Con dos fotografías de Marta Calvo en ambas manos, la letrada Pilar Jové, que ejerce la acusación en representación de la madre de la joven de 25 años asesinada en Manuel, quiso recordar que aunque cronológicamente Marta fue la última de las víctimas del presunto asesino en serie Jorge Ignacio P. J., ella fue "la víctima cero" que, pese a nunca haber sido localizado su cadáver, permitió destapar el modus operandi del ahora acusado de matar a tres mujeres con una sobredosis letal de cocaína y abusar y violar de otras ocho entre junio de 2018 y noviembre de 2019.

"La peor pena que puede tener un padre es perder a un hijo, pero el peor castigo es no poder enterrarlo", lamentó con las imágenes en la mano, trasladando a los miembros del jurado el sufrimiento de Marisol Burón, 'la madre coraje' que destapó al presunto asesino, cuya difusión de su fotografía en los medios de comunicación impulsó a las víctimas que sobrevivieron a sus prácticas sexuales a dar el paso y denunciar.

Otra de las abogadas de la acusación particular, Isabel Carricondo, destacó también el papel fundamental que jugó la madre de esta víctima mortal del acusado. "Si la madre de Marta Calvo no hubiera ido a casa de este señor porque su hija le mandó la ubicación seguramente estaríamos hablando de muchas más muertas". Y quiso dejar bien claro que el fin sexual del acusado estaba en un segundo plano: "Lo que realmente quería era drograrlas y verlas agonizar".

"Elegía mujeres como quien juega a la ruleta rusa. Llevaba la fiesta blanca hasta donde a él le daba la gana", puntualizó Carricondo, a la vez que insistió en que el acusado "era plenamente consciente de lo que hacía, de con quién lo hacía y de cómo lo hacía", como demostrarán los informes psiquiátrico forenses, anunció.

De igual modo el letrado Juan Carlos Navarro, que representa a ocho de las víctimas –dos de ellas mortales– reivindicó el carácter feminicida del acusado, que buscaba a víctimas especialmente vulnerables, "bajo el convencimiento de que al ser prostitutas podía hacer lo que le diera la gana con ellas". El abogado solicitó al inicio de la sesión, durante la lectura de los escritos de acusación, que se omitiera el nombre de las supervivientes para evitar una doble victimización, a lo que la letrada de la defensa se negó.

No fue el único gesto feo que tuvo esta abogada durante la primera sesión del juicio. En plena intervención de la abogada de la madre de Marta Calvo, justo cuando Jové estaba describiendo al jurado la figura humana de la joven, recordando la celebración del 25 cumpleaños de Marta con su familia, "el último que pudo celebrar", o cómo su abuela, de 92 años, se sigue preguntando "por qué ella sigue vive y su nieta muerta", la abogada de la defensa interrumpió la exposición emocionada de la abogada tras convencer a la jueza de que tenía una urgencia súbita: ir al baño en pleno juicio.

El parón lo provocó justo cuando su cliente, impasible durante toda la vista oral, agachaba la cabeza y la mirada mientras escuchaba el relato de cómo asesinó a Marta con una sobredosis letal de cocaína.

Respecto al descuartizamiento de su cadáver, Pilar Jové afirmó que esta versión "es completamente irreal e ilógica". Y recordó al jurado cómo los investigadores rastrearon el recorrido que podrían haber seguido los restos mortales de Marta siguiendo las indicaciones que dio el acusado en la única declaración hasta la fecha, cuando dijo que la tiró a dos contenedores "como a la basura". "Durante más de ocho meses se removieron 16.800 metros cúbicos de basura en el vertedero de Dos Aguas y no apareció absolutamente nada", remachó.

Por su parte, la letrada del padre de Marta Calvo, Candela Estévez, remarcó que Jorge Ignacio P. ya había visto cuáles eran los efectos de este tipo de prácticas sexuales con Arliene y Lady Marcela, y, ya que era conocedor de que habían muerto, a lo que el acusado reaccionó negando con la cabeza.

Vicente Escribano, letrado de otra de las víctimas supervivientes, también quiso trasladar el agradecimiento de su representada por la valentía de la madre de Marta Clavo, ya que al mismo tiempo que tuvo la mala suerte de cruzarse en su camino con el ahora acusado, también tuvo la fortuna de que hubiera una mujer como ella que pusiera fin al reguero de muertes y violaciones del procesado.