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El asesino machista de Escatrón: "Es un pesar que tengo en mi cabeza y no me voy a olvidar nunca"

Psicólogos forenses debaten sobre si el acusado actuó en pleno delirio celotípico o no

Ezequiel Hernández Gonzalo, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Ezequiel Hernández Gonzalo, esta semana, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / RUBÉN RUIZ

Zaragoza

"Es un pesar que tengo en mi cabeza y no me voy a olvidar nunca". Así de escueto se ha expresado Ezequiel Hernández Gonzalo a la pregunta que le ha formulado su defensor, el abogado Francisco García Berenguer, acerca de si él se siente arrepentido por el asesinato de su exmujer en Escatrón. Es una de las pocas cuestiones que ha respondido el acusado aparte de ratificar el traspaso de todos sus bienes a sus tres hijos y la confesión del mismo crimen sin que haya tenido palabras para explicar qué le llevó a consumarlo, si actuó en pleno delirio celotípico o no, aunque todavía tiene tiempo Ezequiel para hacerlo mañana en el turno de la última palabra. "¿Serán cinco o diez minutos?", le ha preguntado a la presidenta del tribunal, la magistrada Natividad Rapún.

Y no es una cuestión baladí ese delirio, pues a lo largo de este miércoles han comparecido en la sala varios psicólogos forenses que han expuesto diversos puntos de vista sobre el estado mental del acusado. De una "ligera" merma de su capacidad volitiva en el momento de los hechos ha hablado la médico forense que se entrevistó con Ezequiel tan solo un día después del crimen, aunque luego ha incidido en la premeditación requerida por este asesinato después de que el acusado se desplazara de madrugada desde Escatrón hasta Zaragoza tras proveerse de unos guantes de látex para no dejar huellas en la pata de cabra con la que golpeó a Mari en la cabeza. "Ese desplazamiento no tiene ese impulso inmediato que se deriva de una discusión. La motivación aparente no es la celotipia porque Ezequiel expresa ideas de perjuicio respecto a su exmujer, pero no dice que tenga que ver con los celos", ha concluido esta misma psicóloga adscrita al Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Aragón.

De la premeditación se han desmarcado los peritos de parte al hablar de un "delirio encapsulado", es decir, que Ezequiel puede llevar "una vida normal" a pesar de que padece "un delirio en todo lo relacionado con su pareja". "Existe un historial médico que recoge este trastorno celotípico. No son unos celos normales porque se generan una serie de creencias irracionales, la rumiación es obsesiva, y, por ejemplo, cree fehacientemente en las infidelidades de su mujer. Sus facultades se encuentran comprometidas, gravemente afectadas, aunque no podemos determinar si están anuladas completamente", han detallado estos mismos psicólogos forenses.

La autopsia

Ha sido el último interrogatorio del juicio con jurado que se ventila esta semana en la Audiencia Provincial de Zaragoza, donde los médicos forenses que practicaron la autopsia han precisado que la víctima presentaba un traumatismo craneoencefálico severo y abierto "con hundimiento y pérdida del tejido óseo" que dejó la masa encefálica "a simple vista". "Su muerte fue una suma de factores porque el hundimiento de la bóveda craneal no es factible con un solo golpe, se utilizó una fuerza viva de gran intensidad y en repetidas ocasiones. Y la víctima no tiene heridas defensivas, así que le sorprendió", han descrito los doctores sobre la forma en que murió Mari, con la cabeza escachada como Ezequiel le había amenazado en anteriores ocasiones.

A lo largo de esta misma sesión también se han reproducido las amenazas de muerte que Ezequiel profirió sobre la víctima, las mismas expresiones que, el 3 de julio de 2022, denunció la víctima ante la Guardia Civil encuadrándolas en un riesgo medio "de especial relevancia" dentro del sistema Viogén. "Siempre había manifestado preocupación y miedo. Ella colaboraba con nosotros perfectamente, nos avisaba cuando se iba de vacaciones a Mallorca y entonces le pasábamos el caso a UFAM hasta que volvía", ha señalado un agente destinado en el puesto de Escatrón.

Mientras que el ministerio fiscal y la acusación popular ejercida por José Luis Gay solicitan penas que en su conjunto suman 29 y 28 años de cárcel, respectivamente, la acusación particular a cargo de la abogada Pilar Azcón interesa la imposición de la prisión permanente revisable por el delito de asesinato y de otros nueve años de prisión por delitos de amenazas, quebrantamiento de condena y maltrato habitual en el ámbito familiar. El defensor de Ezequiel, el letrado Francisco García Berenguer, pide su absolución con la concurrencia de la eximente completa de trastorno psiquiátrico al alegar que actuó movido por su trastorno de celotipia. La vista se reanuda este jueves a las 10.00 horas con el turno de las conclusiones y la exposición de los informes.

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