Entrevista | Manuel Bellido Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA)

Manuel Bellido: "Los nombres de los jueces deberían ser secundarios y ni siquiera conocidos"

La renovación del Consejo General del Poder Judicial pone en la rampa de salida a Bellido después de diez años de mandato en los que resalta la modernización de la Justicia y reivindica la «independencia» de los jueces

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. / JAIME GALINDO

Zaragoza

PREGUNTA: El pasado 6 de octubre se cumplieron diez años de su toma de posesión como presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA). ¿Está satisfecho de su andadura?

RESPUESTA: Sin lugar a dudas. Para mí fue un reto cuando pedí y me concedieron la presidencia. En aquel momento yo tenía, y he tenido durante todo este tiempo, mucha ilusión. Ha sido un periodo que se me ha pasado muy rápido a pesar de que ha habido momentos complejos, como el de la pandemia. Pero, sin embargo, durante estos años yo he observado que la Justicia aragonesa ha avanzado con la colaboración de todas las instituciones que intervienen y ha dado pasos importantes, sobre todo, en su modernización.

P: ¿Se han cumplido todos los objetivos?

R: Todos los objetivos no porque es imposible cumplir todos los objetivos. Una de las cosas que más me preocupaba era, efectivamente, que se produjese una modernización en el funcionamiento de la Administración de Justicia. Ha habido un aspecto donde se ha avanzado mucho, que es el de la transformación digital. La digitalización es una realidad y es una realidad muy positiva en Aragón, donde además que creo que podemos sentirnos muy orgullosos de que estamos en el grupo de cabeza de las comunidades autónomas. Tal vez el reverso ha sido el cambio en la organización de la Oficina Judicial, que yo siempre he defendido y, sin embargo, apenas se ha avanzado. Es cierto que el problema deriva de que es necesaria una reforma legislativa que todos los gobiernos han llevado como anteproyecto pero que ninguno ha conseguido culminar. Es la gran reforma en materia organizativa que necesitamos.

P: Cuando tomó posesión hablaba de la necesidad de apostar por las tecnologías. ¿Se esperaba una transformación de este calado?

R: Sinceramente yo no esperaba que, en tan pocos años, se produjese una transformación tan relevante porque además esa transformación no fue ni siquiera desde el inicio de mi mandato, sino que se produjo con posterioridad. Ha habido varios elementos que han ayudado a que esa transformación fuese tan intensa. Por un lado el mundo se ha concienciado de la importancia de la transformación digital, que ha sido una prioridad no solo de los Estados sino de la Unión Europea y por lo tanto se han dedicado esfuerzos y fondos de esa transformación digital. Otro aspecto importante ha sido precisamente el de la pandemia. Como ocurre en muchas situaciones de crisis, las sociedades se desarrollan más rápidamente desde el punto de vista tecnológico y organizativo, precisamente, para atender esa situación de crisis. Y, como la pandemia impedía el contacto personal entre las personas, se vio la necesidad de avanzar mucho más en la transformación digital que permite trabajar sin necesidad de presencialidad las videoconferencias.

P: Las videoconferencias están a la orden del día en los juzgados aragoneses.

R: Cada vez se utilizan más y además con herramientas mejores. Uno de los problemas al principio era que las herramientas que se utilizaban para las videoconferencias y para otro tipo de actuaciones se colapsaban y tenían defectos de sonido y de imagen. Ahora cada vez son mejores. No son todavía perfectas, pero cada vez es mejor y eso es fundamental porque las nuevas tecnologías tienen éxito si funcionan bien. Si no funcionan bien, en realidad, más que un avance, nos encontramos con un retraso en el funcionamiento.

P: Es una forma de agilizar el funcionamiento de la Justicia, ¿no?

R: Tiene muchas ventajas, efectivamente. Permite o evita desplazamientos que no son estrictamente necesarios, reduce también costes y facilita a las personas que no pueden acudir el mismo día a la vista que puedan conectarse desde diferentes lugares. También tenemos que tener en cuenta que nunca deben restar garantías al proceso y que hay determinados actuaciones procesales y determinados juicios en los que la presencia de las partes es imprescindible.

P: Otro de sus objetivos era mantener el prestigio de la Justicia.

