La Diabla gana tiempo: aplazado el juicio contra la red proxeneta que lideró un puticlub de Caspe

La Fiscalía solicita 644 años de cárcel contra los doce miembros de esta red de prostitución

La Diabla (a la derecha), explotó mujeres en Barcelona y Caspe. Izquierda, publicidad para captar clientes de su club.

La Diabla (a la derecha), explotó mujeres en Barcelona y Caspe. Izquierda, publicidad para captar clientes de su club. / El Periódico

Zaragoza

Más de tres años han transcurrido desde que, a finales de 2021, la BKA detuvo en Hamburgo (Alemania) a Leudis Isaac C. C., una proxeneta venezolana conocida como La Diabla o Donatella cuyo nombre apareció en la lista de los delincuentes más buscados en Europa junto al de Antonio Anglés. El motivo no era otro que el imperio que levantó al hacer de la prostitución un negocio que extendió hasta Caspe, donde la red contaba con un club de alterne (Los Almendros) y varios negocios, una pizzería y un gimnasio, para blanquear el dinero. De tal organización también formaban parte otros once cómplices para los que la Fiscalía solicita hasta 644 años de cárcel y a los que esperaba sentar el próximo lunes en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial de Zaragoza, pero habrá que esperar hasta septiembre para ver a La Diabla frente al juez.

Así lo ha dictaminado el tribunal de la Sección Sexta después de que el abogado de uno de los encausados haya solicitado la suspensión de la vista al presentar un parte de baja médica que le impide asistir al juicio. Y del aplazamiento de las cinco sesiones previstas del 19 al 23 de mayo ya se ha dado traslado también al resto de los abogados presentes en la causa, entre ellos, los letrados Alfonso Delgado, Antonio Fraguas, Elena Gabarre, Javier Catalán, Joaquín Tortajada, Juan Carlos Macarrón o Teresa Arpal.

Según recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, el modus operandi era siempre el mismo: la red ofrecía falsos puestos de trabajos a mujeres extranjeras para que vinieran a España. Y lograban acceder al territorio nacional en calidad de turistas, pero pronto descubrían que su verdadero destino era ejercer la prostitución en clubes de Barcelona, Oviedo y en Caspe para saldar deudas que oscilaban entre los 6.000 y los 15.000 euros.

El perfil de La Diabla

Junto a La Diabla se encontraba en la cúspide de la organización Pierre Andre C., con quien trabajaba mano a mano para tener el mejor catálogo de mujeres y transexuales, a quienes incluso les obligaba a someterse a operaciones de aumento de pecho o liposucciones. Su obsesión era satisfacer los deseos de sus clientes, pues según la investigación de la Guardia Civil y la Policía Nacional, La Diabla siempre repetía a sus víctimas: "Los españoles no las quieren gordas". Ambos, de hecho, se enfrentan a 57 años de prisión.

Por debajo se situaba Juan Manuel A. R., el encargado de elaborar las cartas de invitación necesarias y que eran cursadas a las víctimas por Valeria Silvina V. F. Una vez llegaban las víctimas a España, eran ubicadas en el entramado de pisos y clubes que había tejido la organización en Barcelona, Madrid, Oviedo y Valencia, de ahí que luego las distribuyeran por diferentes localidades y clubes. Quedaban bajo la custodia de Luminita P., y el control de Lubomir M., Radu Marcel D., Costel M. y Flavius L., quienes también eran los encargados de transportarlas desde Barcelona y otras localidades hasta Caspe.

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