Entrevista | Francisco Javier Almiñana Exgeneral Jefe de la VIII Zona de la Guardia Civil de Aragón
Francisco Javier Almiñana, jefe de la Guardia Civil en Aragón: "Necesitamos una profunda reorganización del despliegue de la Guardia Civil"
El máximo responsable de la Guardia Civil en Aragón, Francisco Javier Almiñana repasa con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN su trayectoria

El exgeneral Jefe de la VIII Zona de la Guardia Civil de Aragón, Francisco Javier Almiñana, en el acuartelamiento del Carmen antes de la entrevista con este diario. / LAURA TRIVES
El máximo responsable de la Guardia Civil en Aragón, Francisco Javier Almiñana (Beniganím, 1962), repasa con EL PERIÓDICO DE ARAGÓN su trayectoria con motivo de su reciente paso a la reserva. Almiñana recuerda sus primeros pasos en el Instituto Armado inmerso en la lucha antiterrorista contra ETA y analiza la seguridad en el medio rural aragonés vinculada a la falta de agentes.
PREGUNTA (P): Usted es valenciano, nació en Beniganím. ¿Cómo ha vivido esta dana tan trágica?
RESPUESTA (R): Efectivamente, soy natural de Beniganím, un pueblo de Valencia, pero en el pueblo no viví nunca. Mi madre fue a dar la luz allí, a los diez años me fui de Valencia y ya no volví por Valencia, solo vuelvo de vacaciones porque tengo familia. Respecto a la pregunta, Beniganím está entre Xátiva y Gandía, por lo que la dana no afectó al pueblo, y afortunadamente, tampoco a mi familia. Sí que es cierto que conozco a gente de Alfafar y de la zona de Catarroja que sí se vieron afectados en sus propiedades y en la desgracia que ha pasado allí, que ha sido terrible.
P: De algún modo tiene casos cercanos.
R: Sí, sí. También hay que tener en cuenta que estando aquí en Aragón, que somos limítrofes con la Comunidad Valenciana, se desplazaron guardias civiles a ayudar a los valencianos a la zona donde se produjo más desastre, que fue la zona de Catarroja y Alfafar. Tengo allí un amigo que le afectó, gracias a Dios no hubo lamentar desgracias personales, pero sí su propiedad se vio afectada y tuvo que abandonar la vivienda, se fue a casa de un familiar y pudo resolverlo.
P: ¿Cómo se coordinó la ayuda con los compañeros valencianos?
R: La coordinación vino desde Madrid, solicitaron componentes de diferentes Comandancias de toda España y se fueron enviando bajo el mando de un oficial por cada Comandancia o por cada Zona. Han estado en periodos de de entre 20 y 30 días haciendo relevos hasta el mes pasado.
P: ¿Cuántos guardias civiles aragoneses han participado en el operativo?
R: No sé el número exacto, creo que son 24 agentes los que comisionamos desde la zona de Zaragoza, aunque desde aquí fue más gente porque también se envió al GRS, el Grupo Rural de Seguridad. En lo que afecta a la zona 24 personas estuvieron permanentemente allí y fueron alrededor de cinco turnos, así que unos 120 guardias civiles.
P: Más todos los voluntarios que se sumaron.
R: Sobre todo, en la Comandancia de Teruel, hay muchos guardias civiles que son de la zona de Valencia y sí que hubo compañeros que se ofrecieron voluntarios. Por supuesto que los valencianos que estaban afectados fueron los primeros que se apuntaron en el contingente y los otros, digamos en sus ratos libres o en sus días de descanso, iban a colaborar con los otros guardias civiles y con sus paisanos.
P: En Aragón no le ha tocado lidiar con una tragedia de tal envergadura más allá del reciente incendio en la residencia psicogeriátrica de Villafranca de Ebro o el incendio de Ateca por la forma en que se produjo.
R: Así como circunstancia, digamos un poco fuera de lo normal, hubo un desbordamiento del río Ebro por crecida de agua que no pasó más allá de las motas antes de llegar a Zaragoza. Después el incendio de Ateca, y efectivamente, el incendio de la residencia donde murieron diez personas. Esas han sido las cosas más graves porque cotidianamente, por desgracia, la Guardia Civil tiene que lidiar muchas veces con situaciones no apetecibles para nadie como son los fallecidos tanto en carretera, que por desgracia sigue habiendo, y también en la práctica de deporte, sobre todo en la zona de Huesca, por la práctica de deportes de montaña.
P: ¿Cuánto preocupan los muertos en la montaña?
R: Desgraciadamente todos los años tenemos más muertos de lo que desearíamos en la montaña, pero hay que decir se está intentando atajar con una gran labor de divulgación en la que siempre recalcamos lo mismo: salir a la montaña no es salir a dar un paseo por el paseo Independencia. Hay que llevar los medios adecuados, no hay que sobrevalorar las posibilidades de cada uno, hay que informar uno de dónde va y lo deseable sería ir acompañado por un profesional.