R: La Justicia aragonesa siempre ha tenido prestigio y ese prestigio se consigue fundamentalmente de dos maneras. Por un lado manteniendo la independencia, que es lo fundamental, es decir, que se perciba que los jueces son independientes y que actúan solo sometidos al imperio de la ley. Y por otro lado consiguiendo y buscando que la Justicia sea eficaz, es decir, que resuelva los asuntos de los ciudadanos con calidad y con unos tiempos de respuesta que sean aceptable.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. / JAIME GALINDO

P: Coincide ese discurso con el mismo que usted mismo reivindicaba durante los dos últimos discursos de apertura del año judicial.

R: La independencia judicial es fundamental. Si algo caracteriza a la actuación de los jueces es que deben actuar de manera independiente e imparcial sometidos exclusivamente al imperio de la ley sin sujeción a presiones, a preferencias o a petencias. Y es muy importante que los ciudadanos perciban esa independencia de los jueces porque así es como valorarán positivamente la Justicia y la Justicia se dota de legitimidad.

P: Usted llegó con esa premisa de mantener el prestigio de la Justicia. Con la situación actual, ¿entiende que el discurso de su sucesor debe ser el mismo?

R: Sin lugar a dudas. Ese es un discurso de siempre. Una de las principales metas de cualquier persona que tenga responsabilidades en el ámbito del Poder Judicial, por no decir la principal, es mantener y garantizar la actuación independiente de los tribunales. Esa independencia la garantizan los propios jueces. Un presidente de un Tribunal Superior de Justicia lo que tiene que hacer es facilitar que los jueces puedan mantener esa independencia frente a presiones externas ayudando siempre, facilitando su trabajo y también evitando que, cuando se plantea algún problema, que sean los propios jueces quienes se tengan enfrentar y hacerlo desde el tribunal con la interlocución del presidente y también utilizando otras herramientas como los gabinetes de comunicación.

"Las resoluciones judiciales son susceptibles de crítica, por supuesto, pero la crítica tiene que ser siempre respetuosa en el sentido de que no debe ir dirigida a atacar la legitimidad de los jueces al actuar"

Manuel Bellido

— Presidente del TSJA

P: En clave nacional no dejan de sucederse los reproches políticos a las decisiones judiciales.

R: Ese es uno de los graves problemas y eso lo he dicho muchas veces: las resoluciones judiciales son susceptibles de crítica, por supuesto, pero la crítica tiene que ser siempre respetuosa en el sentido de que no debe ir dirigida a atacar la legitimidad de los jueces al actuar. Hay que partir de que los jueces actúan con criterios jurídicos no con criterios políticos y actúan siguiendo los tiempos procesales y no los principios de oportunidad o los tiempos que puedan interesar a la política. Por tanto esas críticas que atacan a la legitimidad cuestionando la legitimidad de los jueces al actuar son las que evidentemente deberían evitarse.

P: Aquí, en Aragón, el TSJA ha recibido críticas como las de la exconsejera de Sanidad, Sira Ripollés, al hablar de “falta de apoyo” y “motivos ideológicos” en las decisiones de los jueces.

R: Hubo tensiones, pero se solucionaron. Fueron unas declaraciones poco afortunadas las que tuvo. Fue, como digo, un momento complejo el de la pandemia porque había mucha presión para el Ejecutivo autonómico porque tenía que actuar y tenía que tomar medidas. Había también tensión para el Poder Judicial porque tenía que controlar esas medidas. En general esas tensiones se solucionaron de manera constructiva y hablando.

P: ¿Cómo templa esas tensiones el presidente de un Tribunal Superior de Justicia?

R: Cuando se plantean tensiones, lo principal es no alimentar esa tensión, sino intentar solucionar el problema: hablar y explicar nuestra situación y, como he dicho, los jueces resuelven aplicando la ley. Se podrán equivocar o no, podrán acertar o equivocarse, hay que tener en cuenta también que la resolución de los jueces están supuestas a recursos es decir hay muchas garantías al final. Evidentemente, pues no alimentando más la tensión sino intentando solucionarla.

P: ¿Cómo ha sido su relación con la política aragonesa?

