EL INCENDIO DE SOBRARBE

La Peña Montañesa se libra de unas llamas que han calcinado 150 hectáreas

El incendio ya se encuentra estabilizado tras amainar las ráfagas que el martes provocaron una rápida propagación del fuego

Este miércoles se prevén "cambios de viento", pero se confía en que quede perimetrado

Los afectados por el incendio de Sobrarbe: "Cogimos los papeles de la casa"

Un hidroavión descarga agua sobre uno de los frentes del incendio, orientado hacia la localidad de Labuerda.

Un hidroavión descarga agua sobre uno de los frentes del incendio, orientado hacia la localidad de Labuerda. / JAIME GALINDO

S. H. V

Aínsa

El paraje natural sobre el que se erige la Peña Montañesa, el punto más elevado de la Sierra Ferrera a tenor de sus 2.295 metros de altitud, se ha librado de los efectos más devastadores de un incendio que ha calcinado alrededor de 150 hectáreas en pleno corazón de la comarca de Sobrarbe. La mejora de las condiciones meteorológicas en la zona –han amainado las fuertes rachas de viento– y el «buen trabajo» de los medios de extinción han permitido la contención del fuego, que se desató el martes por la tarde a raíz de la chispa de una cosechadora en un campo perteneciente al término municipal de El Pueyo de Araguás. A mitad de la tarde, debido a la «evolución favorable» de una situación ya estabilizada, el Centro de Coordinación Operativa (Cecop) autorizó la vuelta a casa de los 37 vecinos de las localidades de Araguás, San Lorién y Torrelisa que fueron evacuados de forma preventiva. Por la mañana, no obstante, ya habían podido regresar momentáneamente a sus casas acompañados de agentes de la Guardia Civil y de voluntarios de Protección Civil para recoger sus enseres y dar de comer y de beber a sus animales.

Los once medios aéreos –seis helicópteros, cuatro hidroaviones y un helicóptero bombardero– no han dejado de ir y venir a proveerse de agua del río Ara y del río Cinca a su paso por Aínsa para «perimetrar» el avance de las llamas, tal y como ha avanzado el director de extinción del incendio, Francho Aso, después de una de las primeras reuniones que se han mantenido en el Puesto de Mando Avanzado (PMA), instalado en las piscinas municipales de Aínsa. «Estamos intentando perimetrar el incendio para llegar a una fase de estabilización», afirmó Aso. «La orografía que tenemos en gran parte del incendio no acompaña, pero estamos avanzando conforme a las previsiones que tenemos, así que esperaremos con prudencia», continuó.

Los esfuerzos del operativo, según explicó el director de extinción del incendio, se centraron en las inmediaciones de los núcleos urbanos mientras los efectivos se adaptaban a la evolución de las condiciones meteorológicas. «En las latitudes en las que nos movemos y la orografía que tenemos, las rachas son cambiantes y nos vamos adaptando», sostuvo Aso.

Fue una cautela que acompañó a lo largo de todo el miércoles a los bomberos, los vecinos y los representantes de las distintas instituciones que el miércoles siguieron de cerca la evolución del incendio, como el propio presidente del Gobierno de Aragón, Jorge Azcón. «Esperamos que las condiciones no cambien y, por tanto, nos permitan seguir avanzando en la extinción del incendio dentro de la máxima prudencia que hay que tener siempre porque es imprevisible lo que pueda pasar», manifestó Azcón. En esta misma línea se ha pronunciado el presidente de la comarca de Sobarbre y alcalde de Puértolas, José Manuel Bielsa. «Parece ser que, con el dispositivo que hay, se está controlando bastante bien. Están haciendo un buen trabajo y entendemos que, si no hay adversidades, pronto se podrá dar por controlado», aseveró Bielsa.

La incertidumbre desde el polideportivo de Aínsa no fue para menos al vislumbrar a lo lejos una gran masa boscosa a la que todos auguraban un final en forma de cenizas en el caso de que el viento hubiera vuelto soplar con fuerza, tal y como sucedió el martes por la tarde. Por eso no se ha escatimado en dotar de medios al operativo: el Gobierno de Aragón activó seis brigadas terrestres, tres autobombas y un bulldozer; la Diputación Provincial de Huesca, dos autobombas y dos bombas nodrizas y, el Gobierno central, una brigada helitransportada de la Brif de Daroca, un Avión de Coordinación y Observación (ACO) de la base de León y dos hidroaviones, el Foca de Zaragoza y el Mike de Plasencia del Monte. Todos ellos repusieron fuerzas el martes en el hotel Sánchez, que preparó 150 bocadillos y, el miércoles, «alguno más» en las instalaciones de Padel Life.

La labor de los voluntarios

A los profesionales de extinción se han unido los servicios de Cruz Roja, cuyos voluntarios han habilitado un albergue provisional en el polideportivo de Aínsa en el que pernoctaron un matrimonio y un vecino de origen belga con domicilio en la localidad de Araguás. A los tres les facilitaron una cama plegable, un saco de dormir, un almohadón, una manta y un kit de higiene e incluso gestionaron la medicación que uno de ellos tenía pautada y que no pudo recoger cuando fue evacuado. «No podemos ahogarlos, pero sí estamos escuchándolos continuamente. Abordamos todas las necesidades que tienen. Sanitarias, de higiene, de avituallamiento...», explicó una de las voluntarias. «Es una situación muy compleja y lo más importante es la empatía», añadió esta misma mujer, que por la mañana auguraba que los tres paisanos pasarían «seguro» una noche más con ellos.

Pero, al final de la tarde, llegaron las «buenas noticias» para los 37 vecinos desalojados al comunicarles desde el Puesto de Mando Avanzado que podían regresar a sus casas, una vez que se ha rebajado la situación operativa hasta el nivel 0. «Estamos en la fase de incendio activo, en vías de estabilización. Esperamos dar buenas noticias si podemos seguir trabajando con las condiciones que tenemos en estos momentos», adelantó el jefe de extinción del incendio. «Estamos contentos pero, sobre todo, satisfechos con el trabajo y la colaboración de la gente del territorio y la paciencia que tienen en el desarrollo de nuestro trabajo», añadió Aso. El incendio se dio por estabilizado poco después.

Con todo ello, el entorno de la Peña Montañesa se marchó a dormir con la esperanza de que mañana, cuando «los cambios de viento» hagan mella en el frente, el incendio esté «mejor» perimetrado para «evitar sustos». «La zona es mala, pero estamos en el Pirineo y, por suerte, por la noche refresca», confesó un bombero un bombero a mediodía.

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