Delincuencia en Internet

Los niños y los mayores, nuevo objetivo de los cibercriminales

Roban datos bancarios y personales con ‘trampas’ en los juegos online favoritos de los más pequeños

Una niña juega con el teléfono de su madre mientras ésta realiza labores del hogar.

Una niña juega con el teléfono de su madre mientras ésta realiza labores del hogar. / DAVID REVENGA

Los cibercriminales hicieron su agosto durante lo peor de la pandemia del coronavirus, y siguen haciéndolo. En la Comunidad murciana, más de la mitad de las denuncias que recibe la Policía Nacional están relacionadas con delitos en la Red. Según el Balance de Criminalidad del ministerio del Interior, la Región de Murcia es la comunidad autónoma en la que más creció la ciberdelincuencia en el año 2022. Y los ciberdelincuentes (al igual que los delincuentes de toda la vida) se están cebando con los más vulnerables: niños y mayores.

En concreto, tal y como consta en el último documento emitido por el departamento de Marlaska (cuyos datos se corresponden con el periodo comprendido entre enero y diciembre del 2022), los ciberdelitos aumentaron en la Comunidad murciana un 24,1% con respecto al año anterior. Una estadística que se agrava aún más si se compara con las cifras registradas en 2019, el último año antes de la pandemia. Los crímenes digitales se han incrementado en la Región un 146,5% desde entonces, refleja Interior.

La autonomía registró un total de 9.937 ilícitos de esta clase el pasado año. En 2021, fueron 8.009 los delitos, mientras que hace cuatro años, antes de que la covid hiciese que estos ‘malos’ cibernéticos cogiesen impulso, el número fue de 4.031.

Los piratas camuflan las estafas digitales con el paraguas de falsas ofertas sobre nuevas aplicaciones y premios

Dentro de los delitos digitales, las estafas son el gran peligro para los internautas. Este tipo de crímenes representan el 86,7% del total de los cometidos en la provincia: en 2022, fueron 8.619 los casos; en 2021, 6.754, mientras que antes de la pandemia solo constan 3.358.

Falsos príncipes de capa caída

"Hay una frase de un compañero que dice que el ciberdelincuente ya no va a robarte a tu casa: te roba desde la suya", contaba a La Opinión recientemente el jefe del Equipo de Investigación Tecnológica de la Guardia Civil en la Región, que hizo hincapié en que "a veces el primer virus es el propio usuario, que se mete donde no debe". Eso es lo que está pasando con los infantes y las personas ancianas: que entran en páginas o aplicaciones en las que, sin ellos saberlo, acaban siendo víctimas de los cibertimadores.

Y es que la clase de engaños en Internet han mutado y evolucionado con los años al igual que los usuarios, y ya no llegan tantos correos electrónicos como antes en los que pedía, por ejemplo, una cantidad de dinero a cambio de promesas como la herencia de un príncipe extranjero que muere sin descendencia. Un príncipe o una señora americana que, extrañamente, escribe al mail de alguien de la Región y le cuenta que ha decidido dejarle todo su dinero porque sí. Aunque, apuntan investigadores expertos en Delitos Tecnológicos, esto sigue pasando y la gente sigue picando.

Más de la mitad de las denuncias que recibe la Policía Nacional en la Región tienen que ver con timos cibernéticos

Además, los métodos son mucho más sofisticados y buscan la vulnerabilidad de quienes están menos habituados a lidiar con los intentos de estafa: los niños y las personas mayores.

El aumento del uso de la tecnología por parte de pequeños y ancianos también trae consigo el aumento de los ciberdelitos enfocados a estos rangos de edad, porque, por lo general, se trata de personas con un menor conocimiento de cómo prevenir este tipo de estafas. Lo que los delincuentes considerarían un blanco fácil.

Sobre cómo logran engañar a los niños, que no saben qué es una estafa ni obviamente tienen cuenta en un banco, la clave está en que lo hacen como un juego.

