Rubén Calvo Ropero, el joven vecino de Zaragoza que asesinó hace dos semanas a Katia, continúa ingresado en la uci del hospital Miguel Servet de Zaragoza donde fue trasladado tras intentarse suicidar. Ya ha recuperado la consciencia, pero todavía no ha recibido el alta para que el juez le interrogue. Mientras llega ese momento, el instructor de este crimen machista tomó ayer declaración al padre del detenido y a los vecinos que llamaron a la Policía Nacional.

Ante el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Zaragoza y la abogada del asesino, Carmen Sánchez Herrero, el progenitor afirmó que su hijo debía estar bajo los efectos de las drogas cuando ocurrieron estos hechos puesto que este le dijo que «Katia estaba poseída». Este hombre explicó que estaba de camino de Zaragoza procedente de Tarragona cuando su hijo le llamó al teléfono y que en ese momento la víctima mortal estaba en el domicilio, llegando a escuchar: «Rubén, por favor, Rubén, por favor». Este testigo de los hechos destacó que se había mandado varios WhatsApp en los que él le recomendaba que no fuera a casa, si bien esta le dijo, tal y como publicó EL PERIÓDICO, que quería ir para ayudarle a dejar las drogas. El último mensaje que recibió de Katia fue: «No creo que me haga daño, hace mucho que no me lastima».

También declararon varios vecinos del número 31 de la calle Leopoldo Romeo del barrio de Las Fuentes. De todos, la más destacable fue una mujer que llamó al 112 SOS Aragón, quien recordó que escuchó unos gritos que llegó a calificar de «desgarradores». «Escuché a una mujer pidiendo auxilio y golpes en el suelo, así que llamé y al poco tiempo llegó la Policía Nacional», apostilló.

El juez instructor está a la espera de que el Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA) emita un informe sobre la situación mental de Rubén Calvo Ropero. No obstante, acaba de llegarle un estudio que le realizaron el 20 de enero del 2020 en el marco de una de las causas judiciales abiertas por un quebrantamiento de una orden de alejamiento.

El especialista señalaba: «consume diversas drogas de abuso aunque conoce perfectamente que cuando lo hace se exalta y pierde el control». «No existe una alteración relevante en su capacidad de conocer y decidir, pero considero que existe un grave peligro de nuevos hechos agresivos, ya que, sin existir patología de desconexión con la realidad o alteración, existe una justificación de descontrol de impulsos», señalaba, mientras propuso la necesidad de un plan terapéutico que nunca recibió.

El crimen machista fue «extremadamente violento», tal y como destacó el Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón en su atestado. No solo porque fue cosida a puñaladas, sino porque algunos cuchillos fueron hallados rotos e incluso doblados por la fuerza ejercida.