Un joven de 22 años ha denunciado que anoche fue apaleado por 10 personas de estética neonazi delante de su pareja por llevar el lema "Working class" (clase obrera) en su camiseta. Los hechos ocurrieron a las siete de la tarde en las inmediaciones de la Plaça del Xuquer de València, donde la víctima, según denuncia, se acercaba a una papelera cuando una persona encapuchada y con la cara tapada hasta los ojos le preguntó "qué me llevas" en referencia a la camiseta.

En ese momento vio que la persona llevaba un objeto cortante y el agresor le mandó al suelo de un puñetazo. Acto seguido comprobó como otras 9 personas también encapuchadas se unían al agresor para perseguirle hasta un portal, donde emprendieron con el a patadas, puñetazos y golpes en la cabeza. La víctima denuncia que le lanzaron varios objetos en la cabeza y que "vi como uno de ellos cogía una silla y me la partía encima". Según declara el agredido, varias de esas personas llevaban en la ropa simbología neonazi y fascista como una cruz de hierro o una cruz de laurel. Durante la agresión, varios de ellos empezaron a gritarle "esto es el reino de València". Finalmente la víctima logró zafarse de los agresores metiéndose a la cocina de un bar cercano.

La víctima acaba e interponer una denuncia ante fiscalía de delitos de odio de València además de aportar el parte de lesiones, que se hizo poco después tras desplazarse por su propio pie a un centro médico para ser atendido por las heridas. El parte médico refleja un bulto de cinco centímetros en la cabeza, un eritema lineal en el cuello y varias contusiones y rasguños en el abdomen y piernas. El documento recoge también que se trata de un delito de odio.

La víctima de la agresión enseña algunas de sus heridas. /JOSÉ MANUEL LÓPEZ

Perfil del agresor

La Fiscal delegada de delitos de odio, Susana Gisbert, explica que "lo que ha denunciado esta persona lo hemos visto muchas veces en la misma zona (cercana a Mestalla y a la sede de un partido de ultraderecha) en los últimos tiempos, con un perfil de agresor que no se identifica porque va enmascarado, pero que tiene unas señales distintivas como simbología neonazi en la ropa, con cruces gamadas o coronas de laurel".

Estas agresiones, relata Gisbert, "siempre vienen de este perfil y a la víctima no se le dice que es por su ideología, pero sí que se dan unos gritos y soflamas que, entre eso y el aspecto del agresor, hacen pensar que se trata de un delito de odio". De hecho, asegura Gisbert, ni siquiera hace falta que se pruebe la ideología del agredido, "en muchos casos estos grupos eligen a sus víctimas porque entienden que tienen ideas contrarias a lo que ellos piensan y utilizan la violencia para hacer valer sus creencias, ni siquiera hace falta que sean de izquierda".

Gisbert incide en que "en muchas ocasiones hemos visto que las víctimas ni siquiera estaban haciendo manifestaciones políticas de ningún tipo, sino que las eligen como víctimas porque las perciben como tal, en base a la creencia de que tienen ideas contrarias".

Sobre la filiación política de los agresores y el hecho de que la paliza se produjera tras el partido València - Atlético de Madrid Gisbert señala que "no podemos decir nada con seguridad, pero sí que son personas de ultraderecha por su aspecto físico, gritos relativos al reino de Valencia y el lugar y el momento concretos. Pero iban tapados de la cabeza a los pies, lo único que no llevaban era mascarilla", apunta.

La ideología es la segunda motivación en la clasificación de delitos de odio solo por detrás del racismo/xenofobia. En el año 2020 se dieron 24 delitos por este motivo en la Comunitat, según el último Informe sobre la evolución de los delitos de odio publicado por el Ministerio del Interior. En total, en el año 2020 se produjeron 151 delitos de este tipo, que no paran de crecer desde el año 2013.