Confirmada la prisión al joven que casi mata a su novia la noche de San Valero

El instructor deniega su puesta en libertad después de que le acuchillar en los brazos, en la cara y en las manos

Manchas de sangre en el rellano donde la víctima fue agredida por un joven en el barrio de Delicias.

Manchas de sangre en el rellano donde la víctima fue agredida por un joven en el barrio de Delicias. / JOSEMA MOLINA

Zaragoza

El veinteañero que la madrugada del Día de San Valero casi mata a su pareja en la calle San Antonio Abad de Zaragoza continuará en prisión en el centro penitenciario de Zuera. Así lo acaba de resolver el titular del Juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 después de que el encartado solicita su puesta en libertad una vez que la Audiencia Provincial de Zaragoza corrigió al juez instructor, pues en un primer momento se acordó su libertad en calidad de autor de un delito de homicidio en grado de tentativa, al ser autor de un ataque que solo frenó la rotura del cuchillo con el que le causó las lesiones en los brazos, en la cara y en las manos.

A la puesta en libertad de este joven de 27 años y de origen sudamericano se opusieron el ministerio fiscal y el abogado de la víctima, el letrado José Javier Fort, después de que así lo solicitada su defensora, la abogada Soraya Laborda. Entre rejas permanece desde el 12 de febrero, 14 días después de que fuera detenido por estos hechos a pesar de que inicialmente se dio a la fuga. Pero los agentes dieron con su paradero en las inmediaciones del número 19 de la calle San Antonio Abad.

Los hechos tuvieron lugar en torno a las 07.00 horas, cuando la sala de emergencias del 091 recibió varias llamadas alertando de una fuerte discusión entre una pareja en la citada vivienda, de ahí que fueran comisionadas varias dotaciones de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Jefatura Superior de Policía de Aragón. A su llegada, los agentes comprobaron in situ la gravedad de la agresión como consecuencia de las gotas de sangre que se podían apreciar ya en el rellano del edificio y que aumentaban de tamaño a medida que ascendían al piso en el que se ha perpetrado el apuñalamiento.

En el rellano de la tercera planta, precisamente, las manchas de sangre eran abundantes y de considerable tamaño e incluso se podrían apreciar numerosas pisadas de pies descalzos en el tramo que asciende a la planta superior. También había restos de sangre en las paredes y en la puerta del 3ºB, donde la víctima y el agresor residían de alquiler.

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