El 'veto' de los abogados al "polígono" de la Expo

Los abogados han mantenido sus despachos en el centro de la capital aragonesa a pesar de que inicialmente se valoró su posible traslado al barrio del Actur 

Vista aérea de uno de los dos edificios, el Vidal de Canellas, que conforman la Ciudad de la Justicia de Zaragoza.

Vista aérea de uno de los dos edificios, el Vidal de Canellas, que conforman la Ciudad de la Justicia de Zaragoza. / MIGUEL ÁNGEL GRACIA

Zaragoza

El traslado de los antiguos juzgados de la plaza del Pilar al otro lado del Ebro supuso un cambio sideral para quienes frecuentan a diario las dependencias judiciales de la capital aragonesa. Los abogados, por ejemplo, tuvieron que añadir un tiempo extra a su jornada laboral para cerciorarse de que llegaban a tiempo a los juicios señalados en la nueva sede de la avenida Ranillas, ya que entonces no lo tenían tan fácil como antes cuando se desplazaban andando desde sus céntricos despachos hasta las salas de vistas. Y, ante esta molestia, surgió inevitablemente el dilema de mantener sus estudios en el corazón de la capital aragonesa o trasladarlos al Actur para acercarse a los nuevos juzgados. Lo cierto es que, doce años después de la inauguración de la Ciudad de la Justicia, los mismos abogados reivindican la importancia de mantener sus despachos en el centro de la ciudad para facilitar el trato con sus clientes, los mismos que decantaron ese dilema en favor de las oficinas del paseo Independencia y de sus calles adyacentes.

«La gente baja al centro con naturalidad, no tiene ningún inconveniente en venir aquí, pero ir a la Expo... Al cliente siempre le interesa el centro y nosotros seguimos estando donde siempre hemos estado», asevera en declaraciones a este diario Santiago Palazón, abogado zaragozano que tiene su despacho en Gran Vía y que, en 2010, se llegó a trasladar a la calle Jerónimo Zurita «por estar más cerca de los juzgados». Pero la mudanza al recinto de la Expo le hizo retornar a Gran Vía, desde donde ahora analiza tiempos pretéritos en los que coincidía con compañeros de profesión de camino a los viejos juzgados de la plaza del Pilar. «Ahora socializamos y nos relacionamos poco. No ves al compañero prácticamente», lamenta Palazón.

La cuestión, de hecho, iba más allá del hola y del adiós con otros abogados, ya que esos cafés y paseos de camino a los juzgados facilitaban la negociación de cuestiones civiles y penales sin que luego fuera necesaria la celebración de los juicios. «Lo hemos hablado mil veces en los pasillos de los juzgados», recalca este abogado zaragozano, que «jamás» se planteó ir al «polígono industrial» como ha bautizado a este recinto. «No ha representando ninguna ventaja legal para los abogados y los procuradores y hay que tener en cuenta que, por la tarde, la actividad procesal es nula», cuenta Palazón. «Los grandes beneficiados son los compañeros de Madrid y de Barcelona que llegan en AVE a Delicias y cogen un taxi hasta los juzgados, pero a nosotros nos resulta incómodo», remacha.

Las voces de otros abogados

Junto a Palazón coinciden otros abogados consultados por este diario. «Nunca me he planteado cambiarme del centro al Actur», expone Marco Antonio Navarro, otro letrado zaragozano que, en su caso, tiene el despacho en la calle Francisco de Vitoria. «No lo considero operativo ni beneficioso para el cliente. Como les digo siempre a ellos, los juzgados, cuanto más lejos mejor», bromea Navarro, para quien la Ciudad de la Justicia cuenta con la desventaja de que «la mayoría de las administraciones» están en el centro. «Siempre he tenido mi despacho en el centro porque es la mejor zona para que el cliente se ponga en nuestras manos. Hubo algún abogado que se trasladó al Actur y por lo que sea (ironiza) han vuelto al centro», reflexiona Navarro.

Y es que, hace doce años, el debate estaba sobre la mesa de los juristas. «Creíamos que iba a haber más movilidad al centro porque la gente se lo planteaba, pero los precios que se pusieron en el World Trade Centre fueron muy altos al principio», recuerda Cristina Martínez, otra abogada zaragozana que tiene su despacho en la plaza Aragón, un emplazamiento de sobras conocido en la capital aragonesa. A esta ubicación y a otras contiguas alude Martínez, precisamente, para recalcar las preferencias de los clientes por el centro de la ciudad. «Zaragoza no es Barcelona ni Madrid, por lo que la gente siempre busca referencias más personales. La Expo está más a desmano, es muy poca práctica para los clientes y estratégicamente no se han movido tampoco los bancos, ni la Audiencia ni el TSJA», argumenta Martínez, un análisis que a ella y a sus compañeros les ha llevado a rechazar el traslado a la Expo.

Tracking Pixel Contents