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Investigación

A Said lo mataron a golpes en Torre Pacheco y el crimen sigue sin culpable

El pueblo de los disturbios xenófobos fue escenario en octubre de 2024 del asesinato del joven, de 30 años, por el que no se ha detenido a nadie todavía

Paraje de Roldán, en Torre Pacheco, en el que fue hallado el joven; en la imagen de la derecha, Said.

Paraje de Roldán, en Torre Pacheco, en el que fue hallado el joven; en la imagen de la derecha, Said. / Iván Urquízar

"Ya nos tenéis hasta los cojones de tanto escuchar que los moros son ladrones", rapeaba, en un vídeo que subió a sus redes sociales, el joven Said, de 30 años, cuyo cadáver fue encontrado en un descampado ubicado a 20 metros de su casa de Roldán, en Torre Pacheco. La autopsia reveló que al chico le habían dado una paliza de muerte. ¿Quién? No se sabe a día de hoy. La Guardia Civil nunca arrestó a nadie y la familia sigue esperando que le digan si hay alguna pista. A Said lo mataron en octubre de 2024. La semana pasada, el jueves 10 de julio, habría cumplido 31 años.

Said era originario de Marruecos y vecino de Torre Pacheco, el pueblo que esta semana veía cómo sus calles se convertían en el escenario de auténticas batallas campales a raíz de un suceso: un joven golpeaba a un jubilado (Domingo, de 68 años) y le causaba lesiones en el rostro.

"El señor Domingo me dio mucha pena, pero mi hermano fue asesinado y nadie dijo nada", apunta Malika

La agresión era el detonante de disturbios de corte xenófobo que obligaban al Ministerio del Interior a blindar el pueblo, para evitar males mayores. Personas y colectivos ultras aprovechaban la situación para llamar a "cazar a los moros", textualmente, y "mandarlos con Alá".

El asesinato de Said, que se produjo en octubre, no causó altercados. El Instituto Armado mantiene abierta la investigación del caso.

Analizan la SIM

"La jueza dio la autorización para registrar la tarjeta SIM del móvil", explica Malika, una de las hermanas de Said. "Están analizando el teléfono", manifiesta, en una conversación con La Opinión, 24 horas después de una fecha difícil: el pasado 17 de julio se cumplían nueve meses de la muerte del joven. "Y el 10 de julio era su cumpleaños", comenta Malika.

La joven lamenta que "cuando Said murió, nadie salió a la calle, nadie habló", frente a lo sucedido con Domingo, el vecino cuya agresión, por parte de un chico, fue el detonante de los disturbios en Torre Pacheco. "El señor Domingo me dio mucha pena, porque le dieron una paliza, pero el hombre está vivo", manifiesta Malika, que hace hincapié en que "mi hermano fue asesinado y nadie dijo nada".

Imagen de los altercados violentos en Torre Pacheco.

Imagen de los altercados violentos en Torre Pacheco. / Ivan Urquizar

Lo que peor lleva la familia es que quienes no digan nada sean los investigadores de la Guardia Civil. Solo "que tenemos que esperar", apunta la joven. "Nos dicen que, cuando tengan resultados, nos van a llamar, pero hace meses que no nos llaman. Llamo yo, porque necesito novedades: a veces las tienen y no avisan", recalca.

Cuando encontraron su cadáver, Said estaba tumbado con la espalda hacia el suelo y presentaba, según reveló la primera inspección ocular de los restos mortales, al menos un fuerte impacto en la cabeza, realizado con objeto contundente. "Tiene la cabeza chafada, es como si le hubiesen dado con un hierro fuerte, con un palo", declaró entonces su hermano. Said recibió una despiadada paliza, con puñetazos, patadas y golpes, uno de los cuales le fracturó el cráneo y fue letal, tal y como reveló la autopsia.

En noviembre, un mes después del crimen, la jueza de San Javier que investiga el caso ordenaba que se ampliase la autopsia del chico. Los restos mortales del joven seguían, por aquel entonces, en una cámara frigorífica del Instituto de Medicina Legal, sin ser entregados a su familia.

Sus parientes querían trasladar el cuerpo a Marruecos. Tardaron meses en conseguir el permiso. El joven descansa ya en el país que lo vio nacer.

"Ya nos tenéis hasta los cojones de tanto escuchar que los moros son ladrones", rapeaba en sus redes

"Lo único, que no pudimos verle", lamentaban sus allegados. Debido al estado del cadáver, después de meses en una cámara de la morgue, tanto los forenses como los responsables de la funeraria explicaron a los parientes que no era aconsejable que lo viesen.

Ahora, la familia tiene puestas las esperanzas en que el análisis del teléfono móvil del chico dé sus frutos y proporcione a los investigadores alguna pista. Porque la Policía Judicial continúa tratando de dar con el asesino.

Mientras tanto, el dispositivo de seguridad en el municipio de Torre Pacheco, compuesto por Guardia Civil, antidisturbios de este cuerpo y agentes Policía Local, se mantiene hasta este lunes, en principio. Ya los ánimos están más calmados, pero el refuerzo policial se mantendrá, por si acaso, anunció el viernes la delegada del Gobierno en Murcia, que celebró que el pueblo "ha recuperado su normalidad" desde el miércoles. Y espera que así siga.

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