En los juegos con los que los menores se entretienen con el móvil (muchas veces, con el terminal de sus progenitores, ya que se trata de niños demasiado pequeños para tener su propio teléfono) saltan cada vez más anuncios de productos que pueden incluir pagos adicionales, algo que los ciberdelincuentes están aprovechando: los niños pinchan sin querer. Los piratas informáticos camuflan las estafas digitales con el paraguas de falsas ofertas sobre nuevas aplicaciones y premios. Es decir, roban datos bancarios y personales de los progenitores poniendo en los juegos online más populares ‘trampas’ en las que caen los menores.

Explican los expertos que muchos de los intentos de ‘phishing’ se ocultan detrás de falsas ofertas en las que se venden bondades a los chiquillos: se les insta a que descarguen la última versión de un juego que puede ser fraudulenta, o a que introduzcan datos para recibir recompensas gratuitas en un juego determinado. Ellos aceptan sin saber qué es.

En el caso de los mayores, algo parecido: aceptan en su móvil avisos que les saltan y dan por hecho que son reales mensajes que simulan ser del banco y alertan de que se le ha bloqueado la cuenta.

Decía el responsable del Equipo de Investigación Tecnológica que "un homicidio lo puedes resolver en dos días, pero un ciberdelito es más complicado". Hay que pedir permisos a la autoridad judicial e información a las operadoras, en ocasiones sociedades que no es que no estén en la Región: no están ni en España.

Introducen a los niños en peligros como las apuestas y las crytomonedas

Fernando Miró es en la vecina provincia de Alicante el director del Centro Crímina de la Universidad Miguel Hernández (UMH), dedicado a la investigación científica aplicada y a la formación de profesionales en materia de análisis, prevención y tratamiento de la delincuencia. Advierte de que, actualmente, el ‘phishing’, que es el nombre que reciben los delitos en los que se busca conseguir información personal y bancaria, ha cambiado : "Ya no se necesita acceder a la cuenta, sino que basta con conseguir que se realicen pagos por medios más sencillos como Bizum", manifiesta.

"Ahora todo se está convirtiendo en un juego, y son las propias aplicaciones las que introducen a los niños en dinámicas peligrosas como las apuestas o el mundo de las cryptomonedas, que no dejan de ser inversiones financieras para las que no están preparados", declara Fernando Miró. 

En su opinión, "una de las soluciones más evidentes es la de no compartir los aparatos electrónicos porque el niño no controla el mensaje que recibe, pero el padre tampoco está al tanto de lo que puede incluir el juego en el que participan sus hijos".

"Lo fundamental es que exista mayor educación tanto en los hijos como en los padres y los mayores para saber cómo hacer uso de la tecnología de forma segura, así como conocer los peligros a los que pueden enfrentarse".

La Fiscalía alerta

El fiscal superior de la Región, José Luis Díaz Manzanera, también ha alertado de este problema asociados al cibercrimen: el de la dificultad de detener (incluso de localizar) a los delincuentes que actúan online. "Para registrarse en redes sociales, basta ser titular de una cuenta de correo electrónico, por lo que cualquier persona puede darse de alta y de baja en breve espacio de tiempo", tiene claro el fiscal, que ha visto cómo "el rastro del autor del ciberdelito se transforma y puede desaparecer con rapidez".

En el caso de los videojuegos en los que pican menores sin saber qué hacen, el problema es que está es legal lo que hacen las aplicaciones. Los pequeños aceptan sin saber qué están aceptando ni que van a hacer cargos en la cuenta bancaria de su padre o madre, cuenta que no han de teclear: ya está asociada al teléfono.

Por municipios, en la Región, la palma en ciberdelitos se la lleva Murcia, con 3.214 solo en 2022, seguido de Cartagena, con 1.519, y por Molina de Segura, con 528. En Lorca, el año pasado hubo 444 ilícitos online; en Mazarrón, 200.