Se acabó la expresión de que el operativo de búsqueda de una persona desaparecida se suspende al caer la noche y se va a reiniciar con los primeros rayos del sol. Los Bomberos de Zaragoza tiene dos drones y 18 especialistas que saben usarlos que permiten poder seguir trabajando de noche, bien sea porque puede utilizarse la cámara térmica con la que están equipados o por el análisis de las miles de fotografías realizadas.

Esto último es lo que ocurrió en el caso de Karim, el niño de 13 años desaparecido hace una semana en el río Ebro y cuyo cadáver fue rescatado al quinto día pasada la desembocadura del río Gállego. Así lo señala Sergio Andrés Blanca, coordinador en funciones de la unidad de drones, quien resalta que realizaron 3.639 fotos sobre 82 hectáreas con casi 6 horas de vuelo.

«Parece poco, pero hay que pensar que llevan unas cámaras 4K de alta definición que realiza unas fotos en las que llegamos a ver hasta los peces que están en la superficie», destaca Blanca, quien lamenta que, en este caso, «estaba en la profundidad y debió subir el mismo día en el que se halló».

Esta nueva tecnología permite, tal y como destaca, realizar miles de fotografías que son volcadas a un sistema en el que hay una red de rastreadores y que analizan una a una. Hasta 22 personas se involucraron en estas tareas. «En una hora un buscador revisa algo más de 50 fotos», recalca este especialista.

La unidad cuenta con dos aparatos DJI Mavic 2 Enterprise, de tecnología china y de la «mejor marca», subraya. Uno dispone de una cámara térmica y el otro, de una cámara con un potente zoom; que pueden alcanzar velocidades de hasta 75 kilómetros por hora, tienen una autonomía de 30 minutos de vuelo y retornan de forma automática a la base de despegue cuando se van a agotar las baterías, con lo cual una vez cambiadas vuelven a estar operativos.

Limitaciones

Las limitaciones de estos dos aparatos son el viento y la lluvia, ya que no pueden volar con rachas superiores a los 40 kilómetros por hora ni se pueden mojar. Pero Blanca ve una oportunidad porque «mientras no salen, si se han hecho fotos se pueden analizar».

«En el caso de Karim tuvimos varias sospechas, una de ellas era un hombre que estaba en la orilla con una camiseta del mismo color que llevaba el menor. Gracias al sistema GPS que llevan rápidamente fuimos hasta allí, pero desgraciadamente fue una falsa alarma», señala este especialista que destaca la formación de un compañero suyo, pero perteneciente a los Bomberos de la DPZ, José Luis Calvete, que fue el pionero.