Cerca de dos años mantuvieron una relación sentimental hasta que rompieron, quedando una amistad con derecho a roce de forma esporádica. Se habían peleado como tantas parejas, pero nunca llegando a las manos. Todo cambió el 4 de abril de 2020 cuando él, Fabricio D. V., se presentó en la casa de la mujer, ambos vecinos de Zaragoza, y la agredió sexualmente. Unos hechos por los que él se sentó en el banquillo de la Audiencia Provincial con una petición del Ministerio Fiscal de 12 años de prisión.

La denunciante hizo un relato de los hechos propio de las sustancias que consumió el encausado y que incluso admitió porque «no se explica qué pasó» porque no se acuerda de nada, a la vez que manifestó que estaba «seguro» de que no la agredió «porque le tiene cariño». La mujer explicó que estaba durmiendo cuando golpeó la puerta y le abrió. «Hablaba cosas sin sentido, veía cosas raras como un fantasma», aseveró, mientras recalcó que trató de tranquilizarle para sacarlo de su vivienda, pero, de repente hizo un requiebro y accedió dentro de forma violenta. «Me dijo que me quería quedar con eso que él veía, trató de matarlo con un cuchillo», describió la mujer.

En un momento dado, la cogió del pelo, la llevó al dormitorio y la penetró, según afirmó visiblemente emocionada la mujer, quien añadió que «habíamos tenido discusiones, pero nunca pensé que pasaría algo así».

Fabricio D. V. negó la acusación, mientras recalcó que no recordaba nada, salvo que fue a la casa. «Cuando me dejaron libre tras el arresto llegué a casa y la vi destrozada, había dos botellas de whisky vacías e imagino que consumí algo». La defensa, ejercida por el abogado Andrés Ortiz, pidió la absolución