Atasco en los juzgados de violencia de género de Zaragoza: "Los servicios de guardia están saturados"

El fiscal delegado en este ámbito insta a adoptar medidas más allá de "la respuesta judicial" en favor de las víctimas

El fiscal Raúl Miranda, a la derecha del estrado.

El fiscal Raúl Miranda, a la derecha del estrado. / CARLA GREENWOOD

Zaragoza

El fiscal de la causa por el asesinato machista de Escatrón, Raúl Miranda, ha valorado este lunes antes los medios de comunicación el desarrollo del juicio por la muerte de Mari, un caso de violencia de género que le ha servido para instar a adoptar medidas en favor de las víctimas más allá de "la respuesta judicial" que se brinda desde los juzgados. En el caso que se ha ventilado estos últimos días en la Audiencia Provincial de Zaragoza, por ejemplo, se ha puesto de manifiesto que una orden de alejamiento no fue suficiente para proteger a esta mujer de su exmarido. Y es por ello que quien ejerce también como fiscal delegado de violencia de género haya enviado un mensaje de apoyo a las víctimas para que continúen denunciando esos episodios de maltrato, una tendencia que aprecian en los juzgados de la capital aragonesa al registrar cada vez más denuncias. "Los servicios de guardia están saturados, trabajamos a destajo", ha asegurado Miranda.

Es un problema, el de la sobrecarga, que en los próximos meses se puede ver agravado con la reforma legislativa por la que los tres juzgados especializados de Zaragoza también van a asumir las causas de violencia sexual. "Ojala mé equivoque pero se va producir una sobrecarga de los juzgados que ahora están perfectamente atendidos con tres magistrados excelentes, un cierto atasco, y a mí juicio no se va a poder dar el correcto trato a la víctima. Si me permite, el símil, estamos trabajando casi como un médico generalista que está pasando a sus clientes cada 20 minutos sin interesarse por la patología que puede haber de fondo", ha afirmado el fiscal.

Al igual que ya hiciera el pasado jueves en su informe, Miranda ha vuelto a lamentar que el sistema haya fallado con Mari, un caso que le duele de forma especial porque él mismo ha formado parte del procedimiento desde que la víctima denunciara por primera vez a su exmarido. "La valoración del fiscal en este asunto no puede ser otra que negativa. Hay un gran dolor en su familia y en su entorno porque no es un caso al uso, hay una serie de antecedentes, es un caso de años en cuanto a las manifestaciones de violencia que sufría y es un caso que se había judicializado", ha explicado el fiscal. "Le dimos la respuesta que mejor le pudimos dar dentro del sistema actual y a lo mejor, como fiscal, debeeríamos plantearnos buscar algún tipo de solución a este problema de la violencia de género, puesto que desde 2004 se han llevado a cabo diferentes reformas legislativas y las mujeres asesinadas no han disminuido", ha proseguido.

"Entiendo que se ha hecho todo lo que se ha podido y no dudo en que se deben serguir políticas de carácter preventivo, de carácter educacional para eliminar los roles machistas de la sociedad, pero igual ya no solo habría que esperar a darle la respuesta judicial como hoy (por el veredicto) sino adoptar algún otro tipo de medida cuando se conozcan estas situaciones de riesgos", ha reflexionado Miranda en alusión a "intentar apaciguar" esos impulsos como los de Ezequiel, quien acabó cumpliendo la amenaza de escacharle la cabeza a su exmujer.

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