R: Ha sido positiva en el sentido de que yo he procurado siempre colaborar manteniendo al mismo tiempo la correcta actuación de los tribunales y explicando la actuación de los tribunales en aquellas ocasiones en las que se ha producido alguna tensión. Hay que tener en cuenta que la Administración de Justicia depende en buena medida de la Comunidad Autónoma, que es la que tiene transferidas las competencias en materias materiales y personales, por lo tanto tiene que haber una estrecha colaboración para que esa Administración de Justicia funcione lo mejor posible. Y, al mismo tiempo, garantizar y defender siempre la independencia de actuación de los jueces.

P: Parece que los nombres de magistrados vuelven a copar titulares.

R: Esa calificación de los casos con el nombre del juez, a veces, es intencionada. Los casos no son del juez, los casos son la materia que se está resolviendo y a veces se quiere transformar precisamente poniendo el acento la actuación del juez con finalidades de legitimizar o deslegitimar esa actuación. Los nombres de los jueces, en el funcionamiento ordinario de la Justicia, deberían ser secundarios. No deberían ser ni siquiera conocidos.

P: ¿Qué supone la renovación del Consejo General del Poder Judicial en clave aragonesa?

R: Es fundamental. La situación por la que estábamos atravesando de cinco años de retraso era inasumible y no solo porque afectaba al funcionamiento y a la legitimidad del propio Consejo General del Poder Judicial. Afectaba a la confianza que los ciudadanos tienen en la Justicia, que no se podían explicar cómo las Cortes no habían podido ponerse de acuerdo en renovar al Consejo durante tanto tiempo. Y transmitían una imagen de polarización. Además afectaba el funcionamiento de los tribunales al haber muchas vacantes sin renovación.

P: Como en Aragón.

R: Había o hay en ese momento vacante sin renovar la presidencia de la Audiencia Provincial de Teruel, la de Huesca y una plaza de magistrado autonómico de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón. Eso, evidentemente, afecta al funcionamiento de las audiencias de Huesca y de Teruel y también, aunque en menor medida porque seguimos estando cuatro magistrados, a la Sala Civil y Penal.

P: ¿Cuándo está previsto que se cubran esas vacantes?

R: El Consejo está haciendo ya un cronograma porque hay muchas vacantes pendientes para renovar, en primer lugar, las que resultan más necesarias, es decir, aquellas vacantes no cubiertas, también teniendo en cuenta la antigüedad que lleven sin cubrir. En unas semanas sabremos más o menos cuál es ese cronograma y a lo largo del primer semestre del año que viene se habrán cubierto todas las plazas.

P: ¿Cuándo se hará efectiva su salida?

R: Mi nombramiento termina a principios de noviembre de este año y calculo que a lo largo de todo el primer semestre se resolverá. Creo que antes del verano estará resuelto y habrá un nuevo presidente.

"Mis aspiraciones son las de seguir ejerciendo mi función judicial en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón de la mejor manera posible definitiva"

Manuel Bellido

— Presidente del TSJA

P: ¿Cuáles son sus aspiraciones a partir de ahora?

R: Mis aspiraciones son las de seguir ejerciendo mi función judicial en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón de la mejor manera posible definitiva. Este ha sido un paréntesis muy interesante y vuelvo otra vez a la función jurisdiccional pura por decirlo de alguna manera ya sin funciones gubernativas

P: ¿Estas aspiraciones pasan solo por el Tribunal Superior de Justicia de Aragón o también por el Tribunal Supremo?

R: Hoy por hoy, en mi visión del futuro inmediato, sería en el Tribunal Superior de Justicia de Aragón.

P: ¿Qué espera de la Justicia aragonesa para 2025?

R: Estamos en una buena senda. El proceso de transformación y de modernización avanza de una manera importante en el ámbito de las nuevas tecnologías. Es de esperar que alguno de esos anteproyectos, hay un anteproyecto de reforma de la organización judicial para crear los tribunales de Instancia, llegue a un buen puerto. Apero tenemos también importantes retos. Actualmente hay una gran litigiosidad en toda España y también en Aragón, concretamente, en la jurisdicción civil. Tenemos juzgados demasiado sobrecargados y es necesario crear más plazas judiciales que puedan atender ese exceso de litigiosidad. Por ejemplo, el juzgado de de Primera Instancia de Zaragoza siempre habían sido un modelo de rápida resolución, se resolvía hace unos pocos años en cuatro o cinco meses. Ahora ya se está alargando en algunos casos casi hasta un año. Es un grave problema que hay que solucionar..

P: Es una vieja reivindicación.

