Seis años y medio de prisión por intentar disparar contra los agentes de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón que minutos antes le habían pedido la documentación en el zaragozano barrio de El Gancho. Los agentes no tuvieron otra opción que abatirle con un tiro en la pierna aquel 22 de noviembre del 2020. Esa es la condena que ha impuesto la Sección Primera de la Audiencia Provincial de Zaragoza a Tahirou Ndiaye y que su abogada defensora, Carmen Sánchez Herrero, estudia recurrir.

Los magistrados le consideran autor de un delito de atentado y otro de tenencia ilícita de armas por unos hechos probados que se remontan a las 17.00 horas, momento en el que una patrulla policial le dio el alto y le pidió el DNI, mostrando el acusado su pasaporte de la República de Mali. Tras ello, y mientras otro policía nacional solicitaba a través de la emisora los antecedentes que pudiera tener en vigor el acusado, su compañero s le preguntó al acusado si llevaba algo entre sus pertenencias que le pudiese comprometer, a lo que contestó: “Que no, que llevaba algo peor”, sacando, en ese instante, con su mano derecha del bolsillo interior izquierdo de la cazadora negra que llevaba puesta, un revólver de color plateado apuntando con él a ambos policías, quienes retrocedieron inmediatamente adoptando una posición de seguridad.

Le pidieron de forma reiterada que les entregara el arma, pero salió con paso acelerado por la calle Cerezo hacia la calle Boggiero con el revólver en la mano en un momento en el que había personas que iban a refugiarse hacia los agentes al ver al acusado con el arma. Paralelamente se personaron más agentes.  Fue en ese momento cuando, según la sentencia, Tahirou Ndiaye se acercó a ellos y sacando de nuevo el revólver de bolsillo izquierdo de la cazadora apuntó con él a través del cristal de frente, ante lo cual los agentes saltaron a las puertas del vehículo para cubrirse.

Apuntó a la cabeza de unos agentes

La suerte estuvo del lado de estos agentes, ya que, según los magistrados, el acusado se acercó y le apuntó con el arma a la cabeza de uno de los agente, que amartilló dos veces para hacer fuego. En ese momento, el agente, temiendo por su vida y por la su compañero, se vio obligado a disparar al acusado, apuntando en todo momento en zonas no vitales, de cintura para abajo, y evitando rebotes y lesiones a otras personas. Seguidamente, comenzó a disparar también el otro policía, apuntando en todo momento a las piernas del acusado. Uno de los disparos impactó en la pierna derecha del acusado, que cayó al suelo, donde pudo ser reducido y asistido.

Al preguntarle el agente por la razón de que no soltara el revólver dijo: “Que estaba harto de todo y que quería que todo terminara".

Los magistrados señalan en la sentencia que de la prueba practicada resulta acreditado que el delito de atentado se cometió por el acusado haciendo uso de un arma con la que intimidó a los agentes. Se apoyan en la declaración de un vecino que fue testigo de los hechos desde su balcón, quien afirmó que el acusado apuntó con el revólver, tanto a los agentes de la primera patrulla como a los de la segunda y que incluso “amartilló el arma dos veces” para abrir fuego contra los agentes.

Por otro lado está el informe de Balística que señaló que el disparo no llegó a producirse en ninguna de las dos ocasiones, ya que los cartuchos que portaba el arma, aunque por calibre 9 milímetros largo se podrían corresponder con el calibre 38 corto para el que esta recamarado el revólver, están fabricados para su uso con pistolas y no son idóneos para ser disparados por revólver.

También queda acreditado que el acusado poseía el arma sin licencia. Destaca el tribunal provincial que este reconoció en su declaración ante el juzgado que sabía que no podía llevar la pistola, que era ilegal y que no tenía licencia de armas. “En el acto del juicio el acusado se negó a contestar a las preguntas de las acusaciones”, resaltan.

Antecedentes previos

Tahirou Ndiaye fue condenado en el 2013 por el Juzgado de lo Penal número 6 de Zaragoza como autor de dos delitos de resistencia y un delito de quebrantamiento de custodia, acordándose la sustitución de las penas de prisión impuestas por su expulsión del territorio nacional por tiempo de cinco años. Finalmente, bien porque no pudo ser expulsado bien porque regreso al territorio nacional, cumplió la pena impuesta, siendo excarcelado el 7 de noviembre de 2019 del centro penitenciado de Zuera.