Apuñalamiento en Alpartir: "Consumí mucha cocaína y alcohol, no tenía que haber cogido el cuchillo"

Un joven vecino de Alpartir (Zaragoza) alegó ayer un cuadro de amnesia selectiva para evitar responder por las seis cuchilladas que, la mañana del 18 de junio de 2023, le asestó a un amigo de su misma peña después de que la víctima le recriminara que orinara en el huerto de su casa. Ambos mantuvieron una discusión previa en el pabellón de la localidad que continuó a la hora del encierro con el citado reproche, aunque el acusado –Badreddine B. L.– matizó que no recuerda «exactamente» lo que sucedió. «Tuve una disputa en el pabellón y me fui con los amigos a la peña, pero no estaba enfadado, ya lo había olvidado. Consumí mucha cocaína y alcohol y no tenía que haber cogido el cuchillo. Me puse a mear por encima del tejado y no sé que pasó que vino a por mí. Tenía tanto miedo que pensaba que iba a morir. Me arrepiento de lo que pasó y pido perdón de corazón a la familia y a los amigos», declaró este veinteañero de origen magrebí.

Ante el tribunal de la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza, presidido por el magistrado Francisco Picazo, se reprodujo como prueba preconstituida la declaración que prestó la víctima en fase de instrucción, ya que falleció hace tan solo tres meses en un accidente de tráfico. «Sentí un golpe en la cabeza, forcejeé con él y en unos segundos vi que me caía sangre por todos los lados. Cuando me iba a clavar el cuchillo, le agarré la muñeca y justo en ese momento vino un amigo. Me estaba desmayando, me dejaron en una esquina y ahí tengo flashes hasta que vinieron las enfermeras de las vacas. Me encontraba en estado de shock y no sabía la gravedad de las heridas», dijo entonces.

Buena fe de su testimonio dieron los amigos de ambos que ayer corroboraron cómo Badreddine B. L. les había expresado sus intenciones. «Llegué al encierro y el acusado me dijo que había discutido con alguien y que lo iba a matar», explicó un vecino de Alpartir. «Recuerdo que dijo que iba a hacer la fiesta del cordero», añadió un amigo. «Estábamos almorzando y me dijo que quitara el cuchillo con el que yo estaba cortando la empanada porque iba a matar alguien», prosiguió otro.

Por todo ello, el ministerio fiscal solicita ocho años de cárcel por un delito de homicidio en grado de tentativa y la acusación particular a cargo de la abogada Gema Calahorra eleva la pena privativa de libertad hasta los diez años. La defensa ejercida por Juan Carlos Macarrón, por su parte, interesa una condena de dos años de cárcel con la concurrencia de las atenuantes de drogadicción, miedo insuperable y reparación del daño, pues el acusado ha abonado 10.000 euros de la indemnización de 65.000 y 70.000 euros que solicitan la Fiscalía y la acusación particular, respectivamente.