"Hemos huido de Colombia porque tenemos miedo de ese asesino"

"Hemos huido de Colombia porque tenemos miedo de ese asesino"

Los padres de la segunda víctima de Jorge Ignacio Palma buscan refugio en València con la ayuda de la madre de Marta Calvo ante las posibles represalias del mundo del narcotráfico

"Hemos huido de Colombia porque tenemos miedo de ese asesino"

A. Iranzo

Marina Falcó | @la_falco

Imagínese el lector que se ve obligado a abandonar su ciudad, sus raíces y su familia para llegar a un país extraño. Figúrese que la decisión de hacerlo ha de tomarla en apenas 20 días y que además no lo hace libremente, sino que hay una razón bastante poderosa que le obliga a hacerlo: el miedo. Quizás su vida corra peligro o, tal vez, la de sus nietos. Vale. Pues ahora añádale a todo esto que su hija fue asesinada por un criminal en serie.

Difícil, ¿verdad? Pues todo esto es por lo que han tenido que pasar Dora Gisela Gutiérrez y Fabio Antonio Barrío, los padres de Lady Marcela Vargas, la segunda víctima mortal del asesino en serie Jorge Ignacio Palma Jacome, el mismo monstruo que segó las vidas de la joven Marta Calvocuyo cadáver sigue sin aparecer y el de Arliene Ramos, además de intentarlo con otras 7 mujeres .

El ‘modus operandi’ del criminal fue especialmente cruento: el condenado introducía elevadas cantidades de cocaína en roca, de una gran pureza, por vía vaginal o anal a sus víctimas sin que estas dieran su consentimiento. La absorción del estupefaciente a través de las mucosas provocaba una intoxicación letal. Tanto es así que en el caso de Lady Marcela, el forense del Instituto de Medicina Legal de Valencia que explicó en el juicio la autopsia de la joven llegó a afirmar «no he visto nunca esa cantidad en un fallecido».

Lady Marcela solo quería buscar una vida digna para ella y su familia a la que enviaba dinero desde València y encontró la muerte a manos de un sádico.

«Un ángel en el camino»

Aunque en España el caso del asesino de Marta Calvo, Lady Marcela Vargas y Arliene Ramos fue muy seguido por toda la sociedad, en Colombia la popularidad de este suceso no llegó hasta el pasado mes de noviembre cuando el canal televisivo más importante del país, Caracol Televisión, se hizo eco de lo que le había ocurrido a su compatriota en València.

A partir de entonces el temor empezó a crecer. «Hemos huido de Colombia. Quién sabe qué contactos puede tener ese hombre en nuestro país, tenemos miedo de ese asesino», se pregunta Fabio Barrío. Cabe recordar que Palma Jacome también es colombiano y se dedicaba al narcotráfico.

La decisión se tomó rápidamente: había que salir de un país donde «no hay muchas opciones de futuro» para darles a los hijos de Lady Marcela, de 6 y 9 años, «unos estudios y tener una calidad de vida en un lugar tranquilo», explica la madre de cría de la joven asesinada. Toda la familia reunió el dinero que tenían disponible y que solo dio para comprar dos billetes a Madrid, donde únicamente pudieron permitirse una pensión en la que compartieron habitación con toxicómanos. «En cuanto podamos, nos traeremos a nuestros nietos», aseguran.

Cuando Marisol Burón, madre de Marta Calvo, supo a través de un mensaje que Fabio y Dora dejaban lo poco que tenían y se venían a España, se puso en marcha. «Saber que los padres de Lady Marcela iban a llegar en apenas unos días me hizo reaccionar rápidamente», cuenta Burón. Los pasos a seguir estaban claros: conseguir una vivienda, trabajo y el empadronamiento que les permita acceder a los servicios y ayudas necesarias para poder comenzar de nuevo.

Buscar trabajo desesperadamente

«Marisol es un ángel que nos hemos encontrado en el camino», dice Barrío acerca de la madre de Marta. «Estamos buscando empleo de cualquier cosa», señala la pareja. Aunque el padre de Lady Marcela cuenta con más de 20 años de experiencia como comercial, está dispuesto a trabajar en lo que sea. También su mujer. Por el momento Marisol les ha pagado el billete de tren para llegar desde Madrid y les ha ayudado a encontrar alojamiento provisional en el centro de La Purísima en Alaquàs, pero ese refugio se terminará en un mes.

«Hemos hecho decenas de llamadas a amigos, conocidos y contactos para ayudar a Fabio y a Dora Gisela a encontrar un trabajo. No es fácil pero no perdemos la esperanza», expone Marisol. «Si alguien pudiera darles una oportunidad para comenzar de nuevo en este país, sería maravilloso», expresa Burón.

Los padres de Lady Marcela, que tenía 26 años cuando la mató Jorge Ignacio Palma (quien cumple 159 años de cárcel, aunque se ha recurrido la sentencia ante el Tribunal Supremo para que se le aplique la prisión permanente revisable), han visitado a su letrado en compañía de la madre de Marta para que les asesore sobre los pasos a seguir para regularizar su situación.

«Es mi deber. Debo acompañarles y ayudarles en todo lo que pueda. Es el legado de mi hija. Ella estaría muy orgullosa de mí porque Marta lo hubiera hecho igual», dice entre lágrimas Marisol Burón.

Ayudar a Fabio y a Dora a volver a vivir, si eso es posible cuando a uno le asesinan a una hija de una forma tan salvaje, es el objetivo. Y traer a sus nietos, cuyas palabras de despedida a sus abuelos de casa fueron: «No nos hagan como mami, que se fue y nunca más volvió». Una frase demoledora.

Un trato despectivo en el Centro de Apoyo a la Inmigración de València

Al llegar a València los padres de Lady Marcela visitaron el Centro de Apoyo a la Inmigración para que les orientaran sobre posibles lugares en los que alojarse y, en definitiva, cómo actuar para iniciar una vida en València. Sin embargo, lejos de sentirse comprendidos y acogidos, sufrieron una experiencia demoledora y un trato despectivo por parte de una trabajadora del centro.

Cuando la madre de Lady Marcela, Dora Gisela, le contó a esta empleada cuál era su situación, el motivo de su salida de Colombia y la muerte de su hija, esta le espetó: «Eso es una excusa para quedaros aquí» y, según cuenta la propia Dora «pusieron en duda todo lo que les dijimos». De hecho, mientras la mujer relataba su dura experiencia no pudo reprimir las lágrimas y la única respuesta que obtuvo fue «si no dejas de llorar, paramos el proceso». Marisol Burón, madre de Marta Calvo, se quedó «desolada cuando vio» salir a la pareja del centro desconsolada: «no hay derecho a que traten a alguien así».

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Pendientes de la aprobación del Real Decreto que permita iniciar los trámites para solicitar las ayudas, las víctimas de violencia sexual encontrarán un soporte fundamental en los subsidios que contempla en sus artículos 41 y 42 de la Ley Orgánica 10/2022, de Garantía Integral de la Libertad Sexual. Las ayudas que recoge la norma serán de aportación económica y de facilidades para acceder a una vivienda pública u otra solución habitacional.

El artículo 41 contempla varias ayudas dependiendo de la situación de las víctimas. En su apartado 3 es donde se detalla el procedimiento para acceder a ellas. Los trámites para solicitarlas estarán regulados por este Real Decreto y en cuanto entre en vigor, las víctimas podrán solicitarlas.