El joven de 23 años que fue víctima de una brutal paliza el domingo pasado en Amorebieta (Bizkaia) permanece "estable" dentro de la gravedad en el hospital de Cruces, en espera de que se le practique una resonancia magnética.

Así lo ha señalado a los medios de comunicación a las puertas del hospital una portavoz de la familia en presencia del padre del joven agredido. Los médicos, según ha indicado, han explicado a la familia que "desde hace dos días, que fue la segunda vez que le operaron, no hay ningún cambio, sigue estable".

Esperan, según ha dicho, poder practicar este fin de semana una resonancia magnética al joven, que "tiene un montón de coágulos de sangre", ha indicado la portavoz, que ha señalado que "están muy reservados" porque "la situación es muy delicada".

Según ha afirmado, "lo que más ánimo les da" es que "siendo un chico joven igual sale adelante y esperemos que sí, que se recupere", ha deseado.

La portavoz también se ha referido a la situación del padre de la víctima: "No duerme, no come, no tiene ganas de nada". "Hasta que no le dé una buena noticia, que esperemos que sea pronto, no tiene vida", ha sostenido

La Ertzaintza, por su parte, mantiene abierta la investigación en torno a este suceso y no descarta más detenciones. Hasta el momento ha detenido a ocho varones de entre 15 y 38 años, a quienes encuadra en una banda juvenil violenta. De ellos, cinco son menores, que fueron presentados ayer ante la Fiscalía.

Los tres mayores de edad, de entre 19 y 38 años, han sido puestos esta mañana a disposición del Juzgado de Durango y el juez ha decidido el ingreso en prisión de dos de ellos, mientras que el tercero ha quedado en libertad con la obligación de presentarse en el juzgado una vez al mes. Este último, de 38 años, ha asegurado a su salida del juzgado a los periodistas en el lugar que no participó en la agresión y que es un testigo.