Un acusado por el crimen de Figueruelas culpa a su compañero de banquillo: "Yo no hice nada"
El otro procesado defiende que él no estuvo en Figueruelas la madrugada en la que se perpetró el crimen

Daniel S. G. y Miguel A. J., este viernes, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / RUBÉN RUIZ
Después de que el jurado haya visto desfilar a guardias civiles, médicos forenses y familiares de una y de otra parte, esta mañana ha llegado el momento más esperado de la semana con el interrogatorio practicado a Daniel S. G. (España, 1996) y Miguel A. J. (Ucrania, 2000) como presuntos autores del crimen de Figueruelas (Zaragoza). Pero se han encontrado con dos versiones totalmente diferentes de los hechos, pues Daniel S. G. ha descargado la responsabilidad del asesinato sobre su compañero de banquillo -"yo no hice nada", ha afirmado- al defender que él solo participó en el robo de dinero, de móviles y de tablets a la víctima mientras Miguel A. J. se hacía cargo de reducirle al "hacerle el mataleón". Preguntado por esta confesión, el interpelado ha negado que la madrugada del 3 de mayo de 2022 se adentrara en el número 16 de la calle Mayor e incluso ha aclarado que no conoce "de nada" a su homólogo. "Yo no estuve en Figueruelas", ha zanjado Miguel A. J. cuando se le ha preguntado por qué su teléfono móvil sí le situaba allí.
Con este cruce de declaraciones ha dado comienzo la cuarta y última sesión del juicio con una duración aproximada de cinco horas y media, un tiempo suficiente para exprimir al máximo la declaración de los dos acusados y su posterior valoración en el turno de los informes. Pero, antes de persuadir al tribunal, cada una de las partes ha expuesto sus peticiones de condena. El ministerio fiscal, por ejemplo, ha mantenido su solicitud de 25 años de cárcel por el delito de asesinato y ha añadido otros cuatro años de prisión por el robo con violencia, tal y como solicitaba inicialmente la acusación particular a cargo de la abogada Marina Ons. El abogado de Daniel S. G., el letrado Bartolomé Arranz, ha mantenido la absolución de su representado y su compañero defensor, el letrado Enrique Esteban Pendás, también ha interesado la absolución de su cliente con la inclusión de una petición subsidiaria: 10 años de cárcel por un delito de homicidio y otros dos años de cárcel por el robo con la concurrencia de la eximente incompleta de trastorno mental y la atenuante muy cualificada de drogadicción.
El primero en situarse ante el micrófono ha sido Daniel S. G., un ladrón confeso que ha rechazado la violencia como facilitador de sus golpes y que ha concretado que conoció al otro procesado "tres meses" antes del crimen. "Miguel me dijo que él se dedicaba a dar palos a traficantes, me ofreció esta oportunidad y le dije que era un ladrón, pero que solo me gustaba robar en sitios donde no hay gente. Al final me convenció", ha relatado Daniel S. G. "Le expliqué a Miguel que yo me encargaba de las cámaras y que él se hacía cargo del traficante. Fui directamente al router, ahí ya lo apagué y, cuando me di la vuelta, vi a Miguel hacerle el mataleón. Subí arriba, empecé a registrar la casa y al rato escuché un grito. Fue todo muy rápido... cuando bajé, vi que estaba registrando el salón, miré de refilón a la víctima y pensé que estaba inconsciente. Llamaron a un móvil y entonces recogimos todo y nos fuimos", ha continuado el acusado sin llegar a responder a las preguntas del abogado del otro acusado.
¿La prueba de ADN?
Bastante más escueto ha sido Miguel A. J. a pesar de que ha declarado a las preguntas de todas las partes. Y la razón ha sido sencilla, pues la fiscal ha cesado su interrogatorio después de que el procesado haya reiterado una y otra vez que, la madrugada del 3 de mayo de 2022, no estuvo en Figueruelas. Ha hablado también de "casualidades" para eludir todos las pruebas que la Guardia Civil dirige contra él e incluso ha aludido a su condición de vendedor de marihuana para justificar la presencia de ADN en una bolsa de plástico que los agentes hallaron junto al cadáver. "Me he dedicado a vender marihuana en bolsas al vacío", ha justificado.
En el turno de los informes, la abogada Marina Ons ha tildado esta afirmación de "ridícula" después de incidir en la acción de "torturar" hasta "matar" a la víctima. "Ese crimen fue cometido por más de una persona. Existió una situación de total indefensión", ha recalcado la fiscal Ana Cabeza. "Daniel desconocía totalmente la agresividad que se había dirigido contra la víctima y el nivel de la paliza que se le había dado. Con una persona era suficiente", ha señalado Bartolomé Arranz. "Lo que ha dicho Daniel no es creíble. Esto es un robo con violencia que causa un homicidio, pero no tiene entidad de asesinato", ha zanjado Enrique Esteban Pendás, quien ha incidido en la condición de traficante de la víctima después de que la Guardia Civil hallara 2,5 kilos de marihuana y 48 gramos de cocaína en el interior de la vivienda. "¡Vale ya! ¡No se lo voy a permitir!", le ha contestado un familiar del fallecido que ha sido expulsado de la sala.
El presidente del tribunal, el magistrado Mauricio Murillo, ha citado a las partes el próximo lunes a las 09.00 horas para entregarles el objeto del veredicto, el cuestionario que está previsto que se traslade a los miembros del jurado a las 10.30 horas. A partir de ese momento se encerrarán a deliberar sobre la inocencia o la culpabilidad de los acusados.
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