"Mi intención era la de agarrarlos y hacer tiempo para que llegara la policía, por eso salí tras ellos, ¿cómo iba a pensar que podían reaccionar de forma tan violenta?". Así explica Jorge Negrete, un hostelero de Gandia de 65 años, su insistencia a la hora de tratar de cobrar una cuenta por una consumición —que apenas ascendía a los 60 euros— a cuatro jóvenes que hicieron un «simpa» en su bar el pasado martes por la mañana. Su enfrentamiento con los clientes a la fuga a punto estuvo de costarle bien caro, tras ser brutalmente agredido por éstos, como se observa en un vídeo grabado por un testigo de lo ocurrido que circula desde entonces por redes sociales.

«No son los 60 euros del ‘simpa’, es la burla y la violencia que tuvieron conmigo», confiesa el agredido, quien cree que posiblemente los jóvenes que se fueron sin pagar los bocadillos y la bebida que habían consumido lo hicieron en «plan reto, para luego difundirlo por ahí y alardear de ello». Como consecuencia de la agresión, el sexagenario sufrió contusiones, un traumatismo craneoencefálico y todavía está bajo observación médica, según asegura. «Parezco un mapa de los golpes que me dieron».

Los cuatro jóvenes presuntamente implicados en dicha agresión, denunciada por el hostelero de Gandia, ya han sido identificados por la Policía Nacional, que los citará en breve para tomarles declaración y para que den su versión sobre lo ocurrido.

Los hechos se produjeron el pasado martes a las siete de la mañana cuando un grupo de cuatro jóvenes, de entre 20 y 28 años, estuvo almorzando y consumiendo unas cervezas y unos refrescos en la terraza de un bar del carrer de l’Om de Gandia. Según describe el hombre que regenta el local y que les atendió, era la primera vez que los veía en su local, iban bien vestidos y no hicieron ningún comentario extraño. Pidieron unos «chivitos» y cuando terminaron, justo después de pedir los cafés, aprovechando que éste entraba a hacer la comanda, se levantaron y se marcharon sin abonar las consumiciones.

Un cliente alertó a Jorge y el hostelero salió tras ellos. Tras obstaculizar su huida con su coche, el hombre les instó a que abonaran el importe de la cuenta cinturón en mano. Según la versión del agredido, éste se quitó el cinturón para defenderse porque previamente éstos ya le habían amenazado con agredirle y era lo único que llevaba encima.

En las imágenes captadas por un testigo de los hechos se ve que los jóvenes tratan en todo momento de marcharse, pero ante la insistencia del hostelero bajan del vehículo y la emprenden a golpes con la víctima. «¡Que no marées, que ya te hemos pegado bastante!», le espeta uno.

Pese a los golpes recibidos, varios de ellos en la cabeza, el hostelero no recula y vuelve a ir contra sus agresores para que paguen la cuenta, llegando a quitarle a uno de ellos el triángulo del coche con el que previamente le habían pegado, con el que golpea la ventanilla del vehículo en el que intentan escapar.

Finalmente, tras maniobrar para poder esquivar el coche del hostelero, los agresores consiguen huir. Tras ellos les sigue con el vehículo el agredido, quien inicia una persecución para reclamar lo que considera que es justo. «No se pueden permitir conductas de este tipo», remarca a la vez que reconoce que no sabe si saldría de nuevo detrás de unos clientes.