Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Degollar a un vecino de Zaragoza le cuesta 12 años de cárcel al autor confeso del crimen

La confesión del homicidio le permite una considerable rebaja de condena

Jhojan Joanny Arroyave Arcila, tras conocer el resultado del veredicto en la Audiencia Provincial de Zaragoza.

Jhojan Joanny Arroyave Arcila, tras conocer el resultado del veredicto en la Audiencia Provincial de Zaragoza. / LAURA TRIVES

Zaragoza

Matar a degüello a un vecino de la calle Jaime Herrerín, en el barrrio zaragozano de Las Fuentes, le ha costado 12 años y 6 meses de cárcel a Jhojan Joanny Arroyave Arcila, un joven colombiano de 30 años cuya "importante" confesión le ha servido para atenuar de forma considerable la condena a la que se enfrentaba por este crimen que se remonta al 21 de octubre de 2023. Fue la forma en la que el Grupo de Homicidios dio carpetazo a una investigación que ya se había encauzado hacia Jhojan Joanny, pues el robo de un móvil a la víctima precipitó que se estrechara el cerco sobre él. Pero el avance de las pesquisas se detuvo de inmediato cuando, seis días después, el mismo agresor relató cómo había matado a Ignacio Pascual Goñi defendiendo desde entonces que lo hizo para evitar que este varón de 50 años le agrediera sexualmente.

Es, precisamente, la misma pena que solicitaban el ministerio fiscal y el abogado defensor, el letrado Carlos Estremera, al suscribir ambos un escrito de acusación conjunta por conformidad en el que acordaban esta misma condena al concurrir la atenuante muy cualificada de confesión: 12 años de cárcel por el delito de homicidio y 6 meses por el delito de hurto. Así lo consideró probado también el jurado por una mayoría de seis votos a favor (y tres en contra), de ahí que el presidente del tribunal del jurado, el magistrado Francisco Picazo, haya ajustado la condena a las respuestas del cuestionario.

La sentencia también recoge el pago de 11.000 euros a cada uno de los seis herederos de la víctima a pesar de que ninguno de ellos se había personado en el procedimiento como acusación particular. Y contra el fallo todavía cabe recurso de apelación ante la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Aragón (TSJA), aunque no está previsto que se recurra al recoger de forma íntegra la solicitud de ambas partes.

"No era capaz de seguir callando"

"Me invitó a echar unas cervezas y no vi nada raro, estuvimos escuchando música (...) Intentó agredirme sexualmente, me manoseó las piernas y se fue a la cocina, volvió con una cerveza, pero ya con una actitud más agresiva, de forzarme, se abalanzó sobre mí y me lo quité de encima. Vi un cuchillo (de 32 centímetros) y ya... Cuando le clavé el cuchillo en el cuello cayó al suelo", declaró el acusado en el juicio que se celebró hace dos semanas en la Audiencia Provincial de Zaragoza. "Mi conciencia no era capaz de seguir callando eso, había hecho algo muy malo y tenía que pagar por ello", añadió.

De los detalles de su confesión tomaron nota los investigadores a la hora de cerciorarse de su credibilidad, una veracidad que certificaron paso a paso a excepción de un detalle: Jhojan Joanny no utilizó ese cuchillo que mencionaba, sino un trozo de cristal de la puerta de un armario que se había fracturado en el transcurso de la discusión que ambos mantuvieron en una pequeña estancia que constaba de una camilla de masaje. Fue la conclusión los médicos forenses que practicaron la autopsia al hablar de un "fragmento de cristal asido fuertemente" como el arma homicida que convirtió el cuello de la víctima en el "órgano diana". "El esternocleidomastoideo está seccionado y llega a seccionar casi totalmente la arteria carótida, fue de tal intensidad el ataque que había un tajo en la laringe. Y la vena yugular estaba totalmente seccionada", describieron los doctores.

Tracking Pixel Contents