P: ¿Cuál ha sido su momento más difícil en Aragón?
R: Pues no recuerdo ningún momento difícil. Tenga en cuenta que yo llevo 40 años de servicio, más de 40 años, y siempre he estado en el territorio, lo que en la Guardia Civil se llaman unidades periféricas. Entonces no me ha llamado la atención nada más extraordinario de lo que me haya podido ocurrir en otro sitio. Vine después del covid, que es una situación que pidamos que nos vuelva a repetir, y han sido cuatro años de cierta tranquilidad quitando las tres cosas que hemos comentado.
"La Guardia Civil es como un hogar de fuego, parece que está apagado, pero si mete uno la mano se quema. La Guardia Civil no deja de trabajar en ningún hecho delictivo que se haya producido y más un hecho delictivo en el que una persona ha podido perder la vida"
P: Hablaba de muertes en carreteras y en la montaña, también las ha habido violentas con un crimen todavía por resolver como el asesinato de las prefiestas de Ricla, en julio de 2023. ¿Confía en que se esclarezca pronto?
R: Vamos a ver, siempre digo lo mismo: la Guardia Civil es como un hogar de fuego, parece que está apagado, pero si mete uno la mano se quema. La Guardia Civil no deja de trabajar en ningún hecho delictivo que se haya producido y más un hecho delictivo en el que una persona ha podido perder la vida. Se investiga hasta que damos con la solución, no solemos cerrar ningún caso, así que se sigue trabajando, que estén tranquilos que la Guardia Civil sigue trabajando.
P: Lleva más de 40 años de servicio en la Guardia Civil, es la cuarta generación de su familia.
R: Mi hijo ya es la quinta generación, es capitán de la Guardia Civil, está destinado en Madrid, precisamente está casado con una capitán de la Guardia Civil y ha tenido un niño hace un año. Me imagino, que si Dios quiere, será la sexta generación.
P: A Aragón llegó en 2021 tras ponerse al frente de otras jefaturas en Jaén y en Asturias. ¿Qué territorio se ha encontrado?
R: Aragón es un territorio amigo, como digo yo, los aragoneses son muy buena gente, se sienten muy españoles y la verdad es que he estado muy a gusto. He tenido la gran fortuna, aunque lo ha padecido mi familia, de estar destinado en muchos sitios, en Navarra, en la Comunidad Valenciana, en Madrid, en Castilla La Mancha, en Andalucía, en Asturias de jefe de Zona… Y tengo que decir que en Aragón me siento muy acogido. Hay que tener en cuenta que mis inicios en la vida militar fueron aquí, en la Academia de Zaragoza, vine a hacer el Cou y preparación, después ingresé en la Academia y ahora como premio he finalizado en Zaragoza. No puedo tener más recompensa que esa, finalizar donde empecé, en una ciudad que quiero, en una tierra que quiero, donde tengo muchos amigos y donde está mi Virgen del Pilar, nuestra Virgen del Pilar, que es la patrona de la Guardia Civil.

El exgeneral Jefe de la VIII Zona de la Guardia Civil de Aragón, Francisco Javier Almiñana, antes de la entrevista con este diario. / LAURA TRIVES
P: ¿Se ha sentido igual de querido en todos sus destinos?
R: Donde he estado me he sentido muy a gusto y muy acogido por los ciudadanos, en este caso de Aragón, pero también en Asturias, en Andalucía, en Valencia… De hecho, como cosa curiosa, cuando ascendí a Coronel y estaba en Andalucía tenía la intención de ir a Valencia o Alicante, pero bueno, decidieron que fuera Asturias. No me apetecía mucho ir a Asturias, me pilla un poco lejos de mi ámbito familiar, pero fíjate si mi jefe fue listo que me mandó a Asturias y ahora que paso a la reserva me voy a ir a vivir a Asturias. Ayer recibí una carta del presidente Barbón, porque lo conozco de cuando estuve allí, ofreciéndome su casa, y como anécdota, invitándome a comer en cuanto llegue. He hecho muchos amigos allí como en todos destinos donde he estado y de momento mi mujer y yo nos vamos a Asturias con nuestros amigos asturianos a pasar allí unos años, no sé si definitivamente, pero por lo menos seis o siete años hasta que las fuerzas nos den para poder coger el coche y bajar para Levante, que es nuestra zona.
P: Sería mucho pedir que me hiciera un repaso a su trayectoria, así que le seré conciso: ¿Cuál es el acontecimiento que más le ha marcado?
