Entre pinos y monte bajo, en una zona de difícil acceso en el término municipal de Mequinenza, la Guardia Civil ha hallado y desmantelado una macroplantación de marihuana. Cuatro personas, todas ellas de origen albanés, fueron detenidas y 2.656 plantas de cannabis sátiva intervenidas. 

El cultivo que habían desarrollado los arrestados reúne características similares a otras intervenciones desarrolladas en el Prepirineo aragonés y que eran gestionadas por personas de este país del sudeste de Europa. La principal: los peculiares agricultores vivían junto al campo que habían creado entre árboles frondosos.  

Los investigadores pertenecientes a la Unidad Orgánica de Policía Judicial de la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza y al puesto del instituto armado en Caspe pudieron determinar que los traficantes talaron multitud de árboles y construyeron dos balsas de riego. Además llegaron a instalar placas solares, ocultas entre la vegetación, para dar electricidad a las tiendas de campaña de grandes dimensiones en las que se alojaban y poder residir allí sin tener que realizar desplazamiento y, por lo tanto, evitar ser descubiertos por el trasiego de personas en la zona. De hecho, tenían una cocina con nevera y horno, así como un invernadero para el proceso de secado de la marihuana. Todo ello en una extensión de 4.600 metros cuadrados. 

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La Guardia Civil desmantela en Mequinenza una plantación al aire libre de marihuana

La operación bautizada como Maríapilatos dio sus primeros pasos en el mes de mayo si bien no se ha desarrollado hasta finales de agosto puesto que la Guardia Civil quería tener todo bien atado. Los cuatro arrestados disponían en el perímetro de la zona de plantación diferentes puestos de vigilancia, camuflados entre la maleza con colchones en su interior, desde donde se visualizaban todos los accesos posibles a la finca y desde los que se comunicaban por transmisiones.

La detención no fue nada fácil, según señala la Comandancia de la Guardia Civil de Zaragoza, puesto que los cuatro sospechosos -de entre 23 y 28 años- increparon de forma agresiva a los agentes desplegados y pusieron una fuerte resistencia. 

Tras estas detenciones, la Benemérita llevó a cabo un registro en la finca donde contaban con un total de 2.656 plantas en diferentes estados de crecimiento, diez placas solares, básculas para el pesaje de la sustancia, más de un kilogramo de cogollos de marihuana, plantas en proceso de secado y diversa documentación que está siendo analizada por los investigadores. De hecho, pese a que los cuatro sospechosos fueron enviados a prisión por orden del titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción único de Caspe, la investigación continúa abierta.

La puesta en marcha de esta macroplantación habría comenzado los meses posteriores a marzo, que es cuando termina la temporada de caza y se reduce el número de personas en el monte. De modo que pueden cosechar prácticamente desde julio hasta octubre, que es cuando trasladan la producción a interiores.