La tragedia se ha vuelto a repetir, esta vez, en Llucena. Dos vecinos han perdido la vida mientras dormían en su casa, a causa de una supuesta intoxicación por monóxido de carbono (CO) al haber dejado encendida en la habitación un brasero de leña. Este nuevo accidente se produce solo cuatro días después de que otro matrimonio y su hijo de 20 años fallecieran en su piso de Catarroja por la mala combustión de un aparato del sistema de calefacción, también mientras dormían.

En ambos casos, las autopsias han confirmado que las muertes se produjeron por la carboxihemoglobina formada en su sangre al asociarse los glóbulos rojos con el monóxido de carbono en vez de hacerlo con el oxígeno, lo que produce la muerte por anoxia.

El último de los sucesos fue descubierto en la madrugada de ayer, cuando la hermana y el cuñado del dueño de la casa, José Luis Vilar, de 54 años, acudieron a la masía para ver si sucedía algo extraño, dado que no sabían nada de él ni de su pareja, Celedonia Landaci, de 57, desde hacía tres días.

La máxima extrañeza se había producido un día antes, el martes, ya que ese día era el cumpleaños de la hermana de José Luis y no era normal que no hubiese llamado ni que tampoco se hubiese acercado a su casa. Tampoco respondió a sus llamadas, así que decidieron acudir a la masía donde residía la pareja, temerosos de que les hubiera sucedido algo.

Con las llaves que la familia tenía de la casa, ubicada en la zona de Mas del Batlle, a la salida de Llucena en dirección a Villahermosa, acudieron y entraron al ver que nadie contestaba tampoco al timbre. Al entrar, encontraron los cuerpos sin vida de la pareja. Ambos estaban en la cama del dormitorio principal, donde también había un brasero de leña con restos quemados y sin ventilación.

En cuanto alertaron al 112, acudieron patrullas de la Guardia Civil y una ambulancia del SAMU, cuyo personal ya solo pudo certificar las muertes.

Además, fue alertado el Equipo de Policía Judicial de Vinaròs, que se ha hecho cargo de la tramitación de las diligencias de este nuevo accidente por inhalación del monóxido de carbono, que en este caso podría haber sido generado casi con toda seguridad al apagarse la llama y concentrarse el gas letal en el humo causado por la mala combustión de la madera semiapagada. La habitación tenía las ventanas cerradas para evitar el frío de la noche, lo que habría aumentado la proporción de CO en el aire.

El hombre era muy conocido en la localidad y trabajaba como bombero forestal de una brigada de refuerzo en periodos estivales.

El primer edil, David Monferrer, lamentó lo ocurrido en declaraciones a este periódico y trasladó sus condolencias a los familiares y amigos de las víctimas ante tan trágica pérdida. Además, ha decretado luto oficial.

Cinco muertes en cuatro días han disparado las alarmas y han llevado a los responsables de Emergencias a volver a hacer un llamamiento a la población para que extremen las medidas de seguridad. Entre ellas, revisar los aparatos antes de cada invierno y verificar que la combustión es correcta y no genera niveles de CO letales, no permitir que nadie sin la habilitación oficial toque esos aparatos y, sobre todo, mantener una ventilación adecuada en el lugar donde se encuentren.