Autopsia al bebé asesinado por su madre en Zaragoza: "Hubo una agonía previa a la muerte por la lucha contra la asfixia"

Los médicos forenses afirman que "no hay una explicación científica" para explicar qué llevó a Tatiana a matar a su hijo

Tatiana Diguele Nuñez, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Tatiana Diguele Nuñez, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Zaragoza

De la forma en la que fue asesinado el pequeño Juan Carlos no había ninguna duda: Tatiana Diguele Nuñez (España, 1993) confesó que había asfixiado a su hijo con un cojín. Por eso, la exposición de los resultados de la autopsia no le ha desvelado ninguna novedad a los miembros del jurado a excepción de dos matices que han venido a dramatizar la tragedia. El primero, al precisar los médicos forenses que la víctima murió en "no más" de cinco minutos. Y, el segundo, al añadir que "hubo una agonía previa a la muerte por la lucha contra la asfixia".

Pero de lo que todavía no habían sido informados, más allá de pequeñas pinceladas, era de la frialdad de la acusada, la misma que este miércoles han descrito los forenses sin todavía saber a día de hoy qué llevó a Tatiana a acabar con la vida del pequeño. "No hay una explicación científica ni teórica", han remachado.

Quienes se entrevistaron con ella han coincidido en que su imputabilidad es "plena", es decir, que Tatiana sabía perfectamente lo que hacía cuando mató a su hijo y que comprendía el fatal desenlace de su acción. De ella han recordado ciertos trastornos de su vida, entre ellos, "algún problema" de conducta alimentaria o de acoso escolar descritos por la misma Tatiana. Y a ellos se suma también la "muerte súbita" de otro bebé cuando vivía en Borja. "Pidió no hablar del tema, pero sí que percibimos que no expresó ninguna emoción", han contado las dos psicólogas forenses.

En la cárcel de Zuera, de hecho, la acusada ha tenido que abortar de otro bebé del que quedó embarazada con el padre biológico del pequeño Juan Carlos, a quien incluso se refirió desde el centro penitenciario como "un maltratador" cuando, este mismo martes, el progenitor le había definido a ella "como buena". "Dentro de las circunstancias, yo considero que sí que éramos felices", llegó a afirmar su expareja.

"Quería tener una imagen de caer bien"

De las entrevistas que mantuvieron con Tatiana extrajeron varios rasgos asociados a una personalidad "psicopática" y "esquizoide" al enumerarse hoy "cierta impulsividad" o "desapego emocional". "Tatiana trata de dar una imagen de enferma mental, de no estar bien... pero no era acorde a la realidad y a lo que nosotras veíamos. Presenta una imagen de encanto superficial, quería tener una imagen de caer bien cuando nosotras le hablábamos", han afirmado las psicólogas, a quienes también les contó que consumía drogas desde sus 20 años.

Por todo ello, la Fiscalía solicita la imposición de la prisión permanente revisable, a lo que se ha adherido de forma obligatoria la acusación particular a cargo de Isidro Soria al personarse en la causa en un momento procesal en el que no se le permite formular su particular escrito de acusación. El abogado defensor de la acusada, el letrado Alejandro Soteras, interesa una condena de un año de cárcel por un delito de homicidio en grado de imprudencia con la concurrencia de la atenuante muy cualificada de confesión. La causa la ha dirigido el Juzgado de Instrucción número 2 de Zaragoza.

La vista se reanuda este jueves a las 10.00 horas al quedar reservada esta sesión para las conclusiones, los informes y la última palabra. El próximo 7 de abril, la presidenta del tribunal del jurado, la magistrada Nicolasa García Roncero, entregará el objeto del veredicto a los nueve miembros del pueblo elegidos para impartir Justicia, que se encerrarán a deliberar sobre el grado de culpabilidad de la acusada.

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