SUCESOS EN ARAGÓN

El sicario de Kamal guarda silencio y el juicio al clan Giménez queda visto para sentencia

La Fiscalía de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza pide 53 años de cárcel para los seis acusados

Los seis acusados, durante la última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Los seis acusados, durante la última sesión del juicio celebrado en la Audiencia Provincial de Zaragoza. / JAIME GALINDO

Zaragoza

Aitor Gordillo Grimal, el sicario que trató de asesinar a Kamal en Caspe rociándole con ácido sulfúrico, también ha guardado silencio durante la última sesión de un juicio que en el banquillos de los acusados ha sentado a su lado al clan Giménez. Gordillo Grimal ya no declaró este pasado martes ni a las preguntas de la Fiscalía de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza ni a las de las defensas y este viernes rehusó hacer uso de la última palabra concedida por el juez Francisco Picazo.

Ante su silencio, el clan Giménez ha dejado caer a lo largo de estos días que el sicario lo hizo voluntariamente al enamorarse de Sara Giménez, la exnovia de un hermano de Kamal. Sin embargo, la investigación elaborada por la Guardia Civil ha apuntado en una dirección de 'vendetta' familiar por la marcha del hermano de la víctima a Alemania. De hecho, tres testigos declararon el jueves que José Giménez Clavería, alias El Recortao, se había puesto en contacto con ellos para que fueran ellos quienes se tomaran la venganza sobre Kamal.

Precisamente, Mariano Bonias, el abogado de El Recortao, insistió este viernes en la absolución de su representando al considerar que no ha quedado constatado su papel como inductor. "Las conjeturas policiales no pueden suponer ninguna prueba; no hay prueba de cargo alguna de ofrecer dinero y droga para verter ácido sobre Kamal", defendió el letrado, a pesar de que la Benemérita no tuvo ningún tipo de duda en asegurar que la ideóloga de este plan macabro fue Sara Giménez y que su tío, El Recortao, actuó como puente ya que conocía a Gordillo Grimal de su paso por la cárcel. De hecho, habrían fracasado hasta en tres ocasiones en la búsqueda de un sicario hasta que dieron con Gordillo Grimal, a quien ofrecieron 500 euros y 50 gramos de cocaína a cambio de acabar con la vida de Kamal.

Ahora, el ministerio fiscal pide un total de 53 años de cárcel para los seis acusados, entre los que también figura Teresa P. L., quien indicó al sicario quién era Kamal cuando este salía del centro de estudios; Iván M. F., quien acompañó a Sara a Alemania para amenazar al hermano de Kamal por haberla abandonado, y Raúl. C. G., quien hizo de chófer de Gordillo Grimal al hospital San Jorge de Huesca por las heridas derivadas de las quemaduras del ácido sulfúrico. Todos ellos declinaron hacer uso de la última palabra, salvo Raúl, quien alegó en su favor que solo tuvo relación con el clan Giménez "después del ataque". "En febrero de 2019 se dice que yo estuve en el desguace de Alcañiz con José y Sara, pero yo vivía en Alicante", declaró.

No obstante, la Fiscalía señaló el jueves que "nadie se cree" que Raúl hiciera dicho trayecto para que "le rellenaran el depósito de gasolina y sin saber quién iba detrás". Tampoco tuvo dudas el ministerio público en calificar los hechos de tentativa de asesinato al considerar que el sicario actuó de "manera sorpresiva" mientras la víctima subía tranquilamente las escaleras de la calle en la que estaba ubicada su casa y "con alevosía", ya que no tenía escapatoria.

"La vida de Kamal corrió peligro. Las quemaduras afectaron a sus vías respiratorias y si no llega a ser intubado hubiera muerto", zanjó la fiscala, quien tildó los hechos juzgados de "vendetta" hacia Kamal por consentir que su hermano marchara a Alemania y abandonara a Sara Giménez en Caspe; una venganza que el clan Giménez lo hizo pagar, en palabras de la fiscala, "con el vástago más pequeño, donde más duele".

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