El TSJA endurece la condena contra los autores de un asesinato en Figueruelas

Ni Daniel Suárez Gabarre ni Miguel Artigas Jiménez han logrado lo que buscaban en la Justicia, una repetición del juicio que les había castigado con 26 años de cárcel por maniatar, torturar y asesinar a un vecino de Figueruelas, sino que además acaban de conocer que pasarán un año más entre rejas al endurecerse el castigo por el robo de móviles y tablets en ese domicilio de la calle Mayor. Así se desprende de la sentencia de apelación firmada por la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), un fallo que también eleva de 100.000 a 150.000 euros la indemnización asignada al hermano (100.000) y a la sobrina de la víctima (50.000).

Son, precisamente, dos cuestiones que había recurrido la abogada que ejerce la acusación particular en representación de estos dos mismos familiares, la letrada Marina Ons, y que defendió el pasado 4 de junio en transcurso de la vista de apelación.

Fue una sesión que también aprovecharon los abogados defensores para solicitar la repetición del plenario, "un juicio justo con un objeto de veredicto de acuerdo a la Ley del Jurado", como defendió el letrado Enrique Esteban Pendás. "Con el 'crimen de los tirantes' también hubo una irregularidad en cuanto a la confección del veredicto y su motivación, al jurado se le tienen que presentar hechos, no se le pueden presentar conceptos jurídicos", defendió Esteban Pendás.

Un condenado por asesinato en Figueruelas pide "un juicio justo" como el 'crimen de los tirantes'

Pero sus argumentos, y los de su compañero Bartolomé Arranz, han sido desechados ahora por el tribunal presidido por el magistrado Javier Seoane al considerar que el objeto del veredicto no constaba de ninguna irregularidad. "No se condiciona al jurado ni tampoco se le exigen contestaciones jurídicas, sino que recoge qué contestaciones darán lugar a la calificación del delito y cuáles a la apreciación de una circunstancia eximente o atenuante", recoge la sentencia.

Tanto Daniel Suárez Gabarre como Miguel Artigas Jiménez permanecen internos en la cárcel desde que fueran detenidos un año después de cometer el crimen aquella madrugada del 3 de mayo de 2022. A su paradero llegaron los investigadores de la Guardia Civil después de estudiar los posicionamientos de sus teléfonos móviles, un análisis que facilitó el robo del terminal de la víctima.