Un constructor confiesa el "favor" de un banquero de Calatayud que luego fue "un chanchullo"

Una mujer denuncia a ambos por realizar y autorizar dos movimientos bancarios por valor de 88.000 euros sin su autorización

Francisco Javier M. M. y Tirso V., este miércoles, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Francisco Javier M. M. y Tirso V., este miércoles, en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza. / A. T. B.

Zaragoza

Un constructor bilbilitano, Francisco Javier M. M., ha confesado este miércoles que transfirió a sus arcas más de 80.000 euros desde la cuenta bancaria de una amiga, aunque ha precisado que lo hizo con la connivencia de Tirso V., quien fuera director de la oficina del Banco Santander de Calatayud. Así lo ha reconocido el acusado al relatar que se valió de la estrecha amistad que le unía con la denunciante (por entonces directora del área de desarrollo económico del consistorio) para disponer de un cheque bancario de 64.000 euros (07/06/2010) y de una transferencia de 24.000 euros (25/04/2011), una cantidad que ha insistido en que iba a devolver. "Lo que pensábamos, y es la auténtica verdad porque estoy diciendo que soy culpable, era reponer el dinero porque teníamos una sentencia favorable contra CaixaGalicia, pero luego se nos tumbó en la Audiencia", ha alegado el empresario.

"Yo no tenía ningún tipo de poder (en las cuentas de la perjudicada). Otra cosa son dos gestiones que se hicieron cuando el Santander hizo una campaña de plazo fijo porque yo le asesoré, yo le sugerí... Y la otra fue que me quiso comprar un piso que yo estaba haciendo al lado del ayuntamiento", ha comenzado a narrar el encausado. "Hay que ponerse en la situación de la crisis de 2008, que estábamos desquiciados de los nervios y te agarrabas a un clavo ardiendo. Ese dinero era para cubrir unos gastos (...), yo tenía créditos pendientes dedicados a pagar las deudas de la empresa porque si no todo saltaría por los aires. Si yo sé que pierdo esa sentencia en recurso de la Audiencia, no hago esto porque solo he creado más problemas", ha abundado ante el tribunal de la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Zaragoza.

De cómo se fraguó esta operación a espaldas de su amiga ha recordado Francisco Javier M. M. que se valió de la "buena relación" que mantenía con quien fuera director de esta sucursal bancaria entre enero de 2008 y abril de 2016. "Surgió como una conversación de amigos, yo era un buen cliente y me hizo un favor, pero nada más", ha contado el encausado, quien ha asegurado que esta mujer no firmó "ningún documento" cuando ambos cerraron estos dos movimientos. Lo cierto es que la firma de la denunciante sí aparece en esos papeles, tal y como se ha exhibido esta mañana en la sala de vistas.

El director del banco se defiende

De todo ello se ha desmarcado el exdirector del Banco Santander, quien también se ha sentado en el banquillo de los acusados ya que se le acusa de dar el visto bueno a estas dos operaciones. En su caso ha insistido en que él no expidió el cheque, de ahí que haya reiterado que no sabe si la perjudicada firmó esos papeles o si se falsificó su firma. "Yo no le propuse hacer nada. No hay ningún beneficio que yo pudiera sacar de lo que aquí se está diciendo", se ha defendido Tirso V.

Junto a ambos ha comparecido la denunciante, una mujer que ha aludido a su situación de incapacidad permanente total (migrañas crónicas) para justificar que, en dos ocasiones, delegó en su amigo para que obrara con su dinero. "Me enteré en 2014 cuando fui al banco a ver cómo estaban mis cuentas. Él (Tirso V.) se metió en el ordenador y me dijo que me quedaban unos 3.000 euros. Me quedé muerta y le dije que se había confundido, que eso era imposible, pero hizo el paripé porque sabía que no quedaba más dinero en mi cuenta, estaba colaborando con este señor (Francisco Javier M. M.) para darle mi dinero. Era todo este chanchullo que me dejó sin dinero", ha contado la perjudicada. "Él (Tirso V.) tiene muy claro que su cabeza iba a rodar, había sido completamente negligente y no ha cumplido con su deber. Yo traje mi dinero aquí para que estuviera protegido", ha proseguido.

Mientras que la Fiscalía solicita una pena de dos años y seis meses de cárcel por un delito de apropiación indebida y administración desleal, la acusación particular a cargo del abogado Simón Lahoz eleva la pena privativa de libertad hasta los cuatro años. La causa la ha dirigido el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Calatayud.

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