirse de arena hasta quién sabe cuando”, aseguran los buceadores.

Datos clave para la identificación

Para la identificación del naufragio fue crucial la información que aporta el estudio de Antoni Rodriguez, Dénia i la seua historia en el servei de salvament de nàufrags (1883-1972) donde aparece la reseña del presidente de la Junta de Dénia de la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos, Mateo Devesa quien en su informe detalla lo siguiente: “A las once de esta mañana conseguimos llegar al costado del buque, que resultó ser el bergantín-goleta francés de 245 toneladas de registro, llamado Rose-Madre, con diez tripulantes a bordo al todo, que con ladrillo y teja francesa salió de Marsella para Orán. El buque conservaba el velamen del palo trinquete y creído, como todos, haber remontado el cabo de San Antonio, vino a varar en esta ensenada a las cuatro de esta madrugada. (…) El buque hallase perdido, lo mismo que el cargamento”.

Tejas fabricadas en Marsella

Las tejas las fabricó una empresa llamada "Brevete S.G.D.G. St-Henry Marseille", lo que indica su origen en Marsella, Francia. "Brevete S.G.D.G." | "S.G.D.G." significa "Sans Garantie Du Gouvernement" (Sin Garantía del Gobierno), una mención legal que se utilizaba en Francia para las patentes y modelos registrados antes de 1968. Este tipo de tejas con forma de escama se utilizaban comúnmente en la construcción de tejados, ofreciendo una estética particular y una buena protección contra los elementos.

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