El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, presentaba ayer el Plan Estatal de Protección Civil ante el Riesgo de Maremotos, un instrumento con el que España dispone, por primera vez, de un mecanismo de anticipación y alerta temprana ante este tipo de emergencias del que hasta ahora carecía, cuando se trata de un país con unos 7.660 kilómetros de costa en los que reside alrededor del 58% de la población.

El director de Protección Civil y Emergencias, Leonardo Marcos, subrayó que el sistema de detección temprana podría alertar, en los episodios más graves, con hasta 70 minutos de antelación de la llegada de la primera gran ola a la costa desde que se detecta el movimiento sísmico que suele preceder a los maremotos. Sería «tiempo suficiente para preparar una respuesta», señaló, al tiempo que prevenía sobre el hecho de que la falta de información y de formación es la principal amenaza, de ahí que se contemplen campañas de difusión y programas para formar a los niños y jóvenes en cuestiones como que, llegado el caso, lo más útil es subir a una tercera planta o dirigirse hacia el interior, hacia una superficie alta.

Sin conciencia del peligro

Aunque la probabilidad de que un maremoto afecte a Canarias es muy baja, no es algo imposible, apuntan los científicos. Los tsunamis que se han documentado en la serie histórica –como el que se vivió en noviembre de 1755, consecuencia del Gran Terremoto de Lisboa– corroboran la hipótesis de que las Islas podría verse afectadas en el futuro por este tipo de fenómenos que podrían originarse tanto por terremotos lejanos, como por movimientos masivos de tierras, el que hipotéticamente podría provocar Cumbre Vieja, en La Palma. Un estudio publicado en la revista Geosciences, en el que participaron científicos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), Museos de Tenerife y la Universidad de La Laguna, así lo pone de manifiesto, señalando a propósito la necesidad de actualizar los planes de emergencia de Canarias para prevenir posibles catástrofes a las que están expuestas las islas. En este sentido, destacan que los habitantes del Archipiélago no son conscientes del peligro de tsunami, por lo que no hay conocimiento de las medidas de autoprotección, como qué hacer o adónde ir en este supuesto. Estos factores provocan que la vulnerabilidad de la potencial población expuesta, tanto de residentes como de turistas, sea muy alta, por lo que proponen habilitar campañas de información y formación para que los ciudadanos conozcan el fenómeno, cómo les puede afectar y qué deben hacer en caso de que se produzca

No hay un plan específico

Canarias participó en noviembre de 2015, junto con Andalucía y los sistemas de protección civil de Portugal y Marruecos en Westsunami 2015, un simulacro de tsunami que afectaría al suroeste de la Península, Canarias y la costa atlántica de Marruecos. Lo cierto es que, a día de hoy, el Archipiélago cuenta con planes especiales por riesgo volcánico (Pevolca); riesgo sísmico (Pesican); incendios forestales (Infocan); accidentes en el transporte de mercancías peligrosas por carretera (Pemerca); riesgo radiológico (Radican) y riesgo de inundaciones (Peinca), pero nada de maremotos.

El Teide y los megatsunamis

El Teide provocó en una de sus erupciones un megatsunami de 130 metros de altura. Pero hubo dos. Los datos, publicados en 2017 en la revista Nature son el resultado de tomar una serie de muestras en el suelo de la isla. Los científicos Rafael París, Juan J. Coello Bravo, María Martín González, Karim Kelfoun y François Nauret sostenían en aquel artículo que tenían constatado este hecho por las muestras de suelo analizadas en las laderas del noroeste de Tenerife, alrededor de la Isla Baja y Teno, que venían a demostrar que hubo dos tsunamis principales que afectaron a la costa de Tenerife hace más de 170.000 años y advertían que la suma de aquellos dos acontecimientos genera ahora una previsión de nuevo escenario de riesgo que hasta ahora no existía. El tsunami más reciente se habría producido hace 178.000 años en Teno Bajo y Playa de la Arena, mientras que el otro habría tenido lugar hace 194.000 años en la zona de El Puertito. En el caso de Teno, los expertos señalan que el tsunami «no se produjo inmediatamente» después de una erupción volcánica.

Cumbre Vieja y el colapso

La hipótesis que plantea que un deslizamiento en el volcán de Cumbre Vieja, en La Palma, podría provocar un megatsunami que alcanzaría la costa de Nueva York genera una alarma que los científicos consideran injustificada. National Geographic dedicó el documental End Day a las cinco posibles causas del fin de los días y una de ellas era fractura del volcán palmero. Otro documental de la BBC señalaba que una de las mayores preocupaciones de los científicos es el peligro de que se repita un mega tsunami, peor que el de Ritter, procedente del volcán Cumbre Vieja.