Delitos contra la infancia

'Caso Corazonistas': qué se sabe y qué no se sabe una semana después de la primera denuncia

El colegio Corazonistas lidia desde hace una semana con un profesor investigado después de varias denuncias por agresión sexual que han interpuesto alumnos de Educación Infantil

Imagen del colegio de Corazonistas, donde ejercía el profesor investigado. | LAURA TRIVES

Imagen del colegio de Corazonistas, donde ejercía el profesor investigado. | LAURA TRIVES

Zaragoza

Hace justo una semana, en el seno del colegio zaragozano de Corazonistas ya había muchas certezas aunque se decidió guardar silencio cuando ya constaban dos denuncias sobre la mesa de la Unidad de Atención a la Familia y la Mujer (UFAM). Y es que desde el viernes ya corrían fuertes rumores entre los grupos de WhatsApp de las familias, pero no fue hasta 48 horas más tarde cuando la dirección del centro envió un primer comunicado a las familias de Educación Infantil confirmándoles un asunto "muy desagradable" y "preocupante". En el ojo del huracán se encuentra desde entonces un profesor -ya apartado- de refuerzo de Educación Infantil al que, la tarde de ese mismo domingo, ya le habían denunciado por presuntas agresiones sexuales los padres de tres niños. Luego llegaron otras dos denuncias, una posterior detención y su libertad provisional, todo ello en un escaso margen de siete días que recapitula este diario a modo de resumen.

Son las 01.00 horas de la madrugada del 20 de junio y un padre accede a las Urgencias del hospital Materno Infantil con su hija de tres años. En la exploración médica no se aprecian lesiones. Es una valoración que responde a ciertos episodios de abusos sexuales que la misma niña ha transmitido en casa cuando le han interrogado sus progenitores. Y es que, a lo largo de la tarde del día 19, una amiga de la familia les había informado de que otro compañero del centro podía ser víctima de abusos. 

Es el relato espontáneo que refirió la madre de este otro niño de tres años al hablar de "juegos" de naturaleza sexual la primera vez que se tuvo conocimiento de unos hechos que ahora están en boca de la sociedad aragonesa. Son, precisamente, las dos primeras denuncias que manejaron los investigadores de la UFAM una vez que citaron a declarar a los progenitores de ambos menores a lo largo de la tarde del día 20, el mismo día en el que este diario contactó con el centro e intentó comunicarse con su director sin que se obtuviera repuesta. Por eso transcurrieron 48 horas con un silencio sepulcral hasta que ese primer comunicado remitido a las familias de Educación Infantil arrojó algo de luz a lo sucedido.

La posición del centro

Pero no fue una vía de comunicación suficiente para las familias. El lunes, de hecho, se concentraron a las puertas del colegio exigiendo explicaciones y criticando la "falta de transparencia" del centro. Y entre todo este revuelo que se estaba generando, mediático y social al trascender a la opinión pública, continuaba el trabajo minucioso de la Policía Nacional para recabar detalles de lo sucedido. Nadie sabía entonces que ya se había interpuesto una tercera denuncia a la que seguirían una cuarta y una quinta que precipitaron la detención del docente el mediodía del día 24.

En torno a las 23.30 horas de ese día quedó en libertad el encartado de acuerdo al auto firmado por el titular del Juzgado de Instrucción número 7 una vez se le hizo llegar al juez un atestado de 180 páginas con cinco denuncias y diez entrevistas. Es un documento con pocas valoraciones policiales a excepción de dos cuestiones que trasladan un mensaje social y otro judicial. Sobre lo primero reseñan que Corazonistas ha actuado de "inmediato" a la hora de adoptar "medidas cautelares" para "garantizar la seguridad y el bienestar de los alumnos y la comunidad educativa en general". Y, sobre lo segundo, recomiendan que los menores sean interrogados en el juzgado para "salvaguardar" su integridad y «garantizar la validez del proceso judicial". "Son menores de tan corta edad cuyo recuerdo es lábil y fácilmente sugestionables", se argumenta.

Pero estas mismas novedades no solo han llegado desde las dependencias policiales y judiciales del otro lado del Ebro. A ese primer comunicado del equipo directivo le siguieron otros dos escritos, uno informando de las medidas cautelares y otro poniendo a disposición de las familias «asesoramiento psicológico». No fue hasta el miércoles por la noche cuando el APA rompió su silencio.

Y, entonces, ¿qué falta ahora mismo? Primero, el análisis de los dispositivos electrónicos que el encartado entregó a la Policía cuando autorizó de forma voluntaria la entrada y registro de su domicilio. Segundo, la declaración de los niños en sede judicial al defender los mismos investigadores se "vital interés" para que lo hagan ante el juez. Y, tercero, la paciencia derivada de los tiempos que marca la Justicia en un procedimiento judicial de esta envergadura mientras otro procedimiento, el que dirige la opinión pública, los jueces de la calle, transcurre como suele ser habitual en estos casos. Paso a paso. 

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