Tras dos jornadas de juicio en las que tanto Homicidios como los forenses descartaron que los traumatismos que presentaba la pequeña Sofia fueran como consecuencia de un accidente, la madre de la menor, Elena Y. L., reconoció que fue la autora, exonerando a su compañero de banquillo y pareja sentimental, Constantin M. En el alegato final, esta mujer señaló: «Siento todo el daño que le he hecho a mi hija. La que le pegó fui yo». Asimismo, incidió en que «nunca» quiso matarla.

Fueron sus últimas palabras antes de que el caso ocurrido en abril de 2019 en el interior de una vivienda de la calle José Zamoray, en el zaragozano barrio de El Gancho, quedara visto para sentencia. Antes, su abogado defensor, Alejandro Giménez, había solicitado la absolución de la mujer por el delito de asesinato intentado y violencia doméstica habitual proponiendo una condena de 4 años de prisión por unas lesiones graves con deformidad teniendo en cuenta como eximente el estado mental de la joven. Se agarró así a una alternativa que propuso la abogada del Gobierno de Aragón, María Cremades, si los magistrados entendían que no hubo intención de matar, aunque ella consideró que sí, al igual que la Fiscalía, quienes solicitaron una condena de 37 años de cárcel por «unos hechos que cortan la respiración», según la representante del ministerio público. «¿Qué pasó aquella noche?» se preguntó la fiscala Ana Cabezas, quien recalcó las múltiples versiones de los hechos que dieron los acusados, destacando una de ellas porque «los detalles que dieron coinciden con la investigación». «Ambos participaron porque nadie paró al otro», insistió mientras insistió en que la Elena Y. L. no sufre ningún trastorno mental.

Sin intencionalidad

Los abogados defensores José Luis Melguizo y Alejandro Giménez consideraron que no hubo nunca intención de matar porque «fueron ellos los que llamaron a los sanitarios y a la Policía a pedir ayuda». «Los propios forenses dijeron que 15 minutos más tarde la menor hubiera fallecido», recordó Melguizo que pidió la absolución de Constantin porque «no hay ninguna prueba que diga que fue él quien agredió a la menor».

«Dicen que es un agresor machista, pero a ver qué maltratador admite unos hechos que no cometió para intentar que Elena no perdiera la custodia de la niña», afirmó este letrado, mientras sacó a relucir un informe de los servicios sociales en el que se señala que se señala que «Elena había vuelto a tener relación con un exnovio condenado por malos tratos y que en una ocasión le dejó al cuidado a Sofía y se la entregó con una lesión en la cabeza».

Tanto Melguizo como Giménez recalcaron que no pueden ser condenados por maltrato habitual porque todas las semanas había un informe social en el que no se apreciaba dicho delito.