SUCESOS EN ARAGÓN

Los psiquiatras difieren sobre el estado mental del hombre que mató a Hasna en Barbastro

Una psicóloga que le atendió antes de que perpetrara el crimen declaró que era "poco probable" que sufriera un brote psicótico

El acusado, en el banquillo de la Audiencia de Huesca, hoy.

El acusado, en el banquillo de la Audiencia de Huesca, hoy. / EFE

EFE

Huesca

Los distintos peritos psiquiatras y psicólogos que han intervenido este miércoles en el juicio con jurado que se sigue en la Audiencia de Huesca contra el hombre que asesinó a su exmujer a cuchilladas delante de sus tres hijos menores de edad han discrepado hoy sobre el estado mental del acusado en el momento de producirse el crimen, el 30 de junio de 2021 en la localidad altoaragonesa de Barbastro.

También lo han hecho sobre el grado de responsabilidad que se le podría atribuir en función del trastorno paranoide que le había sido diagnosticado.

En la reanudación de la vista seguida desde el viernes pasado contra Albdelkader M. por el asesinato de su expareja, por el que se enfrenta a una condena de 27 años de prisión, se han sucedido las declaraciones de los distintos especialistas que tuvieron alguna relación profesional con el acusado desde que en 2019 le fue diagnosticado el trastorno paranoide con motivo de la denuncia que interpuso contra él su mujer, Hansa, por maltrato.

A la declaración hecha en la jornada de ayer por dos forenses de Instituto de Medicina Legal de Aragón (IMLA), que se limitaron a admitir una "ligera merma" de la capacidad volitiva del acusado, se ha sumado hoy en primer lugar la declaración de la psicóloga que le atendía en Barbastro, para quien, después de atender a su paciente ese mismo día, era "poco probable" que hubiera sufrido un brote psicótico repentino dado que su situación parecía ser estable unas horas antes.

Posteriormente han intervenido de forma sucesiva dos psiquiatras del Salud en Aragón, una de las cuales ha apuntado a la posibilidad de que el procesado hubiera simulado los síntomas del trastorno que le fue diagnosticado, y en el turno siguiente un psiquiatra para quien la carga cultural que había recibido llevó al agresor a avergonzarse del hecho de que mujer fuera capaz de actuar de forma independiente.

Las discrepancias se han evidenciado con la intervención de un psiquiatra del IMLA adscrito a la zona de Barbastro, quien diagnosticó en 2019 al acusado, a partir de su historial clínico precedente, un trastorno paranoide delirante que le llevó a advertir a la juez que encausó al procesado por un delito de maltrato que era necesario tener "mucho cuidado con esta persona" debido a su alto nivel de peligrosidad.

A juicio de este especialista, el hecho de que la psicóloga que atendía a Albdelkader M. no hubiera percibido ningún síntoma de un brote psicótico inminente carece de relevancia dada la capacidad de simular de las personas paranoides, quienes, ha añadido, sólo reaccionan de forma violenta con la persona que sitúan como objeto de su delirio persecutorio.

Y ha añadido que aunque fuera consciente del hecho llevado a cabo, su capacidad volitiva estaba mermada hasta el punto de que no pudo contenerse y agredir a su exmujer, por lo que le ha considerado "inimputable" desde un punto de vista psiquiátrico.

Según este profesional, "las personas con trastorno paranoico son conscientes y saben lo que hacen, pero responden a un código de valores distinto que no les hace sentir culpables".

Este mismo diagnóstico lo han corroborado dos profesionales psiquiatras que se entrevistaron en reiteradas ocasiones con el acusado en el módulo de enfermería de la prisión de Zuera a petición de la defensa, los doctores Miguel Ángel de Uña y Antonio Escartín, para quienes los antecedentes clínicos del procesado revelan un trastorno paranoide, "uno de los más peligrosos que existen en salud mental", han subrayado.

De Uña ha destacado que el móvil establecido por las acusaciones, la negativa de la víctima a vender el piso que habían compartido para repartirse el dinero, "precipitaron" unos hechos que se habían gestado durante el tiempo debido a los celos que sentía ante la posibilidad de que su pareja le engañase y, sobre todo, al hecho de que su hijo más mayor, que tenía trece años en ese momento, le rechazara.

Ha añadido que era "difícil" que los psicólogos que le atendía hubieran percibir la "situación volcánica" en la que se encontraba el acusado, y ha añadido que estas personas "matan y agreden porque hay un sistema delirante que se impone".

Tras advertir que la capacidad cognoscitiva y volitiva podía estar seriamente afectada", este especialista ha advertido al jurado que "aunque el paciente puede ser consciente de la ilicitud del acto que comete, su delirio es tan potente que no puede resistirse al impulso".

En este mismo sentido se ha pronunciado el doctor Escartín, para quien el hecho de que el acusado se quedara sentado, tranquilo y a la espera de ser detenido tras el crimen, sin agredir a sus hijos, es "compatible" con el trastorno paranoide que sufría, ya que era sólo su exmujer el objeto de su delirio persecutorio.

Tras la intervención de los especialistas, los miembros del jurado han escuchado en silencio la grabación de la llamada que efectuó el hijo mayor de la víctima al 112 para pedir una ambulancia y decir, con voz sollozante, que su padre había matado a su madre.

El juicio contra Abdelkader M., para quien su defensa, dirigida por el letrado Javier Vilarrubí, pide su absolución por trastorno mental pero que aconseja al tiempo su internamiento psiquiátrico debido a la gravedad de su trastorno, continuará mañana con los informes finales de las acusaciones pública, particular y popular y del defensor. 

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