Una compañera de la madre que asfixió a su bebé en Zaragoza: "El nene tenía un golpe en la cabeza y moraduras"

La mujer recuerda el estado en el que se encontraba el niño la noche antes de que su madre lo asesinara

Tatiana Diguele Nuñez, este martes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Tatiana Diguele Nuñez, este martes, en la Audiencia Provincial de Zaragoza. / LAURA TRIVES

Zaragoza

Si la confesión de la mujer que asfixió a su bebé para que dejara de llorar ya fue estremecedora por su frialdad, ni que decir tiene las imágenes que revelan cómo Tatiana Diguele Nuñez (España, 1993) sacó del carro al niño ya muerto para colocarlo "aprisionado" entre un banco y una valla del parque del CaixaForum. Los cinco minutos de grabación han obligado al padre de la víctima a abandonar la sala al no ser capaz de aguantar la rabia que, eso sí, había contenido minutos antes cuando ha desvelado un detalle terrible: la noche de la desaparición durmió apoyado en el mismo cojín con el que la acusada había asesinado a su hijo ese mismo día. Y, por si fuera poco, la compañera de piso de ambos ha apostillado: "La noche de antes nos dimos cuenta de que el nene tenía un golpe en la cabeza y cuando le cambiamos el pañal vimos que tenía moraduras".

Son las dos principales novedades de la segunda sesión del juicio que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de Zaragoza después de que la acusada confesara el crimen en su día y así lo ratificara ayer ante los miembros del jurado, presidido por la magistrada Nicolasa García Roncero. Hasta el momento, de hecho, todavía no se había hecho pública la situación que entonces atravesaba la familia y en ello han incidido hoy sus dos compañeros de piso al aclarar ambos que les acogieron en su domicilio de la calle Eloy Martínez. "Se habían quedado en la calle con el chico, tenían una época mala y tenían que remontar", ha afirmado el hombre. "Hasta que pudieran tener la independencia, se marchaban ya en el mes de marzo o de abril como mucho", ha añadido su otra compañera.

A día de hoy, esta mujer todavía recuerda al pequeño, de nombre Juan Carlos, como un bebé "muy risueño" y "muy simpático". "Enseguida te sacaba la sonrisa y te provocaba", ha contado la compañera de piso de la familia, con quienes mantenía una relación muy estrecha desde que se mudaran allí en noviembre de 2023. Y, preguntada por el mismo día de los hechos, ha lamentado que estaba durmiendo la siesta cuando Tatiana asfixió al bebé. "Yo no escuché nada. Cuando me levanté no les vi, pero pensé que era normal, que se habían ido a dar una vuelta. Había dejado medio biberón en el sofá", ha puntualizado.

La investigación policial

Esa misma noche, la del 23 de febrero de 2024, el progenitor denunció la desaparición de su mujer y de su hijo hasta que, dos días después, el 112 recibió una llamada de la propia acusada. Lo hizo desde Vía Hispanidad, adonde se desplazó rápidamente una dotación de la Brigada de Seguridad Ciudadana para comprobar el estado de Tatiana. "Nos contó una versión de que un varón de origen árabe le había golpeado por la espalda y se había llevado a su bebé y a ella a un cuarto. Dijo que tenía cita para ir a abortar a una clínica al día siguiente", ha recordado hoy uno de esos dos zetas.

Pero, ya en la Jefatura Superior de Policía de Aragón, su coartada comenzó a caer como un castillo de naipes hasta que le indicó a los agentes el punto exacto en el que había escondido el cadáver. "Yo fui quien le pregunté: ¿El niño está muerto? ¿El niño está muerto? Y ahí ya se derrumbó. Sin mediar palabra andó unos metros, se puso delante de un banco y señaló dónde", ha afirmado uno de los agentes. "Yo la vi tranquila. Conmigo no se derrumbó y lo único que le preocupaba mucho era el tema del aborto", ha añadido el jefe de la Brigada de Seguridad Ciudadana.

Prisión permanente revisable

Por todo ello, la Fiscalía solicita la imposición de la prisión permanente revisable, a lo que se ha adherido de forma obligatoria la acusación particular a cargo de Isidro Soria al personarse en la causa en un momento procesal en el que no se le permite formular su particular escrito de acusación. El abogado defensor de la acusada, el letrado Alejandro Soteras, interesa una condena de un año de cárcel por un delito de homicidio en grado de imprudencia con la concurrencia de la atenuante muy cualificada de confesión. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza.

La vista se reanuda este miércoles a las 10.00 horas con la práctica de la prueba pericial, entre ellos, los forenses que le practicaron la autopsia al cadáver. El jueves queda reservado para las conclusiones, los informes y la última palabra de la acusada y, el próximo 7 de abril, la presidenta del tribunal del jurado entregará el objeto del veredicto a los nueve miembros del pueblo elegidos para impartir Justicia, que se encerrarán a deliberar sobre el grado de culpabilidad de la acusada.

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