El joven de 22 años acusado de la muerte de la ex pareja sentimental de su madre —condenado por maltrato—, tras forcejear con éste cuando trataba de defender a su progenitora, se enfrenta a tres años de prisión por un delito de lesiones en concurso medial con un homicidio por imprudencia grave. Esa es la pena que solicita el Ministerio Fiscal por la agresión ocurrida en noviembre de 2019 en la localidad valenciana de Torrent. Además le reclama en concepto de responsabilidad civil indemnizaciones para los familiares del fallecido que ascienden a los 220.000 euros.

Por su parte, la defensa del procesado, ejercida por la letrada Silvia Moya, pide la libre absolución de su representado al mantener que ambos forcejearon cuando su cliente "intentaba evitar que su madre continuara siendo agredida". Asimismo atribuye los golpes que presentaba el finado a las autolesiones que se causó éste mientras decía que les iba a arruinar la vida. En todo caso, tras la detención del presunto maltratador y su traslado al Hospital General de Valencia, le pautaron una prueba radiológica para descartar lesiones internas, radiología que él mismo se negó a realizarse.

Después de que ningún facultativo detectara fracturas de costillas ni punción en el pulmón, en buena medida por la negativa del propio afectado, se le dio el alta con controles. No fue hasta el día siguiente al forcejeo, después de celebrarse un juicio rápido en el que fue condenado por conformidad por el Juzgado de Violencia sobre la Mujer número uno de Torrent, cuando el maltratador confeso cayó desplomado en la puerta del domicilio de su hermano.

Los intentos de reanimación cardiopulmonar resultaron inútiles y L. T., de 47 años y con patologías previas, finalmente falleció por un shock hipovolémico, cuya origen los forenses que realizaron la autopsia atribuyen a una rotura del bazo sufrida el día anterior.

Inicialmente el joven fue procesado por un homicidio doloso, tal y como adelantó en exclusiva Levante-EMV, diario del mismo grupo que este periódico, pero tras el recurso interpuesto por el despacho Moya Abogados, el Juzgado de Instrucción número tres de Torrent estimó que si bien no cabe el sobreseimiento de las actuaciones si su transformación en diligencias previas por un delito de homicidio imprudente. "En las actuaciones no se han encontrado indicios de una voluntad decidida de quitarle la vida ni siquiera de forma probable, asumiendo así las eventuales consecuencias, sino de impedir que el mismo agrediera a su madre visto el estado de excitación que presentaba", puntualiza la jueza.

La víctima de este supuesto homicidio imprudente acudió el 25 de noviembre de 2019 al domicilio de su expareja, madre del ahora acusado, en Torrent, y afectado por el consumo del alcohol y otras sustancias, comenzó a aporrear la puerta, todo ello delante de su hija de siete años, mientras vociferara para que su ex le abriera. Así, "la agarró fuertemente del cuello y la empujó causándole lesiones", según declaró probado el Juzgado de Violencia sobre la Mujer justo el día de su fallecimiento.