La Audiencia de Madrid rechaza que el asesino de Juana Canal la matara accidentalmente

Jesús Pradales está en prisión acusado de acabar con la vida de su pareja, descuartizarla y esconder su cuerpo durante 19 años | La Justicia acaba de rechazar su recurso, según ha podido saber CASO ABIERTO

Una imagen y una flor de las muchas con las que rindieron homenaje a Juana Canal en Ciudad Lineal, el pasado 25N.

Una imagen y una flor de las muchas con las que rindieron homenaje a Juana Canal en Ciudad Lineal, el pasado 25N. / CASO ABIERTO

Tamara Morillo

Tamara Morillo

La mató de un golpe, desmembró su cuerpo, lo introdujo en dos maletas y enterró sus restos en Ávila. Durante 19 años Jesús Pradales guardó silencio. Dos décadas después de aquel 23 de febrero de 2003 Juana Canal fue localizada. Él confesó la autoría, a medias. Dijo que no quería matarla.

La Audiencia Provincial ha desestimado el recurso de reforma presentado por la defensa de Jesús Pradales -acusado de matar, descuartizar y ocultar el cadáver de Juana Canal en 2003- para evitar que el juicio se celebrara con un jurado popular, alegando que el homicidio fue involuntario.

El auto, al que ha tenido acceso CASO ABIERTO, portal de sucesos e investigación de Prensa Ibérica, confirma la decisión del Juzgado de Instrucción nº21 que lo desestimó en enero. La defensa de Pradales pretendía demostrar que "los hechos denunciados pudieran ser constitutivos de un delito de homicidio imprudente, dado que no pretendía acabar con la vida de la víctima, aunque ese acabara siendo el resultado".

En el citado auto se pronuncia también el Ministerio Fiscal, que califica los hechos como "un delito de homicidio consumado que habría tenido lugar en la madrugada del día 23 de febrero de 2003 cuando el investigado, presuntamente, mientras se encontraba en el domicilio que compartía con su pareja sentimental Juana Canal Luque en la ciudad de Madrid, en el seno de una discusión con ella, la golpeó en el cuello, acabando con su vida, tras lo cual procedió a su descuartizamiento y trasladó hasta la provincia de Ávila, donde la enterró, no siendo hallado sus restos óseos hasta el año 2019". El hecho, añade, es susceptible de ser calificado como delito de "violencia de género".

Una decisión que Juan Manuel Medina, abogado de la familia de Juana Canal, valora como "previsible y acertada". El investigado, añade Medina, "pretende vender una versión edulcorada de lo que fue un crimen inconfesable".

Juani era amante de la música, como todos en casa. / FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA A CASO ABIERTO

Juani era amante de la música, como todos en casa. / FOTO CEDIDA POR LA FAMILIA A CASO ABIERTO

Dos décadas de silencio

La mató, la enterró y nunca más dijo nada de ello. Siguió con su rutina, forjó una familia y se mantuvo en silencio. Propietario de una caravana de perritos calientes y patatas fritas, hoy también llamadas food trucks, Jesús Pradales disfrutaba de feria en feria. Construyó una nueva vida, discreta: dejó el taxi, donde trabaja por aquel entonces, en 2003, con el que trasladó los restos mortales de Juana.

Se casó, tuvo hijos. Nunca contactó con nadie relacionado con Juani, quien había sido su pareja durante un año. Con quien vivía en una casa de Ciudad Lineal. Quien murió en sus manos. Nunca ayudó en su búsqueda, porque él fue quien la enterró en Ávila.

Después de dos décadas, se resuelve el crimen de Juana Canal. / CASO ABIERTO

Después de dos décadas, se resuelve el crimen de Juana Canal. / CASO ABIERTO

Varias declaraciones: mínima pena

Jesús Pradales fue detenido el pasado 26 de octubre. Se mostró impasible. Titubeó, cambió de abogado y finalmente confesó: le dio un golpe, la mataría "sin querer", tras una discusión porque Juana le había quitado 600 euros.

La primera versión la daría casi 24 horas después de su arresto. Se derrumbó y confesó que había descuartizado a la mujer, pero que él no la había matado.

"En España descuartizar un cadáver no conlleva penas de prisión", aseguraba en ese momento Medina, abogado de la familia de Juana, a este medio. "Profanación de cadáver: la condena impuesta por ello es de 3 a 5 meses o una multa. Nadie se encuentra una persona fallecida, la descuartiza y la entierra lejos de su casa. Entendemos, sin poder haber accedido al sumario, que hay suficientes indicios de que este señor acabó con la vida de Juana Canal".

Pradales, asesorado por su abogado, se retractó y modificó su confesión: "la maté sin querer (…) Ví que continuaba en el suelo con los ojos abiertos. Me percaté de que estaba muerta. Me asusté", manifestó a la jueza. Fue entonces cuando decidió cortarla en dos con un cuchillo. La metió en dos maletas y la llevó a 90 kilómetros, a Navalacruz. Cerca de su finca, excavó con un azadón dos hoyos y metió los restos.

Regresó a casa, dejó una nota para Sergio, uno de los hijos de Juani, que vivía con ellos. "Tu madre y yo hemos tenido una fuerte discusión y ha salido corriendo. He salido en su busca, pero no la he encontrado". No volvieron a verla. No volvieron a verlo.

Una imagen de Juana Canal junto a la nota que encontró su hijo mayor cuando llegó a casa. / CASO ABIERTO

Una imagen de Juana Canal junto a la nota que encontró su hijo mayor cuando llegó a casa. / CASO ABIERTO

Una vida rota

Juana tenía 38 años, dos hijos de su anterior matrimonio y una nueva ilusión: había encontrado trabajo, dejó la casa de su madre y se acababa de instalar en el madrileño distrito de Ciudad Lineal. Su familia vivió dos décadas buscando.

El hallazgo de su cuerpo se produjo solo tres meses después de que CASO ABIERTO publicara un reportaje que contribuyó a reactivar la búsqueda y el caso. La localización de sus restos, hallados en 2019 por unos senderistas, no fue comunicado a su familia hasta el 28 de junio de 2022.