Los cinco hombres de La Manada, que violaron a una joven en un portal de Pamplona durante los Sanfermines de 2016, se han apuntado voluntariamente a los cursos de intervención y control que se imparten en las prisiones a los agresores sexuales, según ha sabido CASO ABIERTO. Esos programas de tratamiento duran casi dos años y apuntarse a ellos significa que los condenados por violación "reconocen sus delitos".

José Ángel Prenda, Alfonso Cabezuelo, Antonio Manuel Guerrero, Jesús Escudero y Ángel Boza, todos condenados a 15 años de cárcel por las agresiones sexuales a la chica madrileña, se han apuntado a los cursos de "control de la agresión sexual", aunque, de momento, solo dos de ellos han sido aceptados y han comenzado a realizarlos.

Tiempo de condena

Fuentes penitenciarias explicaron que "para incluir a un interno en el programa de intervención de agresores sexuales se tiene en cuenta el tiempo de condena que le queda y su evolución personal. Son tratamientos terapéuticos y se autorizan cuando los expertos crean que van a ser más efectivos". Añadieron que "el interno que tenga voluntad de hacer el programa lo acabará haciendo".

Cuatro de los cinco integrantes de La Manada, que cumplen sus condenas en diferentes cárceles, tienen además otra condena de dos años y diez meses de prisión por abusos sexuales a otra joven en Pozoblanco (Córdoba).

Se trata de la primera vez que todos ellos reconocen ser delincuentes sexuales. Cuando fueron detenidos, y posteriormente durante todo el proceso judicial contra ellos, defendieron su inocencia, insistieron en que se había tratado de sexo consentido y acusaron a su víctima de mentir.

La joven, de 18 años cuando sufrió las agresiones, tuvo que dejar sus estudios e incluso irse de España durante unos meses. El pasado verano, José Ángel Prenda fue el primero en cambiar de actitud al escribir una carta a la víctima de Pamplona en la que pedía perdón por su ataque.

Permisos de salida

El temor del entorno de la víctima de La Manada es que se trate de una maniobra de sus agresores para lograr permisos de salida de prisión. Hasta ahora los han solicitado varias veces (ya han cumplido más de la cuarta parte de su condena), y siempre se los han denegado.

Como parte del tratamiento, los integrantes de La Manada tendrán que ver la película "Acusados", de Jodie Foster, que trata sobre un grupo de hombres que violan a una mujer

Realizar un programa de este tipo no implica ningún beneficio automático para el preso, pero sí que se "valora" por parte de la dirección de la cárcel y el juez. El reconocimiento del delito cometido es un paso casi imprescindible para lograr permisos de salida de prisión.

Los programas o cursos para delincuentes sexuales en prisión se iniciaron en 2005 en España y han tomado ejemplo de los que se aplican en Estados Unidos, Inglaterra, Canadá y Nueva Zelanda. El manual español se llama "El control de la agresión sexual: Programa de intervención en el medio penitenciario". Un programa de tratamiento para delincuentes sexuales en prisión". Siguiendo esa guía, los internos se someten a dos sesiones semanales de tres horas de duración. Están divididos en dos bloques de doce módulos cada uno. Uno de ellos se dirige a tomar conciencia de las emociones y otro a aprender a controlar las conductas delictivas y prevenir volver a cometer esos delitos.

Portada del manual "El control de la agresión sexual: Programa de intervención en el medio penitenciario"

Biografía sexual

También se abordan los daños a las mujeres que agredieron e incluyen, por ejemplo, que el violador escriba una historia de su vida, incluida su biografía sexual, y también un texto sobre sus víctimas y el daño que les causaron, a ellas y a sus familias. Los delincuentes condenados que hacen el curso estudian casos reales de otros violadores, ven testimonios, imágenes reales de los daños sufridos por otras víctimas y películas. Los integrantes de La Manada, por ejemplo, deberán ver "Acusados", protagonizada por Jodie Foster y Kelly Mc Gillis, que trata sobre una violación grupal a una mujer en un bar y el juicio posterior, en el que ella es acusada de mentir y de haberlos provocado.

Desde que se iniciaron estos programas, en el año 2005, los han realizado 2.949 internos. El año pasado, fueron 472 presos los que participaron. Los expertos y terapeutas que dirigen los cursos tienen la facultad de rechazar o expulsar a los presos que no vean implicados o que directamente saboteen los programas.