El desliz del denunciante de una agresión sexual en Huesca libra de la cárcel al acusado

La víctima aportó un audio que revelaba la extorsión al procesado para quitar la denuncia

Imagen de archivo de la sede de la Audiencia Provincial de Huesca.

Imagen de archivo de la sede de la Audiencia Provincial de Huesca. / ÁNGEL DE CASTRO

Zaragoza

Los procedimientos judiciales por delitos contra la libertad sexual se convierten en un verdadero quebradero de cabeza para los tribunales que deben juzgar unos episodios en los que, en muchas ocasiones, tan solo se cuenta con la contraposición de dos testimonios: la declaración del denunciante y la del acusado. En menor medida también existen casos en los que los magistrados lo tienen más fácil, por ejemplo, si existen testigos de los hechos denunciados. La vuelta de tuerca a todo ello son los errores en los que pueden incurrir los implicados, tal y como le sucedió a un vecino de Huesca que en diciembre de 2024 denunció a su compañero de piso por masturbarle mientras dormía. Y es que el denunciante llegó a aportar como prueba un audio de WhatsApp en el que él mismo chantajeaba al acusado para que este le pagara 600 euros y retirara así la denuncia. A ello alude ahora la Audiencia Provincial de Huesca para absolver a un hombre de 40 años que afrontaba una pena de hasta cinco años de cárcel.

Así lo había solicitado su abogado defensor, el letrado Alejandro Sarasa, y así lo ha estimado ahora el tribunal provincial, presidido por el magistrado José Luis Aranda. «El denunciante aporta dos grabaciones, una de las cuales se practica en sede instructora y en la que se viene a exigir al acusado la cantidad de 600 euros, con una primera entrega de 300 euros, para no ir a denunciarlo», recoge la sentencia a la que ha tenido acceso este diario. «La falta de persistencia en la declaración del perjudicado, por las contradicciones advertidas, nos llevaría a mantener una duda razonable de cómo se producen los hechos denunciados», justifican los magistrados en alusión a la aplicación del principio in dubio pro reo.

Inicialmente, el ministerio fiscal solicitaba una pena de cinco años de cárcel por un delito de agresión sexual y el pago de 3.000 euros de indemnización por los daños morales ocasionados a la víctima. Los hechos referidos se remontan a la madrugada del 24 de diciembre de 2022, en torno a las 04.00 horas, cuando la víctima declaró que su compañero de piso se acercó a su cama y le introdujo la mano por debajo de la ropa interior para comenzar a masturbarle. «Hechos que no han quedado acreditados», zanja el tribunal. 

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