R: (suspira) En la época en Madrid, en el Servicio de Información de la Comandancia, que fue del año 90 al 93, viví en primera línea muchos atentados muy desagradables como el de Irene Villa. Aquella época en Madrid con los atentado terroristas, con el comando Madrid, me significó bastante, porque era una alerta permanente, se producían muchos atentados tanto a las personas como a instalaciones, a infraestructuras y era un sinvivir. Tanto es así que a veces me iba de casa, entonces no había teléfono móvil, y tardaba a lo mejor cuatro días en volver a casa y mi mujer no sabía ni dónde estaba. Y llamaba y le decían Pues no se preocupe que a su marido no le ha pasado nada. Fue esa época y cuando salí de Teniente en el año 86, que salimos todos destinados al norte a la lucha contra el terrorismo. Ya sabe aquella época… aparte de los atentados, allí la convivencia de la Guardia Civil con la sociedad era nula, la Guardia Civil estaba en los cuarteles y nos dedicábamos a eso, a proteger los cuarteles, a proteger las instalaciones críticas… Aquello era una guerra, unos atacaban y nosotros nos defendíamos y hacíamos lo que podíamos en aquella época tan triste para España, que fue la lucha contra el terrorismo.
P: ¿Tuvo miedo?
R: Miedo no porque creo que éramos, yo por lo menos, inconscientes de a lo que nos enfrentábamos. Yo había estado viviendo en San Sebastián, y los ocho o nueve primeros guardias civiles que mató ETA, aparte del guardia Pardines, fueron cuando estaba mi padre de jefe. Recuerdo la muerte del sargento Gerónimo Vera, que lo conocía yo personalmente, y que también murió. Digamos que ya estaba un poco vacunado de eso porque ya de crío lo había vivido y era una cosa como un poco normal. Lo digo con tristeza. Fue la época que recuerdo con más tristeza en la Guardia Civil, esa del año 86 al 93, ya en 94 me fui a Albacete a Tráfico y fue otra etapa de mi vida.
P: ¿Qué aprendió de esa lucha antiterrorista?
R: Que fue una pena… fue una pena que los españoles no tuviéramos que enfrentar a esa lacra del terrorismo.
P: En diciembre de 2022, precisamente, le tocó presidir el 35º aniversario del atentado de ETA contra la Casa Cuartel de Zaragoza.
R: Tenga en cuenta que yo también estuve en la avenida Cataluña, en el cuartel, estuve dos años estudiando allí. Me fui en el año 81, ingresé en la Academia y el atentado fue en el 87… Yo llevaba un año y pico de teniente. El comando itinerante, el terrorista Henri Parot fue el que el que lo hizo, y bueno, qué le voy a decir. Fue un atentado indiscriminado contra una casa donde había familias, poner el coche de un tenderete de una casa donde está la ropa de los niños… Sobran las palabras para quien sea capaz de hacer eso. No lo voy a calificar porque se califica solo.
"Confío en ver a Josu Ternera en el banquillo y en la cárcel, que es donde tiene que estar"
P: A día de hoy, Josu Ternera todavía no ha sido juzgado como autor intelectual. ¿Confía en verle pronto en el banquillo?
R: En el banquillo y en la cárcel, que es donde tiene que estar.
P: ¿Ha visto el documental ‘No me llame Ternera’ de Jordi Évole?
R: No.
P: ¿Por qué?
R: Porque no lo he visto. A ver si ahora en la reserva tengo la oportunidad de ver la televisión porque con las novedades y el día a día en la Guardia Civil ya no me daba tiempo ni de ver la tele.
P: Volviendo a la actualidad, ha tenido que lidiar con importantes reivindicaciones por falta de agentes en el medio rural. ¿Faltan guardias civiles en Aragón?
R: Si me lo pregunta como Guardia Civil, le digo que cuanto más guardias civiles tengamos mejor. Si me lo pregunta como persona, yo quiero tener mucha seguridad y quiero muchos guardias civiles a mi lado. ¿Faltan guardias civiles? Pues quizás. A mí me gustaría tener de 15 a 20 guardias civiles en el pueblo más pequeño de España, en todos los pueblos, porque todos los pueblos se merecen tener a la Guardia Civil y se merecen que tengan allí la bandera española en el cuartel. Pero eso es una utopía, es imposible, no se puede soportar. Lo que hay que hacer es reorganizar: Aragón y otras comunidades de España necesitan una profunda reorganización del territorio y del despliegue de la Guardia Civil, debemos tener los guardias adecuados en cuanto a número para dar una seguridad próxima a los ciudadanos y los medios técnicos que nos ayuden a esa seguridad y que nos la hagan más fácil. Hay que buscar la eficacia, pero también la eficiencia. Concretamente en Aragón que se habla mucho del reto demográfico, el reto demográfico es para todos. Los guardias civiles no son extraterrestres y la Guardia Civil no está alejada de la realidad social actual, vivir en los pueblos hoy es un tema dificultoso para todo el mundo por los servicios que tienen los pueblos. Es muy difícil rellenar las plantillas en los pueblos, entonces Aragón, como mucho territorio español, tiene que tener su Guardia Civil pero con un despliegue profesional hecho por profesionales. ¿Dónde tenemos que tener los cuarteles? ¿Cuáles deben ser las plantillas para dar una respuesta adecuada y eficaz a los ciudadanos? No por más cuarteles hay más seguridad, quizás la seguridad subjetiva porque ven al cuartel, pero después hay que ver qué es lo que hay en el cuartel. Hoy en día no es operativo un cuartel con menos de 10 o 14 guardias civiles que puedan prestar servicio a ciudadanos como se ofrece, y si eso no podemos hacerlo por las plantillas, habrá que reorganizarlo para poder cumplirlo.
P: ¿Cómo se podrían incentivar esas plazas de difícil cobertura en los pueblos?
R: No es incentivar porque la gente lo pediría, salen las vacantes y se cubren las vacantes. Lo que pasa, que claro, si en España tiene que haber una tasa de cobertura del 90%, ese 10% está concentrado en los sitios donde la gente no quiere ir, donde la gente no lo pide. Entonces, ¿qué se puede pues incentivar? Antes los guardias me pedían mejores medios, cobrar más, mejores viviendas… Ahora lleva ya años que de eso no me piden nada.. Lo que sí quieren ahora es tiempo libre, el guardia civil de Aragón y en la zona de Teruel y en la zona de Zaragoza, lo que más me piden es cómo pueden hacer más servicio concentrado y más tiempo libre.
P: Entonces su solución ante la falta de agentes pasa por las reivindicaciones de las asociaciones.
R: Eso lo aboga la Guardia Civil también, no solo las asociaciones, lo que pasa que cada uno coge su bandera. Llevo 40 años en el territorio y llevo mucho tiempo diciendo que hay que optimizar nuestros recursos y establecimientos. Tampoco podemos mantener tantos cuarteles. Las infraestructuras cuestan mucho dinero. Es una tienda que hay que abrir todos los días, hay que subir la persiana, tienes que tener un señor que suba la persiana, tiene que tener un contador de luz, tienes que tener agua, tienes que tener un coche, tienes que tener una linterna… y eso cuesta mucho dinero. Si encima ese coche no puede estar prestando servicio las 24 horas porque no tienes gente…
P: ¿Y cree que existe voluntad política para ello?
R: En este aspecto le voy a decir una cosa, lo que falta es voluntad política para hacerlo, pero es difícil. ¿Y sabe por qué es difícil? Porque ni un ciudadano quiere que no esté la Guardia Civil en su pueblo, es el mayor problema que tenemos. Cuando decimos "vamos a reorganizar esto”, los primeros que no quieren son los ciudadanos, y nosotros, como servimos a los ciudadanos, seguimos en el pueblo. El primer obstáculo que tenemos es que la sociedad, los ciudadanos, a los que damos seguridad, no quieren perder a la Guardia Civil y de esto tenemos que ser conscientes porque en la realidad. En algún pueblo, cuando ha habido que desalojar el cuartel porque el cuartel se ha trasladado a otro lado, hemos tenido manifestación de los vecinos porque no quieren que nos vayamos.
P: Cuando se habla de falta de agentes también se reivindica la labor de la Policía Local a la hora de brindar esa primera respuesta.
R: Como no puede ser de otra forma, la relación es de colaboración ante cualquier hecho que se produce. ¿Qué pasa en la demarcación de la Guardia Civil en Aragón? Las policías locales son muy escasas, por no decir casi nulas. Por decirle un caso, Alcañiz tiene poca Policía Local para lo que es Alcañiz. En cambio, Zaragoza, que es una gran capital, tiene una Policía Local bien dimensionada. Cuando la Guardia Civil acude a un sitio en su territorio, lo normal es que no vaya a acuda nadie más, ni se va a encontrar a la Policía Local allí porque no hay ni va a venir después porque no puede ir, todo lo más que va a ir es la pareja y los refuerzos que pueda mandar la Guardia Civil. En el caso de Aragón, en nuestras demarcaciones territoriales, la Guardia Civil no espera que vaya la Policía Local porque no hay, primero porque hay muchos ayuntamientos que no tienen y después porque los que la tienen se quedan sin policías locales porque cuando salen las plazas se van a las ciudades más grandes.
"Aragón es una comunidad muy segura, de las más seguras de España"
P: ¿Aragón es una comunidad segura?
R: Aragón es una comunidad muy segura, de las más seguras de España. Lo único que hay que hacer es mirar el índice la tasa de criminalidad que hay en Europa, ver la tasa de criminalidad que hay en España, que es más baja que la de Europa, y dentro de España, ver la tasa de criminalidad que hay en Aragón, que es de las más bajas que hay en las comunidades de de España. Es una comunidad tranquila, pueden estar tranquilos.
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