El testimonio de la primera víctima del presunto asesino de Marta Calvo está siendo desgarrador. La primera víctima está respondiendo a las preguntas de la Fiscalía sobre el encuentro sexual que mantuvo en la Avenida de las Corts en Valencia con Jorge Ignacio P. J. y del que logró salir con vida tras comprobar que le había introducido varias piedras de coca por la vagina.

El relato de los hechos de la víctima número 1 confirma el modus operandi del presunto asesino de Marta Calvo. "Entré y me senté en la cama y le dije, "usted no es español, es colombiano". Me sonrió y pensé "no me va a dar problemas". "En la mesa había un manojo de droga, en una bolsa negra, envuelta con una cuerda de atar que abrió. El olor era impresionante y la cantidad también. Lo tenía preparado ya, cuatro rayas en un azulejo negro", recuerda la víctima. 

"Me dijo, "dale", y le dije que no. Cuando me quité la ropa, ya faltaba una raya, pero era muy raro que se la hubiera hecho ya. Me ofreció un masaje. En todo momento permanecía que tenía la mano cerrada, empuñada. Me hizo un masaje, yo estaba boca abajo". 

Fue entonces cuando la víctima comenzó a sentir algo extraño. "Empecé a sentir mucho calor y el corazón me iba muy rápido", pero explica que como había quitado el aire acondicionado, pensó que era por eso. No quería decir nada para no ahuyentar al cliente.

"Usted me está matando.... me quieres matar"

Lejos de parar, la víctima asegura que Jorge Ignacio O. J. insistió en seguir: "Me dijo que me hiciera la raya, pero yo le dije que no, porque estaba cada vez peor". "Entonces -matiza la testigo- me fui al baño, porque me ardía.... empezaron a salir rocas de coca del tamaño de un garbanzo", relata la víctima, entre "cinco o seis". 

La testigo afirma que fue entonces cuando reaccionó contra el agresor. "¿Tú que estas haciendo? Por qué me metes droga en mis partes íntimas?" "Usted me está matando.... me quieres matar. Y qué va a ser de mi hijo discapacitado".

"Este hombre me drogó para matarme. No hay más", afirmó con rotundidad la víctima, cuyo testimonio es desgarrador y describe al milímetro el ataque clarísimo del que fue objeto.