Condenado el informático de una cosmética zaragozana por un desfalco de 150.000 euros

El acusado acepta tres años y nueve meses cárcel tras desviar el dinero desde las arcas de la empresa hasta una sociedad de su propiedad

David Israel S. P., este martes, en el medio del banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

David Israel S. P., este martes, en el medio del banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / A. T. B.

Zaragoza

El informático de una empresa de cosmética zaragozana aceptó ayer una pena de tres años y nueve meses de cárcel al confesar que generó un desfalco de alrededor de 150.000 euros en las arcas de la entidad para la que trabajaba. Así se desprende del acuerdo suscrito entre el ministerio fiscal, la acusación particular a cargo del penalista José Luis Melguizo y la abogada defensora del acusado, y que permitió una rebaja de la condena después de que el ahora condenado, el ecuatoriano David Israel S. P., depositara 33.000 euros en las arcas del juzgado tras desviar más de 100.000 euros a una sociedad de sus propiedad y comprar móviles de alta gama y videoconsolas con la tarjeta bancaria de la empresa.

La sentencia, que fue dictada in voce por la magistrada Mercedes Terrer, adscrita a la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Zaragoza, recoge una pena de dos años de cárcel por un delito continuado de estafa y una pena de 21 meses de cárcel por un delito continuado de falsedad en documento mercantil. Pero David Israel S. P. no ingresará en prisión a cambio de abonar 800 euros al mes para terminar de satisfacer la deuda de 120.000 euros que todavía mantiene con la empresa. Inicialmente, las acusaciones solicitaban hasta seis años de cárcel, cuatro por la estafa y dos por la falsedad.

El ahora condenado se valió de la confianza de su jefe y del acceso a las cuentas de la empresa de cosmética con sede en el polígono Malpica para realizar varias compras a través de Internet que intentó ocultar al manipular los albaranes. Y es que David Israel S. P. fingía que adquiría útiles para la entidad cuando realmente compraba móviles, videoconsolas y videojuegos. Pero el mayor movimiento de dinero en su favor lo ejecutó al realizar tres transferencias de más de 100.000 euros a una sociedad de su propiedad.

Al final, los movimientos contables llamaron la atención de los responsables de la empresa, ya que no había ningún rastro de esos productos que constaban como adquiridos. Desde el primer momento, David Israel S. P. confesó los hechos y ayer, nuevamente, se declaró culpable del agujero de 150.000 euros que generó en las cuentas de su propia empresa. Un adelanto de 33.000 euros le permitió reducir la condena al aplicarle la atenuante muy cualificada de reparación del daño.

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