R: Es una reivindicación y una necesidad, pero por eso decía que es tan importante la reforma organizativa creando el tribunal de Instancia porque eso nos permitiría crear más plazas de juez sin necesidad de crear juzgados concretos. A lo mejor, en los juegos de Primera Instancia de Zaragoza sean necesarias más plazas de jueces y a lo mejor algunos funcionarios más, pero no la creación de juzgados completos.

P: ¿Se ha repuesto la Justicia de los retrasos por la pandemia?

R: Los retrasos por la pandemia se absorbieron, pero después hubo unos retrasos importantes en algunos juzgados por la huelga de Letrados de la Administración de Justicia y de los funcionarios. Fue muy variable porque hubo juzgados que apenas se vieron afectados y otros sí se vieron muy afectados. Eso también ha supuesto unos retrasos de cierta importancia. Pero el problema de la litigiosidad, de la gran carga de trabajo que tienen, no se ha solucionado y evidentemente es el que determina el retraso en los tiempos de respuesta.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN.

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, Manuel Bellido, antes de la entrevista con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN. / JAIME GALINDO

P: ¿Qué refleja como sociedad ese aumento de la litigiosidad?

R: Esa litigiosidad se da, fundamentalmente, en el sector del derecho del consumo y el sector bancario. Lo que se llaman demandas masas, es decir, muchas demandas derivadas de las llamadas tarjetas revolving, de cláusulas hipotecarias, de determinado tipo de préstamos. Son procedimientos muy numerosos que colapsan los juzgados.

P: En la jurisdicción penal, por ejemplo, se está experimentando un aumento de los delitos sexuales. ¿Qué está fallando?

R: España ha tomado muchas medidas y medidas muy positivas. Ha especializado a los juzgados y tiene una importante legislación de protección de la mujer que lucha contra la violencia sobre la mujer. Parte del incremento también se produce, y esto es positivo, porque hay más denuncia. Hay hechos que antes no se denunciaban y ahora se denuncian. Pero es cierto que habría plantearse, y yo no tengo capacidad para dar la respuesta, los expertos se tendrían que preguntar por qué a pesar de todas estas medidas legislativas, de todas estas transformaciones que se realizan, sigue habiendo tantos delitos contra la libertad sexual

P: ¿Valdría la misma respuesta si le pregunto por el aumento de delitos vinculados a la violencia de género?

R: Sería lo mismo también, efectivamente, porque España también tiene una legislación muy de las más desarrolladas de lucha contra la violencia de género. Tiene juzgados especializados, se han adoptado muchas medidas y es una materia en la que yo creo que existe consenso entre la mayoría de la sociedad. Sin embargo, estos problemas se siguen planteando, que no son problemas exclusivos de España, sino de todas las sociedades,

P: Con la ley del ‘solo sí es sí’, el efecto más inmediato era la rebaja de condenas. Pero, a largo plazo, se hablaba de los buenos efectos de la norma con medidas accesorias. ¿Será así?

R: Habrá que verlo. Es cierto que esa ley tenía dos aspectos. Un aspecto de aplicación de las penas donde evidentemente hubo un efecto indeseado porque esa reforma de las penas determinó la bajada en muchos supuestos. Y luego tenía otras medidas cuya utilidad y cuyo éxito o no se verá a lo largo del tiempo. Normalmente, para valorar los resultados de una norma, hay que esperar un tiempo. Espero que sean positivos en ese sentido.

P: ¿De cuánto tiempo hablamos?

R: Creo que en cuatro o cinco años veremos los resultados de esas medidas. Hay que tener en cuenta que, para que las medidas sean un éxito, no basta con que estén recogidas en una ley. Tienen que poder aplicarse, es decir, tiene que haber en muchas ocasiones una dotación económica y que todos los que las deben aplicar estén en condiciones de poder aplicarlas. Hemos observado a lo largo de muchos años que ha habido leyes que han tenido buenas medidas pero que luego no se han aplicado porque no se ha establecido la estructura que permitía esa aplicación.

P: En los últimos días se ha aprobado la reforma de la Ley de Protección de Seguridad Ciudadana. Y hay debate…

R: Esa es una materia que corresponde más bien a quienes están dedicados a la seguridad ciudadana. Como presidente del Tribunal Superior de Justicia prefiero no opinar sobre normas que tienen poco que ver con el mundo judicial.

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