Cae el balcón de un quinto piso en Zaragoza: "Ha sido una suerte enorme que no hubiera ningún muerto"

La intuición del propietario de un bar evitó la tragedia

Zaragoza

Los vecinos de la plaza de Santo Domingo de Zaragoza todavía andan con un buen susto en el cuerpo después de que, este viernes por la tarde, el balcón de un quinto piso del portal número 9 se derrumbara de forma sorpresiva y cayera desplomado sobre la terraza de un bar que lleva el mismo nombre de la plaza en que se encuentra. Afortunadamente, no hubo que lamentar ningún herido, aunque se podría estar hablando de una tragedia en mayúsculas porque la terraza del establecimiento estaba a rebosar de gente con motivo de la jornada festiva de Viernes Santo. Este sábado, de hecho, el bar Santo Domingo decidió no levantar la persiana «por la sensación de inseguridad» de verse rodeado de «escombros», tal y como explicó a este diario el vecino del 4º Derecha, un sexagenario que fue testigo de lo sucedido desde su propio domicilio y que hoy por la mañana pudo conversar con el propietario del bar.

«Tenía la terraza llena de gente, salió a la calle y vio que caía como una especie de arenilla de la fachada. El balcón ya tenía una cierta inclinación y enseguida dijo a la gente que saliera pitando de allí. El público se pasó a la otra acera y ellos vieron cómo se desplomaba el balcón. Fue instantáneo», parafraseó este vecino desde la habitación que da acceso a su balcón, el mismo que tiene «prohibido» abrir según recoge la nota que ha dejado la Policía Local en cada una de las diez puertas del edificio.

Desde el interior de esta vivienda, precisamente, se pueden observar la vigas de hierro «completamente podridas» que podrían estar detrás del derrumbe a ojos de este vecino. En cualquier caso, su balcón tampoco luce como antes porque el de arriba cayó sobre el suyo y, además, los bomberos «desmocharon» las «partes peligrosas» para evitar nuevos desprendimientos. «Había cascotes en el suelo y un bloque que se había caído en el parabrisas de un coche, aunque la dueña no se lo tomó mal del todo», recordaba ayer este hombre sobre un percance que tuvo lugar a las 20.30 horas y que, «hasta la una», no le permitió subir a casa después de que un arquitecto municipal revisara el inmueble e informara de que mañana se llevará a cabo otra revisión. «Nos dirán qué hay que hacer y una posibilidad es que se tiren todos los balcones y hagan unos nuevos con anclajes de total confianza», apuntó.

Según precisó este mismo vecino, este edificio se levantó allá por 1935. «Llevo viviendo aquí diez años y la última reforma que se hizo fue en 2020. Se pintó la fachada, se taparon las grietas visibles...», contó apenas 24 horas después de un incidente que recordaba con todo tipo de detalle. «Estaba a punto de cenar y justo antes de que empezara oí un estruendo grande y vi que el balcón del vecino de arriba se había desplomado. Ha sido una suerte enorme que no hubiera ningún muerto. No creo en los milagros, pero hubo mucha suerte», concluyó.

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