Hasta la tarde de este miércoles, los operadores del sonar de barrido lateral y del robot Liropus que se controlan desde el buque Ángeles Alvariño no habían localizado otros elementos de interés para la investigación del paradero de las niñas Olivia y Anna, así como de su padre, Tomás Gimeno. Según trascendió este miércoles, en la primera inspección realizada a la funda nórdica localizada en la jornada del lunes no se han detectado restos de sangre o biológicos de las menores. En cuanto a la botella de buceo, supuestamente estaba llena de aire. El hecho de que el sonar no detectara nada el martes y el miércoles se puede considerar una noticia favorable para la madre de las pequeñas.

El hallazgo a unos 1.000 metros de profundidad de la botella de buceo y de la funda nórdica, que estaba anudada al depósito de aire, ha sido uno de los elementos que más interés ha generado en las casi seis semanas de investigación para intentar saber qué pudo ocurrir con Tomás Gimeno, Olivia y Anna en la noche del 27 de abril y la madrugada del día siguiente. Ambas piezas serán enviadas para su análisis en el Servicio de Criminalística de la Guardia Civil en Madrid, con el objetivo de intentar determinar qué uso les dio Gimeno.

La madre de las menores, Beatriz Zimmermann, emitió este miércoles un mensaje de audio, en el que, en primer lugar, desmiente que esté derrumbada tras la localización del depósito de aire y el edredón propiedad de Tomás Gimeno a unos 1.000 metros de profundidad y a unas tres millas de la costa de Santa Cruz de Tenerife. «Estoy más positiva que nunca, porque creo que todo esto es un escenario; creo que nada tiene sentido». También valora de forma positiva que hayan localizado «una botella y una sábana, porque si hubiese algo más, se encontraría por los mismos sitios; si no hay absolutamente nada más, pues yo lo veo muy positivo».

«Para mí, todo esto ha sido un teatro montado, igual que el maxicosi en el agua; todo me parecería muy loco, subir, bajar al barco, bolsas para arriba, bolsas para abajo, cargar móvil», apunta Zimmermann.

Estima que, "si se cometiese una locura de ese calibre, tan sumamente loca, sería mucho más rápido y fácil".

A través del audio divulgado por Joaquín Amills, dice: "Quería decir que, después de encontrar esos objetos, sigo estando superpositiva; cada día que pasa veo que todo esto tiene menos sentido; veo que tiene más sentido que es una fuga, como lo he pensado en todo momento".

Aprovechó la comunicación para explicar que "es súper, súper importante, y lo que pido a todo el mundo, como lo están haciendo y que me siento enormemente agradecida, es que están compartiendo, está todo el mundo colaborando, es precioso y eso es lo que me mantiene fuerte, esperanzada y cada día más positiva".

"Sé que queda poco para que alguien las reconozca y nos llamen y nos digan que las niñas están de camino, que están bien", señaló la progenitora de Olivia y Anna.

Además, quiso agradecer "a todo el mundo, todo el empeño y todo amor que están poniendo, porque les prometo que lo estoy recibiendo de alguna manera, porque lo siento". "Cuando aparezcan, que van a aparecer, será gracias a ustedes, a todo el apoyo que hemos tenido y a toda esa fuerza junta", apuntó.

Según recogió Europa Press, Joaquín Amills cree que esa botella de buceo y el nórdico "los pudo arrojar [Tomás Gimeno] por la borda y que forman parte de la obra escénica para hacer creer que ha terminado con su vida y la de las niñas", y recuerda que él había manifestado "la idea de cambiar de continente a su círculo íntimo", por lo que siguen pensando en esta línea "hasta que no haya algo que sea firme". Admitió que cuando el lunes salió publicado que se había encontrado una botella de oxígeno y una funda nórdica "todo era confuso" y la madre de las niñas "lo paso mal y pasó una mala noche". En cualquier caso, indicó que la parte positiva es que el buque Ángeles Alvariño está haciendo su trabajo "muy bien".

La complejidad de los fondos

La Guardia Civil destacó este miércoles las dificultades del trabajo que realiza el buque oceanográfico Ángeles Alvariño en la búsqueda de las niñas Anna y Olivia, desaparecidas en Tenerife junto a su padre el pasado 27 de abril, debido a la compleja orografía de los fondos marinos canarios. Fuentes de la Guardia Civil señalaron que los rastreos se están produciendo en zonas con profundidades de hasta 2.000 metros, con muchos desniveles debido a su origen volcánico. Insistieron en que no se trata de una llanura oceánica, sino de una superficie con diferentes accidentes geográficos que añaden complejidad al trabajo del buque del Instituto Español de Oceanografía. Las fuentes indicaron que, tras el hallazgo de una botella de buceo y una funda nórdica, propiedad del padre de las niñas, no se han vuelto a encontrar otros objetos aunque el rastreo del Ángeles Alvariño continuará, al menos, hasta el próximo lunes. El barco trabaja, de forma ininterrumpida, durante todo el día y la noche y la búsqueda continúa en la zona acordada por la tripulación del barco y la Guardia Civil a partir del geoposicionamiento del móvil de Tomás Antonio G.C. la noche del 27 de abril, cuando se hizo a la mar en dos ocasiones sin las niñas.