Llevaba casi un año fugada de España, desde que escapó de una operación policial contra la explotación de mujeres en Aragón, Asturias y Cataluña. 'La Diabla' o Donatella, los apodos que usa Leudis Isaac Corro Camacho, huyó a finales de 2020 con el que entonces era su novio, un expolicía alemán. Una operación conjunta de la policía española y alemana ha permitido localizarla y detenerla la noche de ayer en la ciudad de Hamburgo, según ha podido saber CASO ABIERTO de fuentes de la investigación.

La Diabla se había convertido en la fugitiva más buscada de España junto al asesino de Alcásser Antonio Anglés y al traficante de drogas Norbert Kohler, y figuraba desde hace un mes en la lista de delincuentes más buscados de Europol.

Corro Camacho está acusada de los delitos de trata de seres humanos, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. A principios de mes había sido detenido su exnovio, el expolicía alemán, pero ella ya no estaba con él.

Las investigaciones de la Unidad de Localización de Fugitivos de la Policía Nacional apuntaron pronto a dos países como posibles escondites para Donatella o La Diabla: Letonia y Alemania. En el primer país, ella tenía a su último novio, un exjugador profesional de hockey sobre hielo. En el segundo, Alemania, su negocio de trata de mujeres tenía algunas ramificaciones. Es allí donde acaba de ser detenida gracias a la colaboración de la BKA (policía alemana).

Sin senos, sí hay paraíso

Antes de fugarse de España, Donatella captaba mujeres y transexuales en su país, Venezuela. Les prometía un trabajo en España. Luego, les hacía operarse para aumentarse el pecho y las obligaba a someterse a liposucciones porque, les decía, "los españoles no las quieren gordas".

A partir de ese momento, La Diabla, que había tomado el apodo de un personaje de la serie "Sin senos sí hay paraíso", adaptación colombiana de la serie "Sin tetas no hay paraíso", aseguraba a sus víctimas que le debían ya 12.000 euros cada una, una cantidad que iba aumentando con diferentes sistemas de sanciones y multas.

Las mujeres eran luego encerradas en pisos de Oviedo y Barcelona, donde se las obligaba a prostituirse. También eran enviadas durante algunas temporadas a Alemania, donde también eran explotadas. Cuando dejaban de ser rentables para la red mafiosa, eran "vendidas" a un club de alterne situado a las afueras de Caspe (Zaragoza).

En octubre de 2020, una de las jóvenes, que entonces tenía 18 años y que estaba embarazada, recibió una paliza y acudió al hospital. En Asturias, otra mujer logró escapar del piso donde estaba encerrada y denunció a la organización criminal. La policía y la guardia civil empezaron entonces una operación conjunta para desmantelar el grupo, que ahora ha concluido definitivamente.