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Informe científico

Todos los países del Mediterráneo, incluida España, deberían reducir un 6% anual sus emisiones para frenar el calentamiento global

Un informe del Basque Centre for Climate Change (BC3) calcula que, si seguimos como hasta ahora, el presupuesto de carbono de los estados mediterráneos se agotará antes de 2035

Emisiones contaminantes

Emisiones contaminantes / Shutterstock

Valentina Raffio

Barcelona

El Mediterráneo es una de las regiones más afectadas del mundo por el cambio climático. Y no solo porque, según constatan los registros, la temperatura en esta zona está aumentando por encima de la media global sino porque, tal y como hemos podido ver en los últimos años, los extremos climáticos como sequías, olas de calor, lluvias torrenciales e inundaciones están golpeando con fuerza a esta región. Por eso mismo, cada vez son más los expertos que reclaman a los países mediterráneos ser los primeros en abanderar las políticas climáticas para frenar el calentamiento global. ¿Pero cuánto deberían reducir sus emisiones los países mediterráneos para lograr este objetivo? Según apunta un nuevo informe elaborado por el Basque Centre for Climate Change (BC3) y la plataforma OceanCare, todos los países del Mediterráneo, incluida España, deberían reducir un 6% anual sus emisiones para esquivar un escenario de aumento más pronunciado de la temperatura y de los desastres climáticos.

El estudio, presentado este miércoles, analiza con rigor científico cuánto margen de maniobra queda para que los países mediterráneos cumplan los compromisos del Acuerdo de París en los que, técnicamente, todos se comprometieron a tomar medidas para evitar que la temperatura global se sitúe por encima de un umbral seguro para el planeta. La respuesta, según los investigadores, es que si las emisiones se mantienen a los niveles actuales, "la región agotará su presupuesto de carbono antes de 2035". Esto significa que el Mediterráneo habría consumido su "cuota justa de emisiones" para esquivar un calentamiento global extremo en apenas una década.

"El tiempo en el que la transición ecológica podía ser gradual ya pasó. Ahora estamos ante una carrera contrarreloj"

María Victoria Román

— Autora del informe

El informe concluye que, para mantenerse dentro de estos márgenes, en los países mediterráneos las emisiones de dióxido de carbono debería caer en torno a un 6% anual entre 2030 y 2050, con estados que tan solo deberían reducir un 1% y otros que deberían superar el umbral del 11%. En este sentido, el análisis afirma que el ritmo de descarbonización deberá acelerarse de forma inédita y sostenida durante los próximos 25 años. "El tiempo en el que la transición ecológica podía ser gradual ya pasó. Ahora estamos ante una carrera contrarreloj", advierte María Victoria Román, autora principal del informe.

Cooperación internacional

El análisis se centra en una detallada radiografía de las emisiones de los 21 países que integran el Convenio de Barcelona, el marco regional de cooperación regional que se estableció para hacer frente al avance de la crisis climática. Los investigadores calcularon caso por caso el presupuesto de carbono restante (es decir, la cantidad máxima de CO₂ que puede emitirse sin superar un calentamiento global por encima de los 2 grados de media) y lo repartieron entre los países mediterráneos según distintos criterios de equidad, responsabilidad histórica y capacidad económica. El análisis señala la necesidad de recortes sustanciales en países como Libia (-11,3%), Bosnia y Herzegovina (-8%), Turquía (-7,9%) y Chipre (-7,8%). En el caso de España, junto con Francia, Grecia, Italia y Eslovenia, la reducción media estimada ronda el 6,4% anual.

El estudio afirma que Libia debería reducir un 11% sus emisiones, mientras que España, Italia y Francia deberían llegar al 6,4% anual

Con estos datos en la mano, el estudio reclama, en primer lugar, acelerar de inmediato la reducción de emisiones en el arco mediterráneo y no esperar hasta 2030, tal y como plantean algunos países. En segundo lugar, el análisis pide detener la expansión de los combustibles fósiles y prácticas como la exploración, extracción y exportación de nuevos depósitos de gas y petróleo. Y por último, los expertos subrayan la necesidad de reforzar la cooperación regional para trazar políticas más ambiciosas y, sobre todo, garantizar su cumplimiento. "Cada tonelada de CO₂ que se evita hoy alivia el esfuerzo que deberá hacerse más adelante para lidiar con extremos climáticos y desastres naturales", recalca el trabajo.

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