Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer

Las calles de Aragón se tiñen de morado en un grito unánime contra el machismo

«Contra la violencia machista, lucha feminista» fue el lema de la manifestación que recorrió Zaragoza con una presencia minoritaria de jóvenes

El grito de la calle es unánime: «Contra la violencia machista, lucha feminista». Y es que la calle solo entiende un único camino y una única solución, esa lucha feminista que fue respaldada por cientos de personas en Zaragoza, a los que sumaron otros tantos en todos los rincones de la capital aragonesa. Si bien es cierto que no hay fisuras en el movimiento, que los que salieron a las calles están unidos, que el grito resuena sin eco, destacó que los jóvenes fueran minoritarios en una cita que no entiende ni de edades ni de géneros ni de razas.

Pero los datos, que datos son, vislumbran que un alto porcentaje de estos jóvenes permanece ajeno a esta realidad. Según un estudio de la Fundación FAD Juventud, casi un 12% de los jóvenes –un 11,7– considera que la violencia de género no existe y se trata de un invento ideológico. Y los datos, que datos son, también se traducen en sensaciones y realidades a pie de calle. 

 «Echa un vistazo a la gente joven que hay. ¿Verdad que no ves a casi nadie?», denunciaba públicamente Joaquín Sabater, de 62 años, mientras resonaba de fondo un «¡Nos queremos vivas!» en la Plaza España. «Es lamentable. Somos una sociedad enferma. ¿Qué hace la gente joven?¿Alguien le ha preguntado a los chavales qué están escuchando a quién están leyendo?», criticó este prejubilado del mundo de la carpintería, allí presente por su compromiso con la sociedad: «La lucha contra la violencia machista forma parte de todas las luchas del ser humano para mejorar una de las facetas de la vida». 

Concentración en las puertas de las Cortes de Aragón

Concentración en las puertas de las Cortes de Aragón

Sabater defendió que la sociedad ha avanzado «muchísimo» pero casi que recuperaba para su discurso eso de que cualquier tiempo pasado fue mejor: «En los años 80 veías esas ansias de liberación de la gente, con mucho respeto y con muchos avances. Desde entonces parece que todo va más lento, ¿no?». Los jóvenes también salieron de la boca de Lourdes Gargallo, de 64 años. Para bien, con perspectiva de futuro y optimismo. «Confío mucho en vosotros, en los jóvenes; esto se está empezando a ver de otra manera. Somos iguales y, si alguien dice que no somos iguales, sí que tenemos los mismos derechos. Yo soy la tercera de 13 hermanos, somos cinco chicas y las que currábamos dentro y fuera de casa éramos nosotras. Pero ahora veo a mis sobrinos, que tengo 23, y ya no es así», explicaba Gargallo a la vez que sacaba de su bolso una camiseta roja con el lema La pobreza tiene rostro de mujer para ponérsela por encima de la cazadora. «¿Por qué rojo? Porque somos luchadoras y somos fuertes contra la violencia a la mujer», aclaró. 

Esta mujer, con experiencia en el cuidado de niños, en el sector de la limpieza y la restauración, recuerda las actitudes machistas a las que tenía que hacer frente a diario cuando trabajaba como jefa de cocina: «Yo reivindiqué que todos cobráramos igual porque igual un hombre cobraba 400 euros más en el mismo puesto que yo. Te enfrentabas a muchos micromachismos, te piropeaban...». 

Uno de los primeros grupos que esperaba en plaza España eran cinco alumnas del Grado Superior de Promoción de Igualdad de Género del IES Avempace. Cristina Mallor, de 21 años, entiende que el camino para seguir avanzando es «educando en igualdad», pero no solo a partir de «cuatro charlas en la ESO», sino implantando su formación en los temarios de las asignaturas. Sus profesoras, Begoña y Carolina, también presentes en la concentración, hicieron un llamamiento a que los centros educativos se sensibilizaran con la materia y animaran a los alumnos a acudir a este tipo de reivindicaciones. «Hay que visibilizar que el machismo cuesta muchísimas vidas», manifestaron.  

En los ayuntamientos

Una respuesta en la calle que por la mañana fue de carácter más institucional. Las fachadas de los ayuntamientos aragoneses desplegaron pancartas en apoyo de las víctimas de la violencia machista y con el mismo llamamiento: luchar contra este tipo de terrorismo. 

Las puertas de las Cortes de Aragón reunieron tanto a los miembros del Gobierno autonómico, con el presidente Javier Lambán a la cabeza, como a los diputados de las formaciones políticas entre los que destacó el presidente de la Cámara, Javier Sada. Coincidió que había Pleno y de ahí esa foto de unidad que no suele darse cuando se organizan los minutos de silencio por crímenes de género. Ya en el interior del hemiciclo Lambán resaltó el intenso trabajo desarrollado por el Instituto Aragonés de la Mujer, cuyos presupuestos han crecido de 3,2 millones en 2015 a 8,2 el próximo y sus recursos para llegar a todo el territorio han pasado de 250.000 euros a 1,7 millones en el mismo periodo. Fue ante las críticas del portavoz de IU, Álvaro Sanz, quien pidió intensificar esfuerzos porque «recibieron atención 2.147 de las 4.006 que denunciaron el año pasado». 

Frente a las puertas del consistorio zaragozano hubo una concentración para pedir la dimisión la concejala de Economía Carmen Herrarte (Cs) por sus declaraciones en contra de Irene Montero en la que hablaba que estaba en el Gobierno «por ser fecundada por un macho alfa». La edila señaló: «España es un país libre en el que todo el mundo tiene derecho a manifestarse con libertad», ha dicho, antes de recalcar que «mientras nosotros hablamos, hay violadores que están saliendo de la cárcel». «Hoy nos despertamos con desgraciada noticia de que dos violadores han visto rebajada su pena por ley del ‘solo sí es sí’. Espero que el Gobierno rectifique», manifestó. 

Pero no todo fue política. En Escatrón se recordó a Mari Carmen, de 71 años, que fue asesinada por su exmarido el pasado mes de septiembre. Sus dos hijas y su hijo le recordaron con una ofrenda floral. 

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