"He sido yo, he sido yo". Esas fueron las palabras que Andrés G. G., conocido como Andresito, gritó mientras su víctima estaba noqueada sobre el suelo de la plaza Nuestra Señora de Salas de Huesca. Christian, un militar de 27 años nacido en Valdemoro, quedó inconsciente tras caer con la nuca, llegando incluso a rebotar el cráneo mientras su agresor se marchó corriendo. Así lo señalaron los testigos de la brutal agresión a la Policía Nacional, a la vez que apuntaron que tras jactarse y sacar pecho de lo ocurrido se fue corriendo junto al resto de sus amigos. Eran ocho en total. 

Los jóvenes que vieron el ataque que mandó a la víctima a ingresar en estado muy grave en la uci, tal y como adelantó EL PERIÓDICO, afirmaron a los investigadores que todo comenzó porque una de las jóvenes que estaban cerca de la víctima se sintió acosada. Estaba apartada del grupo con otra chica hablando cuando el agresor y sus amigos se acercaron a ligar con ellas. Ella rápidamente les dijo que tenía novio. De hecho, este entró en escena al ver que estaban molestando a la joven. Este chico señaló, según la declaración policial a la que tuvo acceso este diario, que estos chicos de etnia gitana comenzaron a increparles, diciéndole: «Nos estás mirando mal» en repetidas ocasiones. Es en ese momento cuando intentó mediar Christian, afirmando que no había ningún motivo para enfrentarse. 

Fue en ese momento, según los allí presentes, cuando de forma repentina Andresito le propinó un puñetazo a la víctima a la altura de su mandíbula, cayendo este al suelo. Se asustaron mucho porque en ese momento «se quedó con los ojos abiertos y en blanco». 

Uno de ellos decidió «ponerlo en posición lateral de seguridad y trató de evitar que se mordiera la lengua» hasta la llegada de la Policía y de los sanitarios del 061 que en un primer momento lo evacuaron al hospital universitario San Jorge de Huesca, si bien decidieron trasladarlo urgentemente al Clínico de Zaragoza ante la gravedad que presentaba. No era para menos. Allí fue operado de urgencia de una fractura craneal y tuvieron que drenarle la sangre acumulada en el cráneo y en el tejido cerebral llegando a estar ingresado en la uci. Su evolución ha sido favorable y ayer fuentes del Salud destacaron que ya había subido a planta y que su vida no corría peligro. 

La identificación de Andrés G. G. no solo se produjo por los amigos de la víctima que le vieron dar el puñetazo y enorgullecerse de lo que había hecho, sino que también hay grabaciones. El Grupo II de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Comisaría de la Policía Nacional en Huesca analizó unos vídeos grabados por el personal de un bar cercano que se observa al principal sospechoso.

Pero él no fue el único arrestado en este caso. Otros dos jóvenes fueron detenidos e imputados por un delito de atentado a agentes a la autoridad. Fue cuando una patrulla que participó en el dispositivo de búsqueda de los jóvenes les localizaron y les dieron el alto. Dado el numeroso grupo de sospechosos pidieron apoyo del resto de efectivos policiales. Eso les salvó la vida. 

De forma sorpresiva, según publicó este diario, los jóvenes rodearon a los agentes, les agarraron por los brazos hasta el punto que llegaron a lanzarles golpes y zarandearles para evitar que se acercaran al que llevaba restos de sangre en su ropa. No fue a más puesto que llegó un coche patrulla y todos se marcharon corriendo. Los tres se encuentra en libertad provisional, tras así acordarlo la jueza de guardia de Huesca.