La Policía Nacional ha realizado sendas operaciones contra la trata de seres humanos para la explotación laboral que se han saldado con tres detenciones, una en un lavadero de coches de Alicante, donde los operarios cobraban 4 euros a la hora trabajando todos los días de la semana, y las otras dos en una empresa de hortalizas de Callosa de Segura, en la que los trabajadores realizaban jornadas maratonianas de hasta 16 horas pelando cebollas a cambio de diez euros, lo que arroja una media de 1,6 euros la hora, según ha informado la Comisaría Provincial. Las tres personas detenidas, dos hombres y una mujer de 32, 46 y 54 años, todas españolas, han sido acusadas de sendos delitos contra los derechos de los trabajadores, favorecimiento de la inmigración ilegal y tráfico de mano de obra.

Según la Policía Nacional, los arrestados tenían en sus empresas a varias personas en condiciones laborales muy por debajo de las mínimas legalmente garantizadas, abusando de su situación de vulnerabilidad al ser inmigrantes que no dominan el idioma y desconocen sus derechos. La mayoría de los trabajadores extranjeros carecían de contrato laboral, seguro de accidentes y permiso de residencia y trabajo.

El Grupo III de la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF) de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras de Alicante se ha encargado de realizar las dos investigaciones contra la explotación laboral de ciudadanos extranjeros. Los agentes de la UCRIF recabaron los datos necesarios para proceder a la fase de explotación y acudieron a las empresas acompañados de personal de la Inspección de Trabajo de Alicante.

Dos agentes en la empresa inspeccionada en Callosa de Segura.

Los dos casos destapados por la Policía Nacional son igual de sangrantes, pero llama la atención la situación laboral de los trabajadores extranjeros de una empresa dedicada a la recolección y distribución de hortalizas en Callosa de Segura. Los investigadores localizaron en la inspección de dicha empresa a 16 trabajadores, todos de nacionalidad extranjera, y nueve de ellos estaban en situación irregular en España.

Según los datos recabados por la Policía de los propios trabajadores, los inmigrantes eran explotados sin respetar la normativa más elemental en materia de riesgos laborales y realizaban jornadas maratonianas de seis de la mañana a diez de la noche. La jornada de trabajo era continua y no descansaban ni para comer. Su principal labor era la de pelar cebollas y les pagaban un salario en función del trabajo realizado, a razón de cinco céntimos de euro por cada kilogramo de hortaliza limpia. Por ello, debían llegar a la cantidad de 200 kilos para cobrar la cantidad de 10 euros, lo que supone una media de 1,6 euros la hora, asegura la Policía Nacional.

Los agentes detuvieron a un hombre y una mujer como responsables de la explotación laboral y se tramitaron diligencias que fueron remitidas al juzgado correspondiente de la Vega Baja.

La segunda empresa inspeccionada era un lavadero de automóviles y allí localizaron a seis trabajadores, de los cuales cinco eran extranjeros y dos de ellos en situación irregular. Según informa la Policía, fue arrestado el propietario de la empresa, el cual obligaba a todos ellos a trabajar todos los días de la semana, de lunes a domingo, ya que si caían enfermos y no podían acudir al trabajo no les pagaban. Todo ello a cambio de un salario de 140 euros semanales, por lo que recibían una media de cuatro euros por cada hora de trabajo.