Juzgarán a un anciano que mató a su mujer porque no quería morir antes que ella

El juicio se celebrará del 8 al 12 de mayo | Llevaban casados 56 años

Imagen de archivo.

Imagen de archivo. / POLICÍA NACIONAL

EFE

Un tribunal de jurado juzgará del 8 al 12 de mayo a un hombre que en 2022 supuestamente mató a la mujer con la que estaba casado durante 56 años porque no soportaba la idea de morir antes que ella.

La Fiscalía solicita 22 años de cárcel por asesinato, con la agravante de parentesco y género, además de otros diez de libertad vigilada y el pago de una indemnización de 100.000 euros a cada una de las dos hijas del matrimonio, ambos naturales de Vigo y que pasaban temporadas en Los Cristianos, al sur de Tenerife, donde ocurrió el crimen en mayo del año pasado.

El suceso

El asesinato tuvo lugar aprovechando que la víctima estaba acostada y adormecida en un sofá, lo que le impidió reaccionar mientras el marido le asestaba varias cuchilladas a la altura del cuello con unas tijeras con una hoja de 8,5 centímetros.

Mortalmente herida y mientras se dirigía hacia un patio de luces con el fin de escapar, el hombre fue a la cocina y cogió un cuchillo de 31 centímetros.

Usando esta arma la volvió a atacar y la apuñaló esta vez en el abdomen, mientras la mujer gritaba y trataba de cerrar una puerta, aunque finalmente acabó desplomándose en el suelo. El acusado procedió luego a hacerse varios cortes en los antebrazos que no revestían gravedad alguna.

Los vecinos, al escuchar el altercado, llamaron a la Policía y los servicios sanitarios al llegar al inmueble hallaron a la mujer sin vida en el suelo en medio de un charco de sangre y, junto al arma, también el marido, que fue llevado al servicio de urgencias de un hospital. Aunque de forma habitual el matrimonio residía en Vigo, pasaban largas temporadas en un apartamento alquilado en Los Cristianos, en el sur de Tenerife.

En los últimos tiempos la relación se había deteriorado de forma progresiva y se había convertido en habitual que el acusado vejara, despreciara, humillara, dominara e incluso sometiera a violencia física y psíquica a su esposa, una situación que ésta soportaba con resignación.

En los días anteriores al asesinato, el hombre sufrió un intenso dolor de oídos que consideraba una enfermedad irreversible, lo que provocó un incremento en los maltratos verbales a